"Al Gobierno no le interesa intervenir en el juego, es la gallina de los huevos de oro"
Salvador Secilla | Presidente de Acojer
Secilla destaca que la publicidad y la situación del país han influido en que la edad media del jugador haya descendido desde los 45 a los 25 años que se registran actualmente
La ludopatía es una enfermedad reconocida por la Organización Mundial de la Salud y una patología muy presente en la sociedad actual. La Asociación Cordobesa de Jugadores en Rehabilitación nació en 1988 y ha sido pionera en Andalucía y España en combatir esta problemática.
Su presidente, Salvador Secilla, reivindica una legislación sobre la publicidad de los salones de juegos y las apuestas online, al igual que una mayor protección de los centros escolares ante la proximidad de estos establecimientos. Recientemente, ha alertado del “bombardeo” de publicidad y la vulnerabilidad de los ciudadanos ante la apertura de salones de juego.
-¿Cuál es la situación actual de la asociación respecto a pacientes y líneas de actuación?
-Son 300 las familias que más o menos tratamos ahora mismo y la familia viene tan enferma como el propio jugador. Estimo que hemos tratado entre 10.000 y 12.000 a lo largo de la historia. Esta asociación es pionera a nivel de Andalucía y a nivel nacional y nuestra labor es denunciar esa masacre y esa abundancia de publicidad machacona, es un bombardeo continuo que no hay quien lo aguante.
-¿Cuál es el nivel de impacto que considera que tiene la publicidad en la incitación al juego en la sociedad actual?
-El impacto es total. En el fútbol hay publicidad de las apuestas durante el partido y hay personas como Cristiano Ronaldo o Nadal, que son líderes de masas sociales, que se prestan a realizar anuncios. Es un problema porque muchos chiquillos quieren ser como ellos, que son sus ídolos, y no entiendo cómo pueden hacer estas cosas. La publicidad ha crecido a pasos agigantados. Desde el 2013 los juegos online han evolucionado y llegan a todos lados.
-¿Por qué hay tanta libertad en este tipo de publicidad?
-Al político no le interesa cortar eso, es la gallina de los huevos de oro. Esto es el sexto o séptimo ingreso del gobierno, no les interesa intervenir. Países como Italia y Bélgica dijeron que “se ha acabado”, y se ha acabado. Han visto el daño que hace y son conscientes, pero aquí no.
-¿Hay un perfil de persona adicta al juego?
-Esta adicción no tiene clase: por aquí han pasado políticos, abogados, maestros. No hay una clase, pero sí que hay un perfil solitario. Es una persona que además si está en el paro o tiene dificultades, intenta buscar el dinero fácil. Echas un euro y te tocan cinco. Si a ti te toca hoy, te compadezco. El individuo empieza a pensar que hoy gana 50, mañana se llevará más, y eso no es así. Estos juegos están hechos para ganar dinero, es un negocio, hasta tal punto que creo que es el único negocio que ha crecido en la crisis en base a la necesidad. La gente está más desesperada.
-¿Cómo es el proceso de rehabilitación en Acojer?
-Un monitor rehabilitado realiza una acogida. Se explican las condiciones y formas de actuación: se aparta el dinero o se pone en cuentas mancomunadas. Hay que quitar el embuste, el jugador encuentra su defensa en la mentira, por lo que nosotros le marcamos unas pautas. La terapias de iniciación son los viernes. El monitor normalmente comparte su experiencia, cómo ha podido salir y la forma de actuar que tenemos en la asociación. Una vez que la persona reconoce que tiene esta enfermedad, lo que requerimos es un compromiso y unas ganas de rehabilitarse. El colectivo ayuda de forma positiva porque se aprende mucho de los demás. Las terapias son independientes (familiares con un monitor y paciente con otro) para ver si el paciente está contando la verdad o si está mintiendo en casa o en rehabilitación.
-Es importante controlar el acceso al dinero.
-Mucho. Hay que justificar el dinero porque es el arma, es donde está el peligro. Si un jugador tiene dinero, tiene la necesidad de jugar, y acaba jugando. Desde la asociación pedimos que no lleven dinero, por si tienen ganas de jugar de nuevo.
-¿Cuáles son las siguientes etapa de rehabilitación?
-Después de la iniciación de cuatro meses se pasa a una etapa intermedia, que se imparte con un psicólogo, un monitor muy avanzado o la trabajadora social. Esto también dura cuatro o cinco meses, tras lo cual pasan a mantenimiento, que también es una vez por semana. Aparte de esto, una vez al mes se hace una terapia conjunta con la familia y con nuestro médico, Román Fernández. Hay personas que vienen a terapias conjuntas desde hace diez años.
-¿Cuánto puede durar una rehabilitación completa?
-La rehabilitación completa diría que dura un par de años. Pero, cuidado, es una enfermedad crónica, no te pruebes. Se vive de una forma normal, siendo uno más, pero tú no puedes jugar. Es como un diabético, que sabe que es una persona normal pero que el azúcar tiene consecuencias. Se vive normal, pero no se puede olvidar que no se puede jugar.
-¿Hay menores actualmente en rehabilitación?
-Actualmente tenemos cuatro menores. La terapia con ellos es individual y con el consentimiento de los padres siempre; el tratamiento es directamente con el psicólogo.
-¿Cuáles son las adicciones más comunes en menores?
-Las apuestas y la ruleta hacen mucho daño y son un reclamo para ellos. Nosotros pedimos que los pacientes se autoprohíban la entrada a los salones de juego. Precisamente estamos denunciando que, si eres un cliente que se deja una buena cantidad de dinero, nadie te va a pedir nada aunque seas menor. Tienen la obligación de pedirte el DNI y comprobarlo, pero hay veces que no pasa nada. Actualmente tenemos dos denuncias en marcha, una por permitir a una persona que estaba autoprohibida y otra por dejar jugar a un menor.
-¿Cómo se controlan los casos de menores adictos al juego?
-La mejor forma de controlar la adicción de un menor es cortar el acceso internet. Si lo necesitan para estudiar, pueden coger el ordenador de sus padres, pero lo que no pueden es llevar internet en el bolsillo. Eso te da acceso a todo y te deja sin control. También hay que tener ojo con las tarjetas, son un peligro bestial. Hay casos que cogen los datos de los padres y hacen barbaridades, porque sólo les miran el número de cuenta y la tecnología no te mira la cara. Cuando los padres ponen al día la cuenta corriente se dan cuenta que se te han podido ir miles de euros, una auténtica barbaridad.
-¿Han cambiado las estrategias de atracción de nuevos jugadores por parte de los salones de juego?
-Las estrategias han ido evolucionando, pero tenemos que actualizarnos. Hace 10 o 12 años la adicción eran las maquinas tragaperras. Después comenzaron a subir la ruleta, los salones de juego, las apuestas online para ver si Ronaldo marcaba antes del minuto diez... Esa es la publicidad que estamos haciendo tanto hincapié en denunciar. Eso, y que no entiendo cómo ponen un salón de juego en la misma esquina de los colegios. Y encima le pagan cenas y le dan 20 euros de entrada; es una publicidad muy agresiva. Al que se deja más de 500 euros le ponen cenas y lo llevan a cuestas si hace falta, lo único importante es que siga siendo un cliente fiel.
-¿Cuál está siendo la respuesta de las administraciones públicas ante las denuncias?
-El Ayuntamiento está colaborando mucho y es algo que agradezco. A nivel regional, por lo menos hasta ahora, tenemos una pequeña colaboración con la Junta. También le digo que es la única comunidad autónoma que tiene esto, ya que las demás no quieren saber nada, igual que el Gobierno Central, que como he dicho antes, el dinero no se lo puedes quitar.
-¿Cree que se van a tomar medidas que tengan repercusión sobre esta actividad?
-Espero una repercusión positiva en Córdoba y en el ámbito regional quiero pensar que también. A nivel nacional estoy en duda, porque no sé cómo se va proceder. Yo creo que hay que darle solución a este problema, ya que a nosotros ya se nos queda chico, incluso siendo una sede grande porque son muchos expedientes y muchas personas. Pedimos la colaboración económica a las instituciones, que ya colaboran con nosotros, pero siempre es poco.
-En el caso de las mujeres, usted ha comentado en otras ocasiones que no acuden igual a estas asociaciones.
-Sí, la mujer es mucho más reacia a acudir a nosotros. No sé si es por vergüenza o por el qué dirán, pero sé que son más reacias a pedir ayuda. Es una pregunta que nos hemos hecho muchas veces, porque yo he observado que al bingo suelen ir más mujeres y hay casos que de mujeres que llegan a muchos extremos. Aquí sólo tenemos un 3% de mujeres.
-También ha revelado que la edad media del jugador ha bajo desde los 45 a los 25 años. ¿A qué se debe?
-El efecto de la publicidad, que quiero recalcar, creo que es importante. Ven caras conocidas que se prestan a eso, que no tienen sensibilidad incluso sabiendo de buena mano los problemas que conlleva esto. También creo que hay mucha culpa en la situación del país por esas cifras de paro, jóvenes sin trabajo que para salir económicamente creen que el juego es una ayuda y que es un camino fácil.
-¿Qué papel juega la sanidad pública en el tratamiento de esta patología reconocida?
-A Salud llegas con un problema de control de impulsos, de ludopatía, y el ambulatorio te pone un psicólogo y te mira, pero hay un momento que te dan nuestro teléfono y te derivan con nosotros. Se hacen cargo, pero de la rehabilitación nada, siempre nos la dejan a nosotros.
-¿Qué podría aportar Sanidad a las actividades de Acojer?
-Tenemos el 29 de octubre, que es el día del juego, y preparamos mesas informativos, nos ponemos en movimiento con los políticos y hacemos talleres. Pero es que prevenir el juego no interesa. El tabaco quizás le puede hacer perder dinero al Gobierno en gasto sanitario, pero es que el Gobierno no da nada contra el juego nada, el de la nación digo. Y no sólo no da nada, sino que encima está recaudando dinero ¿Cómo se lo digo? Que no les interesa porque da mucho dinero.
-¿Cómo se ve esta patología desde la sociedad?
-Hoy se va viendo a gente concienciada con que esto es una enfermedad y un problema social, pero antiguamente era un vicioso, un degenerado, el que se gastaba el dinero de su casa. Hoy se puede decir, dependiendo del nivel cultural de la persona, pero mucho menos.
-¿Es un tema tabú?
-Sí, por supuesto. Hay que ver que esta enfermedad te puede costar un puesto de trabajo, una familia y otras muchas cosas. Al funcionario le da igual, pero en las empresas privadas se suelen callar y le comentan su patología al familiar o amigo que le puede ayudar.
-¿Cuál es el peso de la familia en el proceso?
-Las familias aquí vienen muy mal. Ya he dicho que la defensa del enfermo es la mentira, y cuando alguien lleva 10 o 15 años mintiéndote, como familiar estás roto. La confianza se pierde totalmente. El paciente en un mes quiere volver a estar como antes, pero la confianza no puedes pedirla tan rápido. La confianza no se pide, se da. Por eso las terapias son largas, la confianza hay que verla para que se pueda recuperar.
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