El Gobierno alerta de la amenaza de una enfermedad que afecta a la cabaña bovina
sanidad animal
La Dermatosis Nodular Contagiosa (DNC), patología contagiosa transmitida por un mosquito, tiene en jaque a varios países

QUÉDENSE con este nombre: Dermatosis Nodular Contagiosa. Y esperemos que, por el bien de la cabaña bovina, y por el del bolsillo de los ganaderos del sector, uno de los más importantes del campo cordobés en general y del Valle de Los Pedroches en particular, no tengamos desgraciadamente que escucharlo mucho. Se trata del nombre de una enfermedad, también conocida como DNC, que como ocurrió en su día con el mal de las vacas locas, empieza a amenazar al sector, hasta tal punto de que el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) ha publicado un informe sobre esta patología animal que, aunque no es contagiosa para los humanos, puede provocar grandes pérdidas en las explotaciones ganaderas. El informe elaborado por el Magrama detalla el estado de la enfermedad en diferentes países, además de la vacunación preventiva y de emergencia que se está realizando dentro de la Unión Europea (UE).
Tal y como detallan fuentes de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), la Dermatosis Nodular Contagiosa es una enfermedad vírica de declaración obligatoria que afecta a ganado bovino, en el que puede provocar graves pérdidas, sin que acabe afectando a las personas. Se mantiene de forma endémica en gran parte de África y Asia, incluyendo Turquía, y se transmite principalmente mediante vectores mecánicos.
Las mismas fuentes de la Unión de Pequeños Agricultores recuerdan que el 21 de agosto de 2015 Grecia declaró la aparición de Dermatosis Nodular Contagiosa por primera vez en su territorio. Desde entonces hasta el 21 de enero de 2016 han declarado a la OIE 117 focos de la enfermedad, localizados en las regiones de Macedonia Central, Macedonia Oriental y Tracia, que han afectado a un total de 532 bovinos en los que se dio la aparición de sintomatología compatible. Para frenar el avance de la enfermedad Grecia decidió aplicar vacunación en las zonas afectadas, así como en las zonas en riesgo cercanas o limítrofes con las afectadas. La situación en Grecia parecía estar controlada hasta que hace unos días los Servicios Veterinarios Oficiales griegos volvían a notificar tres nuevos focos, dos el 6 y uno el 12 de abril, esta vez en la región de Serres, en la Región de Macedonia central, lo que indica que el virus sigue circulando en esta región.
También, el pasado 13 de abril Bulgaria comunicó dos focos en la región de Haskovo (en la zona sureste del país), en dos localidades pertenecientes al municipio de Dimitrovgrad separadas entre sí por cinco kilómetros y alejados de la frontera con Grecia. Ambos casos fueron detectados por sospecha de síntomas compatibles con la enfermedad: en el primer foco se trataba de una explotación con 21 bovinos, de los cuales cuatro presentaban signos clínicos, mientras en el segundo foco la explotación afectada tenía un censo de 75 bovinos, observándose en siete de ellos signos clínicos. En ambos casos, se realizó la toma de muestras para su envío al Laboratorio Nacional de Referencia, donde se llevó a cabo PCR, resultando positivo para el virus de la dermatosis nodular contagiosa. La investigación epidemiológica preliminar no ha revelado hasta la fecha el posible origen de los focos.
Todos los animales presentes en las dos explotaciones acabaron siendo sacrificados y se han adoptado las medidas de control previstas en la Directiva del Consejo 92/119/EEC de 17 de diciembre de 1992, estableciéndose una zona de restricción que comprende trece regiones del sur de Bulgaria.
La circulación del virus de la Dermatosis Nodular Contagiosa sigue activa en Grecia, habiéndose extendido, pese a las medidas instauradas, a otros países de la Unión Europea previamente libres. Desde el Magrama insisten en que esta enfermedad se transmite a través de insectos básicamente "y por ello es fundamental intensificar las medidas de bioseguridad de las explotaciones y controlar la procedencia de los animales importados así como extremar la vigilancia en los animales que se incorporan a la explotación". La enfermedad suele causar fiebre, nódulos en la piel, en las mucosas y en los órganos internos, y aumento del tamaño de los ganglios linfáticos. Produce descenso en la producción de leche, esterilidad temporal e incluso la muerte por enfermedades bacterianas secundarias. Y lo peor de todo, el ganadero a cuya cabaña afecte acaba por verse obligado a sacrificarla.
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