Elena Marín, una cordobesa en la élite de la sanidad privada: "Desde niña lo tenía claro; estudié Medicina para ser ginecóloga"
Entrevista
La doctora, que pasa consulta y atiende partos en el Hospital San Juan de Dios, logra por segunda vez posicionarse entre los 50 mejores médicos de la privada según Top Doctors
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La doctora cordobesa Elena Marín ha sido elegida como uno de los 50 mejores médicos de la sanidad privada de España según el portal Top Doctors. La ginecóloga, que pasa consulta, atiende partos y hace cirugías en el Hospital de San Juan de Dios, ya logró este galardón en 2021, por lo que ahora le ha pillado por sorpresa ya que no esperaba repetir. Además, trabaja en el Centro Médico Adeslas de Córdoba y las Clínicas Eliossana de Salud de Lucena. También es colaboradora y socia de Icofer, una clínica de reproducción asistida.
-¿Qué supone este reconocimiento?
-Una gran felicidad y un orgullo después de todo mi recorrido profesional.
-Además, este premio es por las votaciones del colectivo médico y las usuarias de Top Doctors. ¿Por qué cree que la han votado?
-Llevo muchos años trabajando y en Córdoba tengo un volumen de pacientes importantes. Les gustará la forma de atenderlas y cómo trabajo.
-¿Cuántos años lleva en la profesión médica y por qué escogió esta especialidad?
-En 1999 empecé a hacer la residencia y en 2003 a trabajar como especialista. La elegí porque desde pequeña, desde que tenía cinco años, quería ser ginecóloga. Es muy vocacional. Yo decía que quería ser ginecóloga, no médica. Es lo único que me ha gustado y mi vida se ha centrado siempre en eso. En mi familia hay muchos médicos y, sobre todo, la especialidad es muy vocacional y un poco especial. Desde niña lo tenía claro: yo estudié Medicina para ser ginecóloga. Además, siempre me han gustado mucho los niños, he sido muy niñera.
-Una parte importante de su trabajo es el control del embarazo y el parto. ¿Qué relación se establece con las pacientes en esta etapa tan importante de la vida?
-En ese momento de la vida la relación es muy especial tanto con la paciente, como con la pareja o la familia. Son muchos contactos emocionales a lo largo de poco tiempo: cada visita de embarazo es una cosa nueva y, sobre todo, el parto, en el que se establece una relación más íntima. El parto es diferente a cuando haces una revisión ginecológica, aunque veas a la mujer todos los años durante 20 años.
-En 20 años de carrera habrá ayudado a traer al mundo a muchos niños...
-Sí, a muchos. Cuando trabajaba en el Hospital Reina Sofía estaba sobre todo en Partos. Hasta que empecé en la privada hace siete años había estado en Obstetricia. Estuve unos años compaginando la pública y la privada, pero tuve que tomar una decisión porque era mucho trabajo. Hace dos años y medio cogí una excedencia y ya solo estoy en la privada.
-Es experta en reproducción asistida, una subespecialidad que está en auge.
-Sí, todas las especialidades médicas se están subespecializando. Hice el máster de reproducción asistida y siempre me he dedicado a ello, pero sobre todo los dos últimos años y medio.
-¿Se ven en las consultas cada vez más casos de esterilidad?
-Sí, cada vez hay más parejas por el retraso de la maternidad. También se está haciendo mucha preservación de ovocitos para posponer la maternidad para cuando la mujer desea por la edad, por el trabajo, la inestabilidad de la pareja... Además, estamos viendo muchos problemas de reproducción de causa masculina. Las causas pueden deberse a la edad, el tabaco, el alcohol...
-¿Qué porcentaje de éxito suele haber con las técnicas de reproducción asistida?
-Depende de cada caso. En términos generales, entre un 30 y un 40% de las parejas consiguen el fin, que es un recién nacido en casa. Hay muchas variaciones, por ejemplo en madres solteras o parejas de dos mujeres la tasa de embarazo aumenta si ellas no tienen ningún problema ginecológico. Luego, hay casos más complicados por edad más avanzada, endometriosis u otras patologías crónicas de la mujer en las que baja el porcentaje. Teniendo en cuenta los casos mejores y los peores, la horquilla suele estar entre un 30% y un 70% de éxito.
-¿Cómo es acompañar a estas parejas o madres solteras en el duro proceso de la reproducción asistida?
-El acompañamiento es duro sobre todo en las parejas con problemas porque psicológicamente es complicado. De hecho, tenemos una psicóloga en la Unidad de Reproducción, puesto que es un apoyo fundamental a nuestro tratamiento. Tanto para darle la información como para cuando hay una pérdida gestacional después de todo el recorrido que llevan, los años y el dinero que se hayan gastado. Es mucha carga. Incluso algunas parejas se rompen. Es un acompañamiento complicado y los ginecólogos no vamos solos.
-¿Hacia dónde caminan la Ginecología y la Obstetricia?
-Hacia la subespecialización, a que el profesional se dedique a la parte que más le gusta y sea el mejor en ello. Eso le da calidad a la paciente. En Ginecología y Obstetricia, que antes todos hacíamos de todo y ahora parece que te quedas con una parcelita, pero es lo que hay que hacer para dar calidad. Es lo que se hace en otros países y a eso tiende la Medicina en general. Lo que ocurre es que esta especialidad, al tener la Obstetricia, es muy amplia. Aparte, para las subespecialidades es muy importante el trabajo en equipo: si yo soy especialista en un campo pero esta paciente necesita de otro compañero, habrá que recurrir al trabajo en equipo. Ahora en San Juan de Dios hemos iniciado un nuevo proyecto en la Unidad de Medicina Regenerativa y Funcional por el que con un láser, ácido hialurónico y factores de crecimiento se trata mucha patología de la mujer en las distintas etapas de la vida, como atrofias, sequedad, liquen, dolor en las relaciones... Hay un campo muy amplio para seguir avanzando.
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