Ilyas, Paula o Manuel, los protagonistas que hay detrás del balance de la gran familia de Cruz Roja en Córdoba

Solidaridad

Ilyas, Paula y Manuel, usuarios de Cruz Roja en Córdoba. / El Día

Hace seis o siete años, quizás, desde que Manuel Ruiz empezara a ir saltando de casilla en casilla por todos los centros cívicos de Córdoba, como una rutina diaria, acumulando clases para ejercitar la memoria que se le iba escapando en forma de cifras, letras y nombres. Manuel Ruiz es uno de los usuarios de Cruz Roja en Córdoba, entidad que ha presentado su memoria anual de 2022, ejercicio en el que más de 41.000 personas han recibido algún tipo de ayuda o atención por parte de la institución humanitaria.

"Como en cada centro solo había un taller a la semana, yo iba a cinco centros distintos", cuenta. Después llegó la pandemia y dejó de ir. "Al principio pensaba en volver, pero claro, eso suponía encontrarme a casi 100 personas mayores (20 cada día) a las que yo podía contagiar, y ellos a mí", añade.

Un golpe del destino le condujo hasta la sede de Cruz Roja el pasado mes de septiembre. Allí Manuel ha vuelto a encontrar su sitio, rodeado de unos compañeros y de unos voluntarios "que me hablan con cariño y me quieren mucho", reconoce entre lágrimas al relatar su historia. Cuenta las horas "deseando" que llegue el próximo taller de memoria para recuperar los que le arrebató el covid. "Ya no es que vaya a aprender, ahora ayudo a mucha gente que tengo al lado, y yo con eso estoy contento".

El caso de Paula Martín (26 años) navega por otras realidades. Ella acudió a la Cruz Roja para solicitar la ayuda del Plan Empleo para hacerse un hueco en el mercado laboral fuera del sector de la hostelería. "Quería salir de mi zona de confort", dice. Tras hacer un curso de polivalente de supermercado, Paula muestra su satisfacción por haber conseguido un contrato durante los fines de semana en una gran superficie. "Empujo a la gente joven a que venga a Cruz Roja, ayudan en todo, yo tengo mucho que agradecer el apoyo psicológico y emocional", indica.

La vinculación de Ilyas Hussain con la entidad social se remonta al año 2006, en la sede de Jaén, y desde 2012 en Córdoba. Su trayectoria se expone en las vitrinas de la organización: empezó siendo acompañado en el programa de inmigrantes para facilitar su integración en la ciudad y actualmente recibe asesoramiento para contratar empleados en su negocio. Él, que ha pasado por todas las fases, desde el curso de manipulador de alimentos hasta la asesoría económica y jurídica de su empresa, devuelve "aquí se te recibe para todo, por eso traigo a todas las personas que me conocen. La Cruz Roja es una familia".

Miles de historias como las de estos tres protagonistas son las que construyen el día a día de la institución; las que se esconden detrás de la maquinaria de datos y números que vierte el último informe anual del año 2022, presentado este martes en la sede; la verdadera memoria de Cruz Roja.

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