Feministas católicas se concentran ante la Mezquita-Catedral de Córdoba para pedir que las mujeres tengan "voz y voto" en la Iglesia
8M
La Revuelta de Mujeres reclama una Iglesia "sinodal, donde las mujeres ocupen cualquier espacio en plena igualdad"
Córdoba prepara un nuevo 8M en torno a la cultura: educación sexual, rutas históricas y el papel de la mujer cofrade
Un millar de personas y 40 tractores protestan en Córdoba contra las políticas agrarias
Feministas católicas de la Revuelta de Mujeres en la Iglesia se han concentrado alrededor de la Mezquita-Catedral de Córdoba este domingo 3 de marzo para reclamar que las mujeres tengan "voz y voto" en la iglesia, con el lema Memoria y Esperanza.
Este acto se celebra, como en años anteriores desde 2020, días antes del Día Internacional de la Mujer, que se conmemora cada 8 de marzo, y de nuevo volverá a reclamar una Iglesia sinodal, "en la que todos y todas caminen juntos y en la que las mujeres tengan voz y voto".
La organización ha recordado que desde sus primeros pasos en marzo de 2020, de estar presente en cinco ciudades, se ha extendido por 20 territorios más. “Las mujeres feministas creyentes alzamos nuestro pensamiento, nuestra experiencia de fe en Jesús, su proyecto de vida y nuestro compromiso con la Iglesia y el mundo para gritar, hasta que la igualdad se haga costumbre en la Iglesia", han defendido.
La organización ha recordado durante el pasado año y haciendo camino sinodal, las Mujeres de la Revuelta, han pedido “una Iglesia pobre que vuelva a Jesús, al Evangelio, donde las mujeres ocupen cualquier espacio en plena igualdad y sin discriminación alguna por razón de sexo y de orientación sexual”. También, ha n urgido “a la reforma de los órganos de participación para que de consultivos pasen a ser decisorios y una necesaria renovación de la teología, a través de la incorporación de la teología feminista”.
El colectivo defiende también “una Iglesia que es comunidad de iguales, donde la mujer es reconocida como sujeto de pleno derecho, con voz y voto en todas partes, donde la mujer es valorada por los propios talentos, carismas y aportaciones a las comunidades”.
“Una Iglesia donde el liderazgo es compartido entre mujeres y hombres, laicos, laicas, personas consagradas y sacerdotes. Una Iglesia paritaria, más plural y menos jerárquica y que acompaña sin juzgar toda la diversidad de las familias, de identidades y orientaciones sexuales”, ha insistido.
También te puede interesar
Lo último