Isidro López Magdaleno: "Las administraciones deben hacer un pacto para impulsar el Norte de Córdoba"
Entrevista | Presidente de la Comisión de Industria y Energía de CECO
El presidente de la Comisión de Industria destaca que "la Base Logística es un revulsivo de crecimiento para toda la provincia"
Reclama al Gobierno diálogo con los empresarios: "Antes se nos consultaba a sindicatos y a empresas"
Vicepresidente de Magtel y miembro del Consejo Social de la Universidad de Córdoba, Isidro López Magdaleno es también la cara visible de la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO) en materia industrial, al presidir su Comisión de Industria y Energía. Desde ella insta a las administraciones a apoyar el desarrollo empresarial y la llegada de nuevas empresas, que van a incorporarse porque “no hay nada como Córdoba para instalarse”.
¿Cómo valora la situación actual de la industria en Córdoba?
Hemos cerrado un año en el que por lo menos tenemos ilusión. Están pasando cosas en Córdoba, hemos luchado durante mucho tiempo por que se convirtiera en un centro logístico después de que Antequera se nos adelantase. Pero ahora ya parece que el Corredor Central es un hecho. Y la Base Logística del Ejército de Tierra nos está activando las pilas a todos los empresarios, nos motiva. La Base Logística es un revulsivo de crecimiento para toda la sociedad y especialmente para todos los empresarios. Ocurrió igual cuando salió la ISO 9000, que las empresas tuvieron que superarse en calidad, sirvió para dar un paso más y mirar hacia el futuro. Avanzamos hacia la innovación y ahora estamos ya en otra fase. Este tipo de avances hacen que la sociedad en general piense y mire hacia adelante.
La Base Logística es un proyecto tractor, que supondrá la llegada de industria auxiliar e incluso otras actividades paralelas. Pero, ¿estamos haciendo todo lo posible para aprovechar toda su potencialidad?
Nos queda mucho que caminar y tenemos cuatro años de entrenamiento que son fundamentales. La Base ha empezado a tener sus adjudicaciones de obra y se empezará con el resto del polígono, algo fundamental porque van a venir muchas empresas de fuera que se querrán instalar, ya hay demanda. Y esa influencia será no solo para Córdoba capital, sino para la provincia. Habrá empresas que quieran estar en El Carpio o en La Carlota, o en Puente Genil si tienen relación con el frío. Desde la Confederación de Empresarios vemos que la provincia está creciendo en general, no solamente la capital, sino todas las poblaciones, y tenemos que ayudarles para que eso ocurra.
De hecho, la Junta ha creado una red de ciudades industriales y la provincia que más municipios ha aportado a esa red, es Córdoba. Existe ya una base industrial a la que quizás no se le da el relieve que merece.
Así es, el 15% de todas las poblaciones de esa red han salido de Córdoba. Muchas veces con la motivación ya tienes la mitad de un reto conseguido. Y en el 2023 ha pasado que hay ilusión, ya estamos empezando a hacer cosas. Por ejemplo, ya estamos imaginando qué queremos hacer en materia de formación, pero no solo para la BLET, sino hacia otras cosas: 4.0, la inteligencia artificial. Y al final todas las empresas nos vamos a nutrir de la formación de esas personas, que nos van a ayudar a crecer.
Ahí es clave el refuerzo de la formación profesional. ¿Han constatado un cambio en la apuesta por este tipo de enseñanza y el empleo industrial?
La FP es fundamental. Nuestro peor fallo fue en el 2011, cuando la Junta la paralizó en Andalucía. Una formación, por muy mala que sea lo peor que se puede hacer es no darla. Hemos estado sin ella hasta 2017. Las asociaciones sectoriales estábamos dando cursos en cada especialidad y ahora tenemos que volver a arrancar. Con la Base esto se ha reactivado, porque hemos constatado que necesitamos gente especializada, todos los institutos se han puesto las pilas, y la formación dual es clave. Yo tengo ilusión para este año nuevo, estamos pensando en formar a la gente que tenemos a nuestro alrededor y espero que como poco haya fondos para poder pagar esa formación.
¿También se avanza con la Universidad?
Hasta ahora hemos tenido la suerte de que las universidades han seguido con su formación, aunque son entidades muy grandes que tardan un tiempo en corregir sus rumbos. Ahora mismo la universidad se está acercando a los empresarios, el rector habla de cátedras nuevas y nos pide que le digamos qué necesitamos.
Al final se trata también de que la población de Córdoba pueda emplearse en esa industria que venga.
Y en la que existe, porque aquí hay muchas ideas. Somos los número uno del frío en Lucena, Puente Genil tiene empresas que son geniales. Y Los Pedroches tiene un potencial que tenemos abandonado por el problema de la falta de capacidad eléctrica. Hace muchos años yo quise montar allí una empresa y no fui capaz de hacerlo porque no había energía. La ejecución de la nueva línea de alta tensión para unir el norte de Córdoba con Extremadura y Castilla La Mancha supondría crear una autopista para el transporte de la energía eléctrica, una solución definitiva que necesitan las comarcas del Guadiato y Los Pedroches.
Ese problema ¿ha supuesto la pérdida de muchos proyectos?
Muchísimos. Cuando un empresario llega a algún sitio lo primero que ve es que haya posibilidades de personal, energía, agua, una ubicación donde instalarse. Pero fíjese en todas las carencias de Los Pedroches. Como las comunicaciones, la 432 lleva toda la vida pendiente de desdoblarse, el agua es un verdadero problema. ¿Cómo se arregla? Con inversiones. Cada Gobierno tiene sus competencias y tienen que trabajar en eso. ¿Y cuál es nuestra obligación? Protestar y comunicarlo, que se atiendan esas necesidades que tenemos. Sé que las administraciones públicas son conscientes de ello pero yo les propondría un pacto para el impulso al norte de Córdoba, como se ha hecho con la BLET.
Aparte de la Base Logística hay otras empresas con grandes proyectos de inversión, como por ejemplo Cunext e Hitachi...
Esas empresas, por supuesto. Hitachi ha hecho una apuesta por Córdoba, siempre ha estado ahí. Y la ampliación de Cunext está en marcha. Son proyectos tractores. Pero no acaban ahí. Está Iluminaciones Ximénez en Puente Genil, una gran empresa que tenemos en todo el mundo. El frío. Las fábricas de embalajes de La Rambla. La industria agroalimentaria. Córdoba hay que potenciarla.
… A eso me refería. Córdoba está en un momento de crecimiento. ¿Se espera la llegada próxima de otras grandes empresas a la provincia?
Van a llegar, sin duda. ¿Qué tenemos? Ahora nosotros tenemos energía, el sol, tenemos la fotovoltaica. Consiguiendo controlar los precios de la energía, algo que con el sol podemos hacer, podemos empezar a establecer actividad. Aquí hay energía, lo que necesitamos es una red de transporte y luego la gestión para poder almacenarla. Cuando tengamos esto, que lo vamos a tener, Andalucía y Córdoba van a crecer, ya hay empresas que están llegando. Entre los proyectos que tiene que evaluar y dar por buenos el Ministerio de Transición Ecológica y los que corresponden a la Junta de Andalucía, en la actualidad hay más de cuarenta iniciativas de plantas de energía renovables pendientes de instalación en la provincia de Córdoba.
En materia energética destaca la apuesta por el hidrógeno verde, en la que Córdoba también puede jugar un papel.
El hidrógeno es precisamente una forma también de almacenar esa energía y poder producir. Y una vez que tenemos la energía, hay posibilidades de salto en otras materias. Córdoba tendrá la capacidad de atraer empresas y hasta aquí van a venir industrias que son diferentes a las que hemos tenido hasta ahora, van a llegar grandes consumidores energéticos. Por eso, desde CECO luchamos tanto por que haya redes, por que llegue la línea de 400 kilovoltios. Estoy convencido de que vienen buenos tiempos para la industria.
Hace unos meses la Junta de Andalucía publicó un mapa con la ubicación de los recursos minerales considerados críticos por la Unión Europea y buena parte de ellos estaban en Córdoba. Y la minería está resurgiendo, pero no hay minas activas.
Córdoba es la provincia con más minas de toda Andalucía, ni Huelva ni Sevilla, sino Córdoba a lo largo de la historia. Y no hay mina... de momento. La minería hoy también hay puede ser eléctrica, puede ser gestionable, puede ser ecológica, más moderna. Córdoba tiene todas las posibilidades del mundo. Tiene mineral; tiene el combustible, que es el sol; tiene el transporte. No hay nada como Córdoba para instalarse. Por eso las empresas van a venir a Córdoba a la fuerza.
Sigue faltando el agua.
Existe la desalación como solución a nuestra falta de agua. Hasta ahora, tenía un problema: el precio de la energía. La hacía inviable porque no sabías ese parámetro, que era un 70% del coste que podía tener la producción de agua. Hoy en día puedes controlar ese coste durante 20 o 30 años, sabes cuál va a ser. En Andalucía tenemos el Atlántico y el Mediterráneo, podemos coger el agua que necesitemos. Los ciclos de sequía cada vez van a ser mayores, eso es indiscutible porque el cambio climático es una realidad, y es imprescindible que las administraciones se pongan las pilas, no podemos estar simplemente diciendo que no hay agua cuando podemos desalar. Cierto que tiene un coste energético caro, pero peor es no tenerla.
Tanto los proyectos de desaladoras como los fotovoltaicos se están encontrando con una tramitación larga, en el caso de los segundos además con bastante oposición de la población como de las administraciones locales. ¿Faltan agilidad y apoyo?
Todos los proyectos. En el caso de la fotovoltaica ocurre que llegas a un ayuntamiento y ven la instalación como algo que le quita un número de hectáreas de tierra, de jornales. Pero no piensan en lo que aporta al territorio y en que si esa persona que está ahora trabajando se forma, podría ser la que se encargue del mantenimiento de las placas. Claro que necesitamos agilidad. De hecho, desde la Administración nos dan plazos cortos para la ejecución. Pero bueno, en cierta forma cuando se pone una meta clara, todo el mundo nos ponemos a ello. Nosotros, la administración, los ayuntamientos, todo el mundo.
Y en términos generales, los empresarios, las empresas, ¿se sienten apoyados por las administraciones?
Buena pregunta. Los empresarios tenemos nuestra duda sobre si el Gobierno central nos apoya o piensa que somos malos, que tendríamos que irnos a nuestra casa. Antes se nos preguntaba, cuando había que tomar una medida sobre el empleo se llamaba a sindicatos y empresarios y nos poníamos de acuerdo. Ahora se toman decisiones que no cuentan con las partes. Eso perjudica seriamente los proyectos empresariales y en muchas ocasiones nos pensamos si meternos en una inversión que sea intensiva en personal. Influye mucho.
Usted ha vivido la evolución de la política y la normativa industrial durante su carrera, ¿cómo la valora en los últimos años?
Todo va cambiando, van entrando cosas necesarias, sin lugar a dudas. Se va evolucionando y se van introduciendo cambios. Pero hay que tener en cuenta algo, ¿qué pasa cada vez que surge algo nuevo? Un ejemplo: ahora mismo hay que habilitar en la página web un buzón de reclamaciones. Está bien, lo hacemos, pero cuesta dinero. Cada vez que hay un cambio tiene un coste, y cuando digo surge algo nuevo pueden ser las subidas que hemos tenido a final de año o la reducción de la jornada laboral, medidas que el empresario no tiene más remedio que repercutir en el coste de sus productos. Al final el producto nos va a llegar a todos a mayor precio. En este sentido considero que hay que tener diálogo, ver de qué forma se implantan las medidas, y esto es lo que creo que falta. Como siempre, el concierto social, no que venga un Gobierno por decreto y lo imponga.
Existe un elevado número de polígonos industriales que en algunos casos necesitan una profunda reforma. ¿Qué plantean desde CECO?
Es una cuestión importante y permanente y desde CECO insistimos en la necesidad de invertir en mantenimiento y mejora de los polígonos industriales de la ciudad y la provincia, como espacios de implantación de inversiones. A los ayuntamientos hay que pedirle que muestren más interés, porque si te paseas por un polígono, da igual que sea Las Quemadas o La Torrecilla, lo que ves es abandono. Las aceras no están como deberían, las calles no se mantienen. Allí trabajan muchas personas y tendríamos que sentir que son parte de la ciudad. No tienen servicios, casi no hay transporte público, las vías de acceso están colapsadas. En los pueblos cada uno lo mantiene dentro del nivel que se puede permitir cada ayuntamiento, pero creo que se miman más. Y es bueno que esas instalaciones estén ahí, porque van a hacer falta.
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