“Las nuevas tecnologías son compatibles con la lectura en este mundo digital”

Entrevista a Fernando Alberca | Escritor

El escritor cordobés presenta su libro ‘Pequeños grandes lectores’, en el que muestra un nuevo método mediante el cual los niños aprenden a leer mejor, abandonando el silábico

Fernando Alberca, junto a su libro 'Pequeños grandes lectores'.
Fernando Alberca, junto a su libro 'Pequeños grandes lectores'. / Juan Ayala
Antonio Rodríguez

18 de marzo 2019 - 06:00

–¿Cómo surge la idea de escribir ‘Pequeños grandes lectores?

–Me inquietaba el ver cómo había cinco modelos distintos para enseñar a leer. Pensaba que tendría que haber alguno que fuera el mejor, porque algunos empezaban por sílabas, otros empezaban por letras y otros, como este, empezaban con la palabra. Es un libro al que yo tengo mucho cariño porque llevo 22 años escribiéndolo en mi cabeza.

–¿Cuál es la edad a la que se recomienda empezar a leer?

–Respecto a la edad hay neurólogos que dicen que la correcta es empezar a los tres años, otros que a los cinco o a los seis. En España se está enseñando a leer a los tres o los cuatro años con un método silábico, que es francamente negativo y que tiene su repercusión en los adultos. Por lo tanto, lo que pretende el libro es explicar los métodos que se están usando actualmente en España, que estamos enseñando bien porque los docentes son buenos, pero el método es incompleto. Leer bien se basa en once elementos, pero sólo nos dedicamos a tres.

–¿Falta gusto por la lectura entre los niños?

–A todo el mundo le gusta leer. Hay niños que creemos que no leen porque no les gusta leer, pero cuando oímos esto tenemos que saber que lo que ocurre es que no han aprendido a leer bien, y el obstáculo es tan grande que creen que no les compensa leer. Hay elementos que dificultan la lectura, como el mover demasiado los ojos sobre la misma línea, silabear o tener que volver sobre el texto.

–¿Cuál es el principal fallo del sistema mediante el que se enseña a leer actualmente?

–El método está incompleto porque se acaba cuando el niño pronuncia la palabra, pero hay veces que no se está pronunciando bien o no la comprende.

–¿En qué consiste el método que se presenta en el libro?

–Empiezan a los tres años directamente con palabras. Desde los dos años y medio propongo ir preparando el ambiente de lectura poniendo libros en estancias donde el niño disfruta, que no se relegue el libro al despacho. También es necesario que los padres dediquen un máximo de ocho minutos a una lectura al niño para que lo asocie con sus padres, con momentos armoniosos y con la seguridad. A partir de los tres años comienza la lectura activa, comenzando por unas palabras que propongo en el método, y luego incluimos sílabas cuando la mente del niño es más analítica.

–¿Por qué se incluyen las sílabas cuando el proceso está más avanzado?

–El método silábico destroza la lectura al madurar porque los niños siguen silabeando después. Es llamativo que un niño de tres años diga “papá” perfectamente, pero al leerlo lo divida en sílabas. Los niños no son tan lógicos, es una parte muy pequeña de su razonamiento, entonces necesitan un método más global y más completo. Un niño tiene que estar encantado de leer “mamá” por lo que significa para él, da pena ver que un niño lea sin saber lo que significa “mi mamá me mima”. Tiene que saber lo que está diciendo y sentirlo.

–¿Considera que es un problema añadido la lectura en público y la posible vergüenza que puede generar?

–La lectura en público se hace mal, este es el problema. Hemos sido crueles, no hemos enseñado a leer fluidamente y luego le decimos al niño que lee mal y le ponemos en público a quedar mal. Sólo alrededor del 6% leen bien. Los niños no están seguros a la hora de leer porque no han sido enseñados bien, sólo los que saben que lo dominan quieren leer en público.

"La lectura debería quedar para algo más familiar y más amable para no relacionarla con el esfuerzo”

–Este método se enfoca en el trabajo de las familias en la casa. ¿Puede ser usado en las escuelas también?

–El docente puede aplicar este método en el aula perfectamente, pero la lectura debería quedar para algo más familiar y más amable para no relacionar la lectura con el esfuerzo. El sistema educativo es malo porque es incompleto e inadecuado, no debe empezarse con letras y sílabas y sólo se enfoca en la pronunciación, a la velocidad y algo de comprensión. Sólo hay que cambiar de método, pero se debe mantener a los mismos docentes y su implicación.

–¿Cree que la influencia de las nuevas tecnología es negativa para fomentar la lectura?

–Las nuevas tecnologías son compatibles con la lectura, el mundo es digital pero eso no es un conflicto. Es mentira cuando se dice que el Whatsapp hace que no lean, lo que hace que no lean es el vocabulario que les rodea, porque se pueden hacer mensajes muy ricos en vocabulario. Lo que es verdad es que hay gente que no lee y que sólo usa las redes sociales, pero hay muchísima gente que comienza a redactar a través de ellas. El móvil no es lo que atrae, es la conexión con las personas, pero se puede disfrutar de la lectura al lado del móvil.

–Sin embargo, junto al ritmo de vida actual, puede fomentar que se genere una falta de tiempo que dedicar a la lectura y que se invierta en otras cosas.

–La falta de tiempo siempre ha sido la excusa de quien no lee bien. Una persona con el hábito de leer siempre encuentra tiempo, aunque sea media hora a la semana, porque es su momento de disfrute.

–¿Cómo cree que se refleja esto en el aprendizaje de los más pequeños y su actitud frente a la lectura?

–Hay padres que obligan a leer cuando quieren jugar o leer diariamente, pero se están equivocando porque no estamos relacionando la lectura con el placer. A los niños les encantan las historias, pero fomentamos la lectura por obligación: cada vez que leen tienen que hacer un resumen.

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