El Hospital de Día de Diabéticos atiende a más de 1.500 pacientes nuevos al año

El servicio del Reina Sofía está destinado a situaciones complejas como las de personas que debutan con la enfermedad o a las que sufren una descompensación

Paloma Moreno (centro), junto a parte del equipo del hospital de día y de Endocrinología.
Paloma Moreno (centro), junto a parte del equipo del hospital de día y de Endocrinología. / Juan Ayala

La diabetes es una patología compleja que requiere un autocontrol exhaustivo del enfermo y cuyo diagnóstico supone un cambio en el estilo y hábitos de vida. Hay determinados factores que pueden hacer que el paciente sufra una crisis y necesite una observación y seguimiento médico de forma más exhaustiva.

Con el objetivo de evitar que esas personas tengan que ingresar en el hospital, el Reina Sofía creó a finales de 2015 el Hospital de Día de Diabéticos, que atiende al año a más de 1.500 pacientes nuevos.

La especialista en Endocrinología Paloma Moreno es una de las profesionales que trabajan en este servicio que “da atención al paciente con diabetes descompensada de una forma rápida”.

Por una parte, a él llegan personas que ya tenían la enfermedad pero que, por algún motivo, tienen complicaciones (por ejemplo, las que reciben un tratamiento oncológico o con corticoides), y, por otra, las de reciente diagnóstico.

Los profesionales ajustan el tratamiento y dan una educación específica al enfermo

Al hospital de día llegan principalmente pacientes derivados de Atención Primaria y Urgencias. La espera suele ser de menos de una semana, “los compensamos y una vez que está estable vuelve a su médico de familia”, explica Moreno.

Con este procedimientos se evitan “sobre todo ingresos por descompensaciones más graves”. Los profesionales que trabajan en este servicio ven a estos enfermos cada semana o de forma mensual como mucho hasta tres meses, ya que en ese tiempo “el caso suele estar resuelto”.

El tipo de atención varía según las condiciones en las que llega la persona. Por ejemplo, si debuta con la diabetes se le realiza una rápida valoración y un diagnóstico de su tipo de diabetes. Moreno señala que normalmente son pacientes que hay que insulinizar, un tratamiento que necesita una educación muy específica inicialmente.

El médico y la enfermera educadora del hospital de día “permiten que los pacientes manejen este tipo de terapias de forma eficaz y sin complicaciones”, indica la endocrina. Por otro lado están los enfermos con una diabetes previa que se les ha descompensado y que suelen tomar fármacos vía oral o tener una pauta muy sencilla de insulina. Cuando sufren una crisis se les da un tratamiento más complejo con insulina que también “consiste en enseñarle a manejar su patología de foama más específica”.

Antes estos enfermos tardaban un mes o dos en llegar a las consultas de Endocrinología derivados de Atención Primaria, pero ahora ese proceso se ha agilizado con el hospital de día. “Damos una respuesta rápida para evitar complicaciones más agudas que necesiten ingreso hospitalario”, apunta Moreno.

Una enfermera prepara un inyectable de insulina.
Una enfermera prepara un inyectable de insulina. / Juan Ayala

La doctora recuerda que antes, cuando los pacientes debutaban con una diabetes tipo 1 requerían ingreso hospitalario hasta que aprendían a manejar su tratamiento. Ahora, con el hospital de día, estas personas “están en su casa, vienen por la mañana, les vamos ajustando el tratamiento y los educamos” tan en el aspecto médico como en hábitos de vida. Esto a su vez hace que “el diagnóstico sea menos traumático”. Para ellos, las citas son en días alternos en la primera semana; luego cada semana, al mes y a los tres meses.

En diabetes tipo 2 el tratamiento suele comenzar con pastillas, pero si en la evolución de la enfermedad necesitan insulina, los profesionales de este servicio los ven en una visita inicial y, dependiendo del estado del enfermo, los citan para la siguiente semana o al mes y luego a los tres meses.

El Hospital de Día de Diabetes –que abre de 08:00 a 21:00– tiene una agenda de entre 15 y 20 pacientes (de a partir de 14 años) al día, a los que hay que sumar los que llegan desde Urgencias. En total, en 2017 estos profesionales atendieron a 1.450 pacientes nuevos y en 2018 fueron 1.560. A esto hay que sumar los que acuden a revisión.

El debut en la enfermedad

Con 14 años, Javier Cuadra ha debutado con la diabetes tipo 1. Hace un mes que este joven fue diagnosticado al acudir a Urgencias. Dos días antes, había pasado toda noche orinando muchas veces y con la necesidad de beber mucha agua, explica su madre, Alicia Rodríguez. Al principio pensaron que era porque había cenado pizza y esto le daba sed, pero a la siguiente noche le ocurrió lo mismo.

En el caso de Javier se da la circunstancia de que su padre también es diabético, por lo que Alicia sabía que los síntomas de la enfermedad empiezan así. Tras realizarle su padre un control, dio 5,75, unos niveles muy altos por los que acudieron a Urgencias, donde lo estabilizaron. Dos días después ya estaba en el hospital de día, de donde se han ido “muy contentos con el trato y con las propuestas que nos hacen”. Allí “le dieron su máquina y le explicaron las unidades que tiene que pincharse con mucha tranquilidad”, señala la madre de Javier.

Como ha vivido malas experiencias con su padre por las crisis diabéticas, este joven estaba asustado. Además pertenece al Club Navial de natación e incluso ha participado en dos campeonatos de España, por lo que tiene que tener un especial cuidado cuando realiza actividad deportiva. “Hay que llevarlo lo mejor que podamos”, apunta Alicia.

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