Objetivo: huir sin dejar a nadie atrás
Escape Room Córdoba
El fenómeno de las ‘Escape rooms’ está experimentando un auge a nivel mundial y Córdoba cuenta con varias salas donde practicar este juego
Un grupo de amigos, una infinidad de misterios, candados sin abrir, tiempo limitado y un objetivo común: salir. Estos son los ingredientes esenciales para el funcionamiento de una Escape room, aunque dependiendo de la temática y el funcionamiento de cada sala se pueden agregar factores que permiten a los jugadores adentrarse en una nueva realidad de la que deben huir.
Estos juegos se han convertido en un fenómeno global que ha llevado a la proliferación de salas en casi cualquier parte del mundo; y Córdoba no se ha quedado atrás.
La dinámica es sencilla: un grupo (de entre dos y seis componentes) entra a la sala y tiene que resolver una serie de misterios que les ayudan a abrir los diferentes candados y a avanzar en la historia (bien a otra sala o a la solución de alguno de los puzles mayores). Generalmente, los participantes disponen de 60 minutos para descifrarlo todo y escapar del juego.
La idea surge de un estilo de videojuegos que seguían este sistema, con la diferencia de que todo se desarrollaba en la pantalla. El encargado de llevar esta actividad al plano real fue el fundador de la empresa nipona Scrap, Takao Kato, en 2007, con la sala Live Escape room. Desde entonces, han surgido varias iniciativas similares a lo largo de todo el mundo que han convertido este pasatiempo en uno de los preferidos, especialmente entre la población joven y adulta.
El turno de Córdoba llegó en 2015, cuando el creador de Córdoba Escape, Francisco Alvarado, abrió la primera sala en la ciudad (y de las primeras a nivel andaluz) llamada El extraño caso de Umberto Solano. Alvarado explica que conoció esta actividad “estando en Dinamarca, con compañeros de trabajo, y cuando tuve que volver a Córdoba decidí abrir una sala en la ciudad”.
Desde entonces no ha parado de crear juegos, y actualmente cuenta con cuatro salas, dos en Córdoba Escape (Nunca sabrás el nombre de mi asesino y Humat Altalik, ambientada en la época de Abderramán III) y Puerta Zero (Robo en el museo y La casa de los inventos). Además, sobre Nunca sabrás el nombre de mi asesino recuerda que es “una sala con el grupo dividido” que además tiene un uso de la tecnología “que genera muchas sorpresas”.
Alvarado apunta que la clave de esta actividad es que, aunque está ideada para un público adulto, “todos pueden participar incluso en familia, es la única en la que un adolescente no te mira raro”, ya que lo que prima es “la agilidad mental y el apoyo al grupo, nada de fuerza física ni nada por el estilo”.
Como curiosidad, señala que “el porcentaje de chicas que reservan es mayor que el de chicos, parece que son más lanzadas”. En cuanto a la situación de las Escape rooms en Córdoba, afirma que “ya hay suficiente oferta”, aunque está en expansión, por lo que explora nuevas líneas.
Otra de las posibilidades que los cordobeses tienen para disfrutar del mundo del escapismo es la sala La trastienda, de Tiempo Límite. Su creador, Miguel Olmedo, la puso en marcha en marzo de este año (de momento, los últimos en llegar) y ya tiene nuevos proyectos en camino relacionados con la ciencia ficción.
La apertura de La trastienda significó la llegada de las salas de terror a Córdoba (aunque también puede ser jugada en modo misterio), una de las provincias que “está más atrasada” dentro del auge de estos juegos, según Olmedo.
Para él, su éxito se explica en que “es una actividad distinta, para todos, es económica y además engancha”. En su sala, el atractivo principal es el terror, pero la ambientación juega un gran papel para los jugadores, ya que “entran de momento en el juego, que no es del estilo clásico, y siempre te mantiene alerta ante las sorpresas”.
Además, la figura del Game Máster sirve de guía (en función de la evolución del equipo), ayudando a que la dificultad se adapte a la experiencia de los jugadores.
Olmedo hace hincapié en que “aunque tenemos una publicidad que funciona, el boca a boca es lo que hace que las visitas crezcan. Lo importante de esto es que la gente se atreva y después se lo pase bien y nos recomiende”.
El mismo pensamiento tienen en Aquí hay gato encerrado. En esta sala, según explica su organizador, Rafael Marín, “buscamos personal nuevo para una clínica que es un poco especial”. Este juego cuenta con el apoyo del éxito que ha tenido en su localidad de origen, Úbeda, por lo que llega a Córdoba en septiembre de 2018 “con una trayectoria rodada y con un sistema que crea un vínculo con los jugadores”.
De hecho, apunta que hay muchos que repiten “aunque tengan que contenerse durante el juego”. En su caso, es una sala más larga, con un total de 70 minutos, que además “no es del corte clásico, introducimos tecnología y mucha ambientación”.
No hay comentarios