Hospital Materno-Infantil, la eterna cuenta pendiente
Sanidad | Deficiencias en el centro
El Plan de Modernización Integral del Reina Sofía nunca llegó a realizarse y el edificio de atención especializada a niños y mujeres ha quedado obsoleto dentro del complejo sanitario
La falta de luz natural, de ventilación y de un adecuado sistema de evacuación; las habitaciones dobles, la ausencia de sala de reanimación pediátrica y consultas inadecuadas reflejan la necesidad imperante de mejorar el Hospital Materno-Infantil, que en la actualidad dista mucho de ser un centro sanitario del siglo XXI.
En 1997, la Junta de Andalucía aprobó el Plan Director del Hospital Reina Sofía, con desarrollo en varias fases que incluían actuaciones en el edificio general -muy deteriorado por el uso y el incendio producido en 1996-, la construcción de un nuevo bloque para consultas externas y la ampliación de urgencias y otras dependencias. El Plan de Modernización del Reina Sofía se enmarcaba dentro de ese proyecto y estaba previsto que finalizara, en un principio, en 2012. Consistía en la construcción de cuatro nuevos edificios, la integración de otros dos, la ampliación de tres grandes áreas y la reordenación de todos los circuitos de atención y de acceso al hospital, entre otras mejoras. Uno de los proyectos más ambiciosos dentro del plan era la construcción de un nuevo Hospital Infantil y otro para la Mujer que sustituirían al actual Materno-Infantil, que ya cuando se presentó esta iniciativa, en 2008, se había quedado obsoleto.
El nuevo edificio, que dispondría de unos 25.000 metros cuadrados, contaría con 221 habitaciones individuales, un hotel de madres con ocho plazas, un área lúdico-pedagógica y 53 puestos para neonatos. La atención médica y quirúrgica que ahora se presta en los hospitales General y Provincial se uniría en un nuevo centro hospitalario, que resultaría de la reforma integral del actual Materno-Infantil, según el proyecto que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) presentó en 2008.
Esta idea inicial sufrió varias modificaciones -con protestas incluidas de la Plataforma No me quites mi hospital, que demandaba que el Infantil dispusiera de un bloque independiente- y finalmente se acordó que el Materno-Infantil se ubicara en el actual Hospital General mientras que la zona médica quirúrgica y el área de hospitalización de adultos se situarían en el otro extremo del complejo. El centro dedicado al niño y la mujer tendría una superficie de 28.000 metros cuadrados, un 65% más que ahora, y las habitaciones serían individuales.
Sin embargo, todo quedó en palabras. Los retrasos en la obra se fueron acumulando -en 2010 el entonces gerente del Reina Sofía, José Manuel Aranda, señaló que las obras finalizarían en 2017- hasta llegar a caer en el olvido. Y, por el momento, con la crisis económica queda descartado el gran proyecto de modernización. El pasado año, el consejero de Salud de la Junta, Aquilino Alonso, aseguró en una visita al Reina Sofía que la ampliación "llegará" cuando haya "posibilidades presupuestarias".
Mientras tanto, el Hospital Materno-Infantil sigue anclado en el pasado (se abrió en 1975, un año antes que el Hospital General) y, aunque se quieran mejorar las instalaciones, la falta de espacio reduce las posibilidades. Las deficiencias, tal y como señala un informe de la Plataforma No me quites mi hospital, llegan a todos los rincones de un edificio que ya cuenta con 41 años de existencia y no se ha visto beneficiado por ninguno de los planes de mejora llevados a cabo hasta ahora en el complejo Reina Sofía. Lo más llamativo en este tiempo ha sido la decoración pictórica de la zona infantil el pasado año.
DEFICIENCIAS GENERALES
A la antigüedad del edificio se une que ha sido tapiado por las ampliaciones realizadas en el Hospital General y los servicios generales, lo que ha hecho que pierda luz y ventilación natural. Sin embargo, lo más alarmante es la falta de un adecuado sistema de evacuación, algo que podría ser especialmente grave en caso de incendio ya que la única escalera de emergencia que tiene el edificio no tiene salida al exterior sino que al final está tapiada.
Otro punto en conflicto son los ascensores, que se renovaron pero tienen menores dimensiones que los del Hospital General mientras que las camas son del mismo tamaño. Respecto a las habitaciones del Infantil, al ser insuficientes, en picos de demanda se utilizan como dobles, sin embargo un decreto de la Junta obliga desde 2008 al uso individual de las mismas. Otras directamente son para dos pacientes (como las de la quinta planta en Maternidad).
URGENCIAS
En general, las Urgencias son un espacio sin ventanas al exterior, lo que crea problemas cuando es necesario ventilar las consultas que, por lo tanto, tampoco disponen de luz natural. A esto hay que sumar que tampoco tiene una sala de espera, sino que es el hall de entrada al hospital el que hace esta función.
Una vez dentro, las consultas son pequeñas, alguna tiene una columna central y una de ellas no tiene lavabo. Por su parte, Observación sufrió una reforma pero debido a que su salida al exterior ha sido tapiada por las ampliaciones, las cámaras tampoco tienen ventilación ni luz natural.
En Urgencias sólo hay un aseo para los niños que acudan al centro hospitalario y ninguno para sus acompañantes adultos.
CONSULTAS EXTERNAS
Las consultas externas se localizan en el mismo edificio de hospitalización pediátrica y no hay una clara diferenciación entre las infantiles y las tocoginecológicas. Las reformas llevadas a cabo para aumentar el número de consultas han supuesto que éstas reduzcan sus dimensiones, haya alguna sin ventanas e incluso sin lavabo ni camilla de exploración. Dado el poco espacio con el que cuenta el Infantil, ha habido que recurrir al semisótano, donde se han adecuado nuevas consultas que carecen de luz natural o ésta es escasa. En relación a las salas de espera, son tan pequeñas que los usuarios no caben y ocupan los pasillos de conexión. Además, esta zona de especialidades no cuenta con aseos adaptados a pacientes con minusvalía o que precisen sondaje vesical.
Durante la primera fase del plan director perdieron las ventanas las tres consultas de Gastroenterología y el Hospital de Día. Tampoco tienen la sala de preanestesia, Endocrinología, una de Neumología, otra de Nefrología y la de Traumatología.
En otro aspecto, no hay una sala de monitorización con camas para pacientes alérgicos y las pruebas de provocación se hacen en la misma sala de espera.
QUIRÓFANOS
Una de las mayores carencias de la zona de quirófanos es que no hay una zona de reanimación, sino una sala de despertar con personal en horario de mañana. Este espacio sirve tanto como sala de espera preoperatoria como postquirúrgica. Sus pequeñas dimensiones impiden la estancia de los familiares con los pacientes. Dado que la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP) tiene que asumir la reanimación, a veces es preciso suspender cirugías programadas por falta de camas.
Por otro lado, al no haber en consultas externas áreas adecuadas para la realización de pruebas funcionales que precisen sedación, éstas se realizan en los quirófanos, lo que también interfiere en la actividad quirúrgica del hospital. La sala de información a familiares es parte de un antiguo pasillo, donde no hay sillas ni intimidad.
En general, la distribución de quirófanos y zonas adyacentes es antigua, poco funcional y difícil de mejorar por la falta de espacio, aunque ahora se están realizando obras en esta zona que podrían paliar algunas de estas deficiencias.
UNIDAD DE CUIDADOS INTENSIVOS PEDIÁTRICOS (UCIP)
La UCIP es un área reformada aunque el reducido espacio con el que cuenta hace imposible que todos los niños puedan tener habitaciones individuales. Además, tres de los cuatro aislamientos disponibles son demasiado pequeños, lo que dificulta la atención a los niños que se encuentran en ellos.
La UCIP está en una planta diferente a los quirófanos, por lo que los pacientes pediátricos son trasladados en el ascensor tras su intervención, sea cual sea su gravedad. Ese traslado se hace más difícil en caso de que el niño necesite aparataje extra como la oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO), óxido nítrico o corazón artificial. Las reducidas dimensiones del ascensor hacen que el traslado se tenga que realizar en camilla, por lo que el enfermo debe cambiarse de cama en dos ocasiones.
A esto hay que sumar que los sistemas de climatización no funcionan de forma correcta y que con frecuencia hay filtraciones de agua.
PLANTAS DE HOSPITALIZACIÓN
En la segunda planta las habitaciones son dobles y disponen de tomas de gases antiguas que no permiten las conexiones con los sistemas de soporte respiratorio. Las únicas habitaciones individuales del hospital son las de Hemato-oncología y trasplantes, aunque carecen de sistemas de climatización individuales. En esa misma planta, la tercera, está la zona de infecciosos, con tres habitaciones que dan a la escalera de incendios. No tiene control de enfermería individual, sino que depende de los profesionales que trabajan en la Unidad de Hospitalización Pediátrica General.
Aunque se han reformado las habitaciones, la zona de lactantes está sometida a un exceso de ruido dada su cercanía a los aparatos de climatización de la UCI de adultos y el laboratorio. Los baños -que antes de compartía por dos habitaciones- se han individualizado pero son tan reducidos que su uso es incómodo.
La única ampliación llevada a cabo se ha hecho en la quinta planta, donde la hospitalización pediátrica convive con Maternidad. Las habitaciones son dobles, la climatización deficiente y no hay una doble salida diáfana para su evacuación al estar taponada por un mostrador de Maternidad. La escalera de incendios es, en realidad, una escalera interna del edificio.
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