"Gracias por pisar la tierra roja de este país ensangrentado"
El obispo de Bangassou, el cordobés Juan José Aguirre, agradece al Papa en una carta su visita a Centroáfrica "Ojalá que te quedaras para siempre", manifiesta en su misiva
"¿Cómo todo un Papa viene a pisar la tierra roja de este país ensangrentado?", se pregunta el obispo de Bangassou, el cordobés Juan José Aguirre, en la carta de agradecimiento que escribió ayer tras la visita del Santo Padre a la República de Centroáfrica. Cristianos y musulmanes han llorado con Francisco, han escuchado sus palabras y se han acercado a él en una muestra de amor y reconciliación. En campos de refugiados, en una vigilia y en dos eucaristías multitudinarias, el Papa ha llevado su mensaje de paz y esperanza hasta el tercer país más pobre del mundo, según estadísticas de la ONU. Un país golpeado por una guerra civil que ha causado miles de muertos y casi un millón y medio de desplazados de sus hogares. "Al principio no nos lo creíamos", comienza la misiva de Aguirre, que destaca cómo Francisco se saltó "a la torera" las recomendaciones de seguridad que le habían dado, como usar chaleco antibalas y el papamóvil blindado. Al contrario, se puso al descubierto frente a la gente "para que todos te vieran mejor, y te pusiste a hablarnos de paz y reconciliación; de que con la paz todo se gana, mientras que con la guerra todo se pierde. Cosas sencillas pero que necesitábamos mucho volver a oírlas".
El obispo Aguirre recuerda con cariño los momentos vividos junto al Santo Padre y destaca la complicidad que hay entre ellos (que ya se hizo manifiesta con la visita del cordobés al Vaticano, el pasado mes de junio, donde se forjó la idea de esta visita a Centroáfrica): "Gracias por recordarme durante la comida solo con los Obispos (yo estaba sentado enfrente de su Santidad, comiendo pescadito del río Oubangui con habichuelillas verdes), que San Ambrosio decía que el nombre de Dios es misericordia y que donde hay misericordia, allí está Dios".
"Estuviste sembrao, Papa Francisco, cuando sugeriste entre líneas que los que mueven los hilos para que nada funcione en Centroáfrica, curiosamente, no viven en Centroáfrica, y que nadie tiene que huir de aquí por ello: tuviste valor de decirlo todo sin pelos en la lengua", asevera el obispo de Bangassou.
Otro de los momentos más significativos para el prelado cordobés fue cuando el Papa, después de la foto ritual en la Nunciatura, se cogió a su brazo "para subir los escalones, y sentí tu fuerza, no tanto física, sino sobre todo humana y espiritual" y cuando "me diste un regalo, una custodia, y me dijiste en español que rezara por ti y me guiñaste un ojo".
Después, "bromeamos contigo en la comida con los obispos cuando te enseñamos dos palabras en sango: ndoyé y siriri", que tres horas después "repetiste a los jóvenes de la vigilia de oración: empapad vuestra vida de amor y paz".
"¡Ojalá que te quedaras para siempre!", manifiesta en su carta Aguirre, porque "mientras has estado, las armas se han callado unas horas, por respeto a ti".
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