Imposible engañar al controlador

Los tiempos de dificultades económicas disparan la picaresca. Hay quienes se hacen pasar por falsos revisores del butano, quienes intentan el clásico timo de la estampita y otros que hacen lo posible para ahorrarse unos euros en sus gestiones cotidianas. Prueba de ello es la historia de un conductor que el próximo lunes se sentará en el banquillo de los acusados por falsificar supuestamente un tique de la zona azul. El imputado intentó ahorrarse 1,60 euros, y ahora se enfrenta a un año de prisión y al pago de una multa de 1.620 euros como autor de un supuesto delito de falsedad en documento oficial en concurso medial con una falta de estafa, por la que, si el juez lo estima probado, tendría que pagar otros 180 euros de sanción.

Los hechos se remontan al 17 de enero del año pasado. Según relata la Fiscalía Provincial de Córdoba en su informe provisional de acusación, el conductor, sobre las 18:30, estacionó su vehículo en la zona azul de la plaza de Colón, un espacio en el que obligatoriamente hay que pasar por caja para dejar el vehículo. Pero el encausado, según el fiscal, quiso eludir el pago de la tasay colocó supuestamente "de forma visible" en el salpicadero un documento elaborado con ayuda de un ordenador que simulaba el tique original. El procesado hizo como que había pagado 1,60 euros y, tranquilo porque así tenía la posibilidad de eludir la acción de los controladores, se marchó.

Los trabajadores de la empresa adjudicataria de la zona azul, sin embargo, estaban al acecho y no cayeron en el engaño. El fiscal relata que, a las 18:49, cuando no había pasado ni media hora desde que el conductor estacionó, el supuesto engaño fue descubierto por los operarios, que llamaron a a una dotación de la Policía Local. A los agentes no les tembló el pulso para cursar el oportuno boletín de denuncia por aparacamiento sin abono de la tasa; también firmaron un atestado por el supuesto engaño. La vista pública del caso se celebrará el lunes de la semana que viene en el Juzgado de lo Penal número 3. El abogado defensor, por lo pronto, pide la absolución de su cliente por los hechos.

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