La lucha de los higienistas bucodentales para integrarse en el Servicio Andaluz de Salud

Sanidad

La figura de estos sanitarios forma parte de la bolsa de empleo de muchas CCAA mientras que en Andalucía llevan años sin ser escuchados por la Junta

En la capital cordobesa salen anualmente más de 150 higienistas al mercado laboral

Molde de una boca completa.
Molde de una boca completa. / Juan Ayala

En Córdoba capital hay cuatro escuelas donde se imparte el grado superior de Higiene Bucodental. De manera privada, se da formación en la Fundación Albor, en el Instituto Medac y en el Instituto San Álvaro.

De forma pública, existe el grado superior del Instituto La Fuensanta, donde la Junta de Andalucía oferta 40 plazas anualmente. No obstante, con la vigente normativa, los higienistas de Andalucía no tienen acceso a la bolsa de trabajo del Sistema Andaluz de Salud (SAS), por lo que los graduados en este curso no pueden ejercer su profesión en la sanidad pública.

Si de cada curso terminan aproximadamente 40 alumnos, en total hay más de 150 higienistas que cada año salen al mercado laboral en la ciudad. “Hay que tener en cuenta que la mayoría de los graduados continúan estudiando otras carreras y usan este curso como trampolín”, explica Rafael Bustamante, dentista y profesor en la Fundación Albor. Aun así, son muchos los alumnos graduados que buscan trabajo como higienistas en un mercado laboral andaluz que no tiene otra salida que la consulta privada.

La gran mayoría de las Comunidades Autónomas cuentan ya con la figura del higienista bucodental dentro del sistema sanitario público. De hecho, la Asociación de Higienistas Bucodentales de Andalucía (HIDES) lleva desde 2018 intentando contactar con la Junta de Andalucía para pedirles entrar en el SAS. “Tenernos a nosotros le sale más barato a la Junta porque un higienista en algunas comunidades sale a ocho euros el día, mientras que un odontólogo cuesta 20 euros y un auxiliar cuatro euros, pero a nivel de calidad es rentable nuestro gasto”, aclara Francisco Jesús Martínez, presidente del HIDES de Andalucía.

Esperanza Expósito, atiende a una paciente en la clínica dental Dr. Rafael Bustamante de Córdoba.
Esperanza Expósito, atiende a una paciente en la clínica dental Dr. Rafael Bustamante de Córdoba. / Juan Ayala

Y es que, los beneficios en los centros de salud que aportarían los higienistas se trasladan a muchos ámbitos importantes. En los hospitales, el aseo de los pacientes iría acompañado de un correcto trato de sus bocas. “El problema reside que de este cuidado se encargan las auxiliares y no están especializadas en la salud bucal y ni se les permite tocarles la boca a los pacientes, pues es competencia del higienista”, añade Martínez.

En el caso de las embazaras, estas suelen sufrir enfermedades bucales como el papiloma del embarazo, por el cual se les inflan las encías. Ahí es donde debe aparecer la figura del higienista con sus tratamientos. Además, esta labor también es importante en pacientes que sufren trastornos, diabetes, hipertensión o mala calidad del sueño, donde los dientes sufren. “En estos gabinetes debería haber un higienista dental y no un auxiliar”, indica Esperanza Expósito, vicepresidenta de HIDES Andalucía.

En pediatría van madres con sus hijos y son las matronas quienes les explican cómo deben cuidar la boca a los bebés. Sin embargo, esa labor preventiva en niños deben llevarlas a cabo los higienistas y en la sanidad pública no existe esa figura.

Precisamente, ese trabajo preventivo es vital aplicarlo en la educación, y son los higienistas quienes piden acudir a colegios para enseñar a los niños qué tienen que comer y cómo se tienen que cepillar los dientes.

Además, tener a los higienistas en el SAS, permite reducir el gasto público, porque los odontólogos que hacen trabajo de prevención en los centros de salud y colegios se encargan de poner un sellado o poner flúor, y su contratación tiene un coste más caro que el de un higienista cuando esa es su especialidad.

“Nosotros no podemos coger medidas de la boca, y eso está recogido en el BOJA, puesto que es competencia de los dentistas. Cada uno tenemos nuestra labor y dentistas e higienistas pedimos trabajar juntos tanto en la privada con en la pública, ya que, de hecho, el colegio de odontólogos de Córdoba nos apoya”.

Por la razón de respetar las competencias, los HIDES defienden su inclusión en la sanidad pública andaluza para hacer labores de prevención bucal de las que, a día de hoy, se encargan las auxiliares. “No tenemos nada en contra de los auxiliares porque son compañeros nuestros y demasiado tienen con su trabajo”, destaca Expósito.

De hecho, para Bustamante, que comparte la opinión de los dentistas de Córdoba, los higienistas en clínicas privadas “son el corazón de las consultas”. Y es que, tanto higienistas como dentistas se complementan para mejorar la salud bucodental de los ciudadanos y, con tal fin, estos exigen su labor en la salud pública.

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