Fingir el robo de dinero o del móvil: la simulación de delitos pone en alerta a la Policía Nacional en Córdoba

Sucesos

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Ilustración: Rosell
Ilustración: Rosell

Fingir que el hurto de tu móvil ha sido un robo con violencia para cobrar el seguro o gastar una gran cantidad de dinero y decir en casa que te han robado. Estas son solo algunas de las formas más habituales de fingir o simular un delito, una práctica que no está penada con cárcel -solo con multas-, pero en la que a diario la Policía Nacional invierte muchos recursos para intentar esclarecer unos hechos que no han sucedido como se denuncian.

La simulación de delito viene tipificada en el artículo 457 del código penal, que reza que el que simule ser responsable o víctima de una infracción penal o denuncie una inexistente, provocando actuaciones procesales, será castigado con la multa de seis a doce meses. Forma parte de los delitos contra la administración de justicia. La persona "se inventa" ser la víctima de un delito o una infracción, y requiere que se abran unas diligencias previas para investigar lo ocurrido.

El artículo 456, asimismo, regula el delito de denuncia falsa, la imputación a otra persona (concreta) de hechos que constituyen una infracción penal, y ese sí lleva penas de prisión de seis meses a dos años y multa de 12 a 24 meses. En la simulación de delito, por el contrario, no se suele señalar a una persona tan concreta. La supuesta víctima suele definir características genéricas: "era alto, bajo, delgado, vestía de azul...".

En Córdoba, la Policía Nacional actúa desde el grupo de Delincuencia Urbana, que se encarga de investigar los casos. El inspector jefe y uno de los investigadores del grupo explican a El Día que los casos se mantienen más o menos estables en el año, pero en el mes de mayo se suelen incrementar al llegar las fiestas, sobre todo durante la celebración de la Feria, en su mayoría por el robo o pérdida de teléfonos móviles.

Solo en un día del año pasado, por ejemplo, la Policía detuvo a una mujer por hurtar diez móviles en el recinto ferial de El Arenal. En este sentido, recuerdan que, por lo general, en el recinto ferial se detiene in situ a las personas que cometen robos con violencia.

La simulación de delito va acompañada, la mayoría de las veces, de otro hecho delictivo: el de estafa. Por ejemplo, fingir un robo con violencia para cobrar el seguro cuando este no cubre los hurtos o extravíos. Este caso suele ser el más habitual en Córdoba. Mucha gente, también, "se gasta el dinero y, como no quiere confesarle a su pareja, dice que lo han robado"; otros, quizás los más jóvenes, "se van de botellón, pierden el móvil y, para evitar el castigo de sus padres, dicen que varias personas le quitaron el teléfono", o dejan la bicicleta en la calle, alguien consigue llevársela y fingen un robo para cobrar el seguro, explican los policías.

"Cuando van al seguro y ven que no cubre el hurto o la pérdida, denuncian que le han dado un tirón o que los han robado con una navaja", explican. El robo con violencia conlleva de dos a cinco años de prisión, es un tipo de delito que la Policía Nacional califica de grave y que se suele investigar en profundidad. El delincuente suele reincidir, por lo que "para los que llevamos tiempo, el modus operandi que cuentan las víctimas que fingen un robo se ve claro".

¿Cómo actúa la Policía?

El procedimiento es así. El ciudadano acude a la Policía a poner la denuncia y describir los hechos, que pasan al grupo de investigación de Delincuencia Urbana para ser investigados. Posteriormente se cita a la persona para hacer un interrogatorio y que cuente lo ocurrido. Durante esta entrevista, los policías ya suelen detectar incongruencias en el relato que los hacen sospechar de falsedad; es entonces cuando le explican lo que conlleva la simulación de un delito.

"El ciudadano a veces piensa que pone la denuncia y se queda ahí, que no se investiga", afirman los agentes, que buscan crear conciencia entre los cordobeses sobre el tiempo y recursos que pierden los cuerpos de seguridad en investigar delitos con violencia que no ocurrieron, así como el perjuicio que puede tener para ellos mismos y el delito en el que pueden incurrir. Además, al dar con la persona que tiene, por ejemplo, el teléfono móvil, hay que detenerla como presunta autora de un delito de robo con violencia.

Dos policías nacionales en la sede de Fleming, en Córdoba capital.
Dos policías nacionales en la sede de Fleming, en Córdoba capital. / Miguel Ángel Salas

Desde el grupo expresan que "nosotros estamos para ayudar, lo que se ha denunciado le damos la importancia que es, los hechos delictivos graves los tratamos como tal y los investigamos con todos los medios que tenemos". En ocasiones, la persona se retracta y se archiva esa denuncia. "A veces vienen mal aconsejadas y lo pasan mal durante la entrevista", afirman y agregan que "si la gente supiera cómo se investiga, no lo haría".

Uno de los casos que más recuerdan los policías cordobeses se trató de un hombre joven que describió muy bien al presunto ladrón, con muchos detalles de él y de cómo ocurrieron los hechos. El caso terminó siendo una simulación de delito por haber perdido el DNI y pensar que su familia se enfadaría.

Para los agentes, si en Córdoba, como ciudad, la cantidad de denuncias de simulación de delitos fueran reales, "esto sería la ciudad sin ley". Alertan de la alarma que crea entre la Policía -y también entre los vecinos- recibir gran cantidad de denuncias de supuestos robos con violencia en poco tiempo.

La criminalidad en Córdoba

El Ministerio del Interior no ofrece datos de este tipología tan específica. La última estadística en materia de criminalidad, correspondiente al cuarto trimestre de 2023, y que cierra el balance del último ejercicio, los ciberdelitos son los que más aumentaron en la provincia, seguidos de los homicidios dolosos, las violaciones y los robos con violencia.

La criminalidad convencional, es decir, la que engloba los robos, lesiones, delitos contra la libertad sexual, hurtos y tráfico de drogas es la que integra la mayor parte de las denuncias, 24.165 del total, siendo los hurtos la tipología que engloba la mayoría: 6.751 (un 11,2% más respecto al 2022).

Los robos con violencia e intimidación aumentaron un 14,8% y se anotaron un total de 418. A estos hay que sumar 1.463 robos con fuerza en domicilios y establecimientos, lo que supone un incremento del 12,7%.

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