Historia de los proyectos perdidos
Una playa fluvial, un azud con pasarela peatonal, un barrio completo, un recinto ferial o al menos dos museos forman parte de las iniciativas que se prometieron por distintos responsables políticos
En la presentación socialista del programa en torno al Guadalquivir, se le preguntó a los responsables del partido si tenían previsto una playa fluvial. Y dijeron, sencillamente, que no. Ese proyecto, impulsado desde el Ayuntamiento, es uno de esos asuntos que se han quedado encima de la mesa de la corporación municipal, desapareciendo sin rastro después de que el río se enfangase hasta las cejas. Son esas cuestiones que se publicitan de forma incesante hasta que un día se quedan varadas, bien por falta de dinero o por falta de oportunidad política, en este caso obvia.
El cauce, al haber concentrado buena parte de los esfuerzos municipales, es también uno de los lugares que cuenta con un mayor grado de incumplimientos. Desde distintas administraciones porque es preciso repartir soberanamente las culpas. La playa fluvial salió la primera vez en 2007 y la apadrinó Alfonso Igualada, quien por entonces llevaba las alternativas al botellón. Apenas dos años después fue el alcalde quien dio su visto bueno personal al proyecto. Antes de las riadas y la crisis.
Los molinos constituyen otros de esos sonados olvidos. El Consistorio lleva muchos años hablando de la creación de una red de miniequipamientos culturales o ambientales aprovechando las históricas instalaciones, la mayor parte de ellas abandonadas pero de propiedad pública. Hasta el momento sólo están abiertos las que dependen del Botánico, los molinos de Martos y la Alegría, el primero de los cuales tiene una programación y atractivos discretos. Al de San Antonio se le hizo la primera fase y ahí quedó, cerca el barrizal que las instituciones debaten quién limpia.
Los socialistas resucitaron ayer el azud del Molino de Martos como proyecto a realizar. Originalmente planteado como obra hídrica, para estabilizar la lámina de agua, pretendía ser un puente peatonal. En el primer cogobierno, incluso, se llegó a plantear allí un proyecto de intervención artística, del artista valenciano Miquel Navarro, que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir se encargó de paralizar. La Agencia del Agua, ésta de la Junta, lleva varios años masticando una serie de proyectos como un museo dedicado al río, la rehabilitación de la noria de la Albolafia y una pasarela aguas abajo del puente de San Rafael, proyecto que por ahí debe andar también.
Tampoco es municipal directamente pero va camino de convertirse en uno de los expedientes equis. El Museo de Bellas Artes pretendía ser el gran centro de exposición de la ciudad y que permitiría la ampliación definitiva del Romero de Torres. Se le había reservado un suelo municipal prácticamente privilegiado, al pie de la torre de la Calahorra. Las últimas noticias, sin que exista contrapropuesta alguna por parte del Consistorio, dan por hecho que la Junta ha iniciado un plan b, que es modificar el Teatro Cómico Principal como sede de la colección Citoler -si la propietaria de la obra quiere- y ampliar el actual Bellas Artes remodelando la casa de Rafael Romero Barros para remozar las instalaciones de la plaza del Potro. La Biblioteca de los Patos recorre una senda similar.
Sí forma parte del debe municipal el parón del equipamiento cultural de ciudad que se pretendía realizar en el convento de Santa Clara, que Vimcorsa pactó realizar con la obra social de Caja Madrid y del que nada nuevo se ha sabido. La empresa pública inició los trabajos para restaurar un monumento desconocido para el gran público que ha ido atesorando vestigios de las culturales dominantes de la ciudad. El Ayuntamiento pretendía y pretende desarrollar esa propuesta pero no dispone de fondos. La sequía de dinero ha cogido al proyecto en su etapa inicial, cuando sólo se habían desarrollado los primeros pasos de la iniciativa, que consistían en la investigación arqueológica y la descripción de un diagnóstico. El Consistorio pretendía que el edificio fuera un museo de la ciudad a través de sí mismo, de las partes que lo componen.
Desaparecido está también El Silo, proyecto estrella de Rosa Aguilar (junto a la entrega de ordenadores a la población) e IU, del que nunca más se supo. Pretendía ser un centro de creación y residencia de artistas, iniciativa que jamás vio la luz porque tampoco se intentó que la viese. Las trabas económicas y legales eran tan importantes que IU pensó que se había equivocado al incluirlo en el programa tres minutos después de hacerlo. Y forma parte también del capítulo de abducciones de proyectos un barrio completo, el S-2 (junto a la zona del Cerro), que se organizó al amparo de la competición Europan y pretendía convertirse en un residencial vanguardista pensado, sobre todo, para las necesidades de las personas jóvenes.
Uno de los proyectos más misteriosamente perdidos es el del Parque de Levante, iniciativa inaugurada en dos ocasiones y cuyo solar sigue siendo un maravilloso exponente de la biodiversidad del jaramago. La zona verde dependía de un convenio con una promotora a raíz del desarrollo de los suelos de la llamada Ciudad de Levante. El alcalde, Andrés Ocaña, anunció que se desarrollaría de otra manera, mediante concesiones deportivas ligadas a la creación del jardín. En realidad, buena parte de los proyectos públicos de financiación privada establecidos en el PGOU duermen mejor ocasión como la gran glorieta de Levante, las actuaciones sobre la antigua Nacional IV o la reordenación de los suelos del Arenal de la Fuensanta, de los que tenía que salir un gran equipamiento de ocio y el nuevo recinto de la Feria de Mayo.
Una de las desapariciones más estrepitosas es la del otro recinto ferial, el de muestras, del que corrieron ríos de tinta en su día. Aguilar quiso llevarse el equipamiento al Parque Joyero mientras que hubo quien remaba hacia los suelos anexos al parque tecnológico. Cajasur promovió el pabellón Miguel Castillejo, hoy pendiente de unas obras de reparación. La Junta ha cambiado varias veces de criterio. La actuación de nueva planta parece casi definitivamente descartada aunque el gobierno municipal dice que su prioridad era el centro de congresos, proyecto que como todo el mundo sabe se va a licitar ahora aunque no tenga el futuro totalmente despejado.
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