José Bretón contra todos
juicio por la desaparición de ruth y josé 3 Resumen de la primera semana


La repetida versión de José Bretón de que perdió a sus dos hijos el 8 de octubre de 2011 en el Parque Cruz Conde ha quedado desmontada durante la primera semana del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial con Jurado Popular. A pesar de la insistencia del acusado de que no mató a Ruth y a José en la finca de Las Quemadillas y que su desaparición se debió a un simple "despiste", todos los testigos que han pasado por la sala de vistas consideran "extraño" y hasta "imposible" que esto pudiese ocurrir debido al "excesivo control" que Bretón tenía sobre sus hijos. Pero la persona que tiene más claro que el acusado acabó con la vida de Ruth y José es su exmujer y madre de los pequeños, Ruth Ortiz, quien, sin poder reprimir sus lágrimas de dolor, dijo que en la madrugada del 8 de octubre, tras hablar con el imputado, supo que "jamás" volvería a verlos.
En tan solo una semana gran parte de las claves del relato de los hechos de Bretón se han quedado sin el respaldo de las personas más cercanas, que han compartido la relación del acusado con su mujer y con sus hijos, el proceso de separación, los días previos a la desaparición y el fatídico día de los hechos. Estos son los puntos más importantes que no encajan en el relato de lo ocurrido que sostiene José Bretón.
José Bretón y Ruth Ortiz contrajeron matrimonio en 2002. Para el acusado su relación era "plana y sin altibajos" y su comportamiento el de un marido "cariñoso". Por ello, según su versión, le sorprendió que su mujer quisiera poner fin a su relación a mediados de septiembre de 2011 para "vivir la vida". Estas palabras se contraponen por completo al testimonio de Ruth, que declaró ante el Tribunal Popular el pasado miércoles. Para ella, José Bretón era una persona "nada cariñosa, rencorosa y controladora". Su relación la calificó como "horrible", recordando sobre todo los últimos meses en El Portil (Huelva). Después de acudir al psicólogo, Ruth decidió iniciar los trámites de separación, ya que "no era feliz" y "empezó a tener miedo de él al intuir su maldad y cómo era verdaderamente". "He estado conviviendo con un asesino en potencia", dijo la madre de los pequeños desaparecidos. La mayoría de amigos de la pareja que han prestado declaración hasta el momento han coincidido en que el acusado tenía "anulada" a su exmujer, al tiempo que era "muy autoritario" con ella. Tras la separación, algunos de los allegados de la pareja que coincidieron con el imputado, incluso, detallaron que Bretón se encontraba "muy dolido" por la decisión tomada por la madre de sus hijos, llegado hasta a proferirle insultos como "puta". "No se va a salir con la suya. No se va a ir de rositas", le dijo a uno de los amigos de la pareja. Su cuñada, Leticia, reconoció que le dijo a Ruth que comprendía que hubiese puesto punto y final a su relación matrimonial y que "entendía que no fuese feliz".
Para José Bretón sus hijos son lo más importante y, dice, "daría la vida por ellos". Por este motivo, insistió ante el presidente de la sala y el Tribunal Popular que es un "padre bueno", que se ha dedicado por completo a su cuidado y a su correcta educación, mientras que su exmujer "tan solo se encargaba de ducharlos". "Mis hijos no me temen, sino que me adoran y yo también los quiero a ellos con locura", llegó a decir. Por contra, Ruth Ortiz, un día después de que el acusado ofreciera su versión de progenitor ejemplar, reiteró que ella junto a su madre, Obdulia, eran las únicas personas que "habían criado" a los pequeños y que el comportamiento de Bretón con ellos "no era cariñoso" y que presenció como en una ocasión "apartó a la niña con desprecio de sus piernas" y a José "le dio una torta en la boca porque no quería comerse la papilla". "No los dejaba actuar como niños", reiteró. Los amigos más cercanos del matrimonio también coincidieron en que Bretón tenía un "excesivo control" sobre sus hijos por lo que consideraron "extraño" e "imposible" que los perdiese en el Parque Cruz Conde. Sin embargo, José Bretón se mostraba de una forma muy diferente ante las personas que estaban fuera de su círculo más cercano. Las madres de los compañeros de guardería de José lo describieron como el "padre perfecto", mientras que las profesoras del pequeños destacaron que era "excesivamente protector" y que su comportamiento era "diferente" al resto de padres.
Tranquilo. Éste es el adjetivo que usó José Bretón para describir su carácter, sin darle importancia a sus "manías por la limpieza". Pero, para las personas más allegadas al acusado éstas pasaban los límites. Su exmujer, Ruth Ortiz, detalló que el acusado no se sentaba en los bancos o en los asientos de los autobuses, que no tocaba las puertas de los ascensores, que se lavaba las manos en numerosas ocasiones o que se ponía tapones en los oídos para no escuchar el ruido de los que estaban a su alrededor mientras comían. Un amigo aseguró que le exigía quitarse los zapatos antes de entrar a su casa. Después de la separación, los testigos compartieron que se encontraba muy nervioso y que el día anterior a la desaparición "su mirada era diferente, como la de un psicópata".
José Bretón compró 250 litros de gasolina de una cooperativa de Huelva desde el momento que su Ruth Ortiz le comunica que quiere separarse hasta la desaparición de los niños. El día antes de los hechos adquiere unos 70 litros con los que, según explicó, llenó el depósito de su vehículo y varias garrafas para ahorrarse unos ocho euros. Así, en todo momento negó que ese combustible lo utilizara para matar a sus hijos en la hoguera que hizo en la finca de Las Quemadillas el 8 de octubre de 2011. Si embargo, su exmujer señaló que nunca vio que Bretón llenase garrafas para repostar. Los trabajadores de la gasolinera confirmaron el acopio de combustible que adquirió en menos de un mes.
Días antes de la desaparición de los menores José Bretón acudió a la consulta de su psiquiatra debido, tal y como detalló, a sus "manías". Según el acusado, el especialista le recetó Orfidal, pero, después de comprarlo, decidió tirarlo. De este modo, negó con rotundidad que se los suministrara a sus hijos el 8 de octubre de 2011 antes de acabar supuestamente con su vida, tal y como defienden el Ministerio Público y la Fiscalía. El psiquiatra, Guillermo G., reconoció que fue él quien le recetó las pastillas sin que Bretón se lo pidiera, pero que durante la consulta el tema principal fue la separación del acusado con Ruth Ortiz. "Le aconsejé que hiciera las cosas bien y que tuviera una actitud buena con su mujer y con los niños", ya que "pensé que iba a utilizar a los menores en el proceso de separación".
El Ministerio Fiscal y la acusación particular defienden que Bretón ideó un macabro plan las semanas anteriores a los hechos; en concreto, durante varias noches y en la finca de Las Quemadillas. José Bretón lo niega por completo, pero una vecina de la parcela de los abuelos paternos confirmó que vio durante varias madrugadas seguidas la luz encendida de uno de los balcones de la vivienda principal de la parcela. Incluso, relató que sorprendió a Bretón mirando a su casa días antes de los hechos, un episodio que le llamó la atención y que hasta comentó con su marido.
El día de los hechos José Bretón dice que se levantó temprano y que sobre las 10:30 llegó a casa de su hermana Catalina junto a sus hijos, mientras ésta se fue a comprar a una gran superficie comercial, pero que es falso que mientras tanto fuese a la finca de Las Quemadillas. Esta versión la corroboró el cuñado del acusado, José Ortega, quien dijo que era "muy poco probable" que el acusado cogiera las llaves de su coche para desplazarse a la parcela mientras él y su mujer realizaban la compra. Con estos dos relatos encajaría esta pieza del puzzle, pero hay una tercera persona, un testigo que durante esa mañana circuló con su coche por la calle donde se encuentra la parcela de los padres de Bretón, que aseguró ante el jurado que esa mañana vio al acusado en la puerta de la finca. "Estoy completamente seguro de que era él. Estaba parado y con la mirada perdida", relató.
Tras salir de casa de su hermana Catalina el 8 de octubre, Bretón dice que hizo una parada de unos 15 ó 20 minutos en casa de sus padres y que se fue a la parcela, ya que los niños se habían quedado durmiendo en el coche. Una vez allí abrió las puertas del vehículo y bajó las ventanillas para que los menores siguieran durmiendo, mientras él hizo una hoguera en la que quemó "bolsas con ropa vieja de Ruth y apuntes", pero que ese día no quemó animales, aunque en el fondo de la hoguera había restos de "carnero" de ocasiones anteriores. Para conseguir que prendiese con facilidad, Bretón señaló que usó la mesa metálica para colocar los palos, pero que es falso que la utilizara para construir una pira funeraria para acabar con la vida de los niños. Tras esto, según su relato, se metió en el coche donde se encontraban Ruth y José. Después de que se despertaran, sobre las 17:30, dice Bretón que salieron de la finca en dirección a la Ciudad de lo Niños donde días antes había quedado con su hermano Rafael. Esta versión se contrapone a la de Ruth Ortiz, que aseguró que José Bretón quemó, incluso, ropa nueva que tenía guardada en armarios y que es muy "extraño" que los niños permanecieran en el coche durmiendo durante tantas horas y sin comer. En cuanto a la gran columna de humo de la que alertó el Infoca, Bretón aportó una versión nueva durante la vista oral, ya que, según dijo, provenía de una finca cercana a la de sus padres, aunque no precisó su ubicación exacta.
La versión de José Bretón siempre ha sido la misma: que perdió a los niños mientras se encontraba con ellos en el Parque Cruz Conde a causa de un "despiste". "Estaba sentado en el banco cuando se entremezclaron entre un grupo de personas y los perdí de vista. Lo que pasó no lo sé pero me gustaría saberlo", reiteró. Este relato, sin embargo, no es creíble para ninguno de los testigos que hasta el momento han prestado declaración. Ruth está convencida de que Bretón mató a sus hijos y dice que lo supo en la madrugada del día 9 de octubre cuando su exmarido la llamó para comunicarle la desaparición. "Supe que no los volvería a ver más", aseguró emocionada. Sus amigos también mostraron dudas ante esta versión, ya que consideran "imposible" que el acusado se sentara en un banco de abdominales para descansar al ser una persona "muy escrupulosa". Su cuñado, José Ortega, fue incluso más allá al asegurar que cree que Bretón es el "responsable de la desaparición de los niños", pero que no ha acabado con sus vida. "Algo malo les ha hecho porque es muy raro que se pierdan en el parque. Pero es imposible que los haya quemado en la hoguera", dijo el marido de Catalina.
Tras la desaparición de los niños, José Bretón detalló que avisó a su hermano Rafael y después al 112. Además, fue a la Ciudad de los Niños para avisar del incidente. "Me puse a buscarlos como un loco", señaló. A medianoche, el acusado se desplazó junto a la Policía a la finca de Las Quemadillas para centrar allí las labores de búsqueda de los menores. Unos de los amigos más cercanos del imputado, Florentino H., señaló ante el juez que le sorprendió la "tranquilidad" de Bretón y de su hermano Rafael. "Yo les dije que cómo podían estar así si yo estaba muy nervioso y no eran mis hijos, y lo único que me dijeron es que no les salía estar de otra forma", aseguró.
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