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Discapacidad
La Fundación de la Federación de Personas con Discapacidad de Córdoba (Fepamic) está impulsando la iniciativa EXPO EXO, una exposición de arte solidaria con el objetivo de ayudar a recaudar la cantidad de 200.000 euros para la adquisición de un exoesqueleto infantil. El dispositivo, que se desarrolla mediante inteligencia artificial, tiene fines teraupéuticos y el objetivo es destinarlo a tratamientos de rehabilitación para niños y niñas de tres a 11 años con graves patologías del sistema neuromúsculo-esquelético. Sería el primero de estas características en Andalucía.
Según explica el director de la Fundación Fepamic, Alfonso Ariza, esta herramienta “facilitará el trabajo de los profesionales y mejorará el rendimiento de las sesiones terapéuticas”, de ahí el esfuerzo que se está haciendo desde la entidad para lograr el objetivo de conseguir la financiación. Esta exposición, en palabras de Ariza, “es la unión del mundo del arte y la tecnología más puntera en la consecución de un objetivo social, que no es otro que el de proporcionar a Andalucía en general y a Córdoba en particular una herramienta que mejorará y proporcionará a los niños y niñas un futuro más prometedor”.
Se prevé que la exposición pueda ser una realidad entre los meses de octubre y noviembre y se celebre, previsiblemente, en el Palacio de la Merced, según los planes de la Fundación. La muestra cuenta ya con 80 artistas de toda España de técnicas y especialidades distintas, que han confirmado que donarán sus obras para que sean expuestas y puestas a la venta con precios asequibles.
Según ha explicado Ariza, el coste del exoesqueleto es tan elevado porque puede ser usado por diferentes personas. Se adhiere al cuerpo humano de forma no invasiva y permite realizar la marcha humana con movilidad activa en un espacio tridimensional. El dispositivo se coloca de manera muy sencilla, en solo cinco minutos y se adapta al crecimiento del paciente, ya que su chasis es regulable en largo y ancho para niños y niñas entre los tres y los 10-11 años. De esta manera el paciente puede caminar hacia delante y hacia atrás, además de reproducir las acciones de ponerse de pie y sentarse.
Ariza explica que esta herramienta es “muy motivadora” para los pacientes infantiles y además con su uso se aumenta la esperanza de vida y se reduce o retrasa las complicaciones de la patología que sufra el paciente.
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