El Hospital Reina Sofía aplica la técnica del ganglio centinela en el cáncer de cuello de útero
Sanidad
Un equipo multidisciplinar de Ginecología y Medicina Nuclear ha puesto en marcha esta técnica que favorece la calidad de vida de las pacientes al reducir cirugías agresivas y permite un tratamiento más personalizado
Los profesionales de Medicina Nuclear y Ginecología del Hospital Universitario Reina Sofía han comenzado a aplicar la técnica del ganglio centinela en el tratamiento del cáncer de cérvix. Esta técnica, que ya se encuentra validada en el cáncer de mama con muy buenos resultados y que también se utiliza para la localización de tumores de vulva, se extiende ahora a este tipo de dolencia. El hospital estima que beneficiará a unas 30 mujeres al año.
La técnica del ganglio centinela se utiliza en estadios iniciales del cáncer de cérvix y permite determinar en qué punto se encuentra el cáncer, ayuda a establecer el tratamiento radio y quimioterápico adyuvante más adecuado para la paciente y evita la realización de linfadenectomías pélvicas (cirugía agresiva), que en la actualidad se realizan de forma sistemática, disminuyendo así el riesgo quirúrgico y la morbilidad derivada de la misma (acumulación de liquido en la pelvis y miembros inferiores). La Unidad de Ginecología estima que se podrán evitar hasta un 90% de estas cirugías, una vez que se valide como técnica estándar.
El equipo multidisciplinar compuesto por las especialistas de Ginecología Esther Velasco, y de Medicina Nuclear Victoria Guiote, ya ha realizado el primer caso con resultados muy positivos. Esta técnica, según explica la doctora Velasco, "nos permite ofrecer mayor calidad de vida a las pacientes, especialmente en aquellas en las que el tumor está localizado, ya que en un futuro cada vez más próximo podremos evitar la extirpación innecesaria de las cadenas ganglionares pélvicas".
¿Cómo es el procedimiento?
La técnica consiste, según detalla la doctora Guiote, "en localizar el ganglio centinela a través de técnicas de Medicina Nuclear tras la inyección de un radiofármaco en la zona del tumor que permite visualizar, a través de imágenes de gammacámara, la diseminación de células tumorales, extraer el ganglio y analizarlo para determinar si existe presencia de estas”.
Concretamente, se realiza con una sonda de detección gamma que se puede combinar con colorante azul vital. Este proceso suele durar unas 24 horas, divididas en dos partes, por lo que se desarrolla en dos días.
"Este ganglio se sitúa tras el tumor y recibe el nombre de centinela porque es el primero en afectarse si hay células del tumor que están moviéndose por el organismo", explica la ginecóloga Esther Velasco.
Tras la extracción, se procede a su análisis, para lo que es imprescindible el trabajo también de los profesionales de Anatomía Patológica que son los encargados de realizar este último paso en el que se determina si existen o no células tumorales. En caso de que sea negativo, permite evitar la extirpación de las cadenas ganglionares linfáticas pélvicas, reduciéndose el tiempo quirúrgico en estas pacientes y efectos secundarios.
Prevención del cáncer de cérvix
El cáncer de cérvix es una enfermedad de tipo infeccioso provocada por el virus del papiloma humano. Aunque es poco frecuente, supone el segundo tumor más frecuente en la mujer, con seis o siete casos por cada 100.000 mujeres al año. En Andalucía, cada año se registran unos 400 tumores uterinos.
Ningún otro tipo de cáncer ilustra mejor que el de cuello de útero los notables efectos que un diagnóstico precoz y un tratamiento preventivo tienen sobre las tasas de mortalidad. Por eso, desde hace más de una década existe una vacuna frente a este virus para prevenir su desarrollo, así como el de otros cánceres relacionados como pueden ser el de pene, ano, vulva u orofaríngeos. De hecho, más del 90% de los cánceres de cuello de útero se asocian a la infección por HPV.
Desde hace varios años, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) contempla la vacunación gratuita en el calendario de vacunación infantil, y en aquellas pacientes afectas de lesiones precancerígenas a las que se les ha realizado una conización (extirpación local de la lesión).
Además de la vacuna, el SAS cuenta con un programa de detección en mujeres hasta los 65 años, a través del que se realiza una prevención secundaria mediante la realización de citologías de lesiones precancerosas de forma regular.
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