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Mikel Lejarza
Toulouse
Director del Plan de Obesidad Infantil de Andalucía
José Rumbao nos atiende en mitad de una guardia en el Hospital Infantil del Reina Sofía. A pesar de sus compromisos como director del Plan Andaluz de Obesidad Infantil y coordinador del Plan Estratégico de Salud de la Infancia y la Adolescencia de Andalucía, mantiene, en la medida de lo posible, su trabajo asistencial. "Si dejo de ver niños, me muero", dice el doctor, que también es jefe de Pediatría del centro sanitario cordobés. Además, a lo largo de su trayectoria ha sido gerente del Distrito Sanitario Córdoba- Guadalquivir y director médico del Reina Sofía.
-¿Por qué un Plan andaluz para la obesidad infantil?
-El plan era necesario porque es un problema de salud pública. La obesidad no solo afecta a la infancia, sino en lo que va a ser la vida adulta de esos niños. De hecho, cuando antes podamos actuar para la prevención de esa obesidad y sobrepeso, podremos corregir los posibles perjuicios que puedan tener el resto de su vida. Lo más importante es evitar que aparezca esa obesidad.
-¿Tiene Andalucía unos índices más altos de obesidad infantil que otras comunidades autónomas?
-En los últimos datos del Estudio Aladino, que es a nivel nacional, no había una diferencia significativa con otras comunidades. Es más, probablemente por el efecto de la pandemia se han estabilizado los datos, aunque es una estabilización teórica. En la práctica, cuando consultamos con los pediatras de los centros de salud o con los endocrinos se ve que hay una tendencia al alza de niños y niñas con obesidad o sobrepeso.
-Siendo España un país de dieta mediterránea, ¿por qué está ocurriendo esto?
-Es multifactorial. Es evidente que hay unos factores que predisponen a la obesidad, pero también hay muchos educacionales. Por eso son muy importantes todas la medidas preventivas y este plan está coordinado de una forma muy intensa con Educación para todos los proyectos que desde la consejería se ponen en marcha, no solo comedores escolares, sino de hábitos de vida saludable.
-Sobre los comedores escolares, ¿se deberían regular más para evitar menús poco saludables?
-La Junta de Andalucía lleva un control de todos los comedores escolares para que cumplan con los requerimientos de menús saludables que deben tener. Luego es verdad que hay que hacer un seguimiento para que esos estándares se cumplan. Por lo tanto, no solo es importante la supervisión inicial, sino una continuidad para detectar posibles desviaciones. Desde la Junta se está trabajando intensamente porque es un ámbito muy importante.
-¿Sigue ligada la obesidad a las familias con menos recursos o está extendida en todas las clases sociales?
-Es un problema que afecta a todas las clases sociales, pero es verdad que las que tienen menos recursos tienen una incidencia mayor. Eso va ligado a esos componentes educativos de los que hemos hablado antes y a que, hoy en día, no es barato llevar una alimentación completamente saludable. Son muchos los elementos que intervienen en todo esto.
-Hablamos, por ejemplo, de que el precio del aceite de oliva, el pilar de la dieta mediterránea, está por las nubes y no es asequible para cualquiera.
-Todo lo que rodea a la alimentación influye en que tu menú sea saludable, por lo tanto la escalada de precios que está habiendo repercute en ello.
-Aparte de los consejos que se puedan dar desde las consultas de los pediatras y endocrinos y desde los centros educativos, las familias son la base fundamental. ¿Cómo se puede trabajar con ellas para mejorar la alimentación de los niños?
-Las familias son el pilar fundamental porque los niños aprenden mucho del ejemplo. Frecuentemente, cuando llegan niños a la consulta con sobrepeso u obesidad, en los padres o el entorno cercano ya existe ese sobrepeso u obesidad. Independientemente de toda la educación en salud que se haga desde los colegios, se han diseñado varias campañas de intervención. Hay una que está teniendo mucho éxito, que se hace en Córdoba, el proyecto PInPO, que son intervenciones dirigidas tanto a los niños como a las familias.
-¿Qué problemas se ven en las consultas ligados a la obesidad infantil?
-Sobre todo, problemas asociados a riesgos cardiovasculares. Es decir, ya no solo aparecen en la edad adulta, sino que conforme va avanzando la edad del niño van saliendo a la luz. Luego, también aparecen problemas de salud mental porque el niño puede sufrir algún tipo de acoso o burla. Por último, el síndrome metabólico acompaña a la obesidad. Repercute a muchos niveles dentro del organismo: a nivel hormonal, endocrino, inmunológico... Y eso se empieza a ver en la etapa infantil.
-¿De qué forma se está desarrollando este plan contra la obesidad?
-El plan lleva muchos años establecido. Es un proyecto muy bien elaborado en su primera fase. En este momento estamos reestructurando y actualizando el plan a la nueva realidad. Sus principales líneas son la asistencial, prevención y promoción y, por último, comunicación y divulgación.
-El Plan Estratégico de Salud de la Infancia y la Adolescencia sí es una novedad.
-El nombre ya pone en valor lo que conlleva. Surge porque los niños y los adolescentes tienen unas características propias que los hacen diferenciales del adulto. No podía ser que en todos los planes la valoración del niño ocupara un párrafo o un capítulo. Para la Junta y la Consejería de Salud poner en valor a la infancia es una prioridad. La misión fundamental es asegurar el bienestar de los niños y adolescentes en Andalucía; fundamentalmente desde Salud, pero también con otras consejerías como Educación, Igualdad, Justicia... Es muy transversal.
-¿Qué problemas nos encontramos hoy en día respecto a la salud de los niños y adolescentes que antes no existían?
-Dentro del plan estratégico hemos establecido diez retos fundamentales porque no se trata solo de cosas que antes no había, sino cosas que había pero han cambiado. Los retos empiezan desde la preparación al nacimiento y a la crianza, reforzando los aspectos de parentalidad positiva de los padres, y con el programa del Niño Sano, que es referencia para otras comunidades. Está muy desarrollado en los primeros años de vida, pero hay que completar la segunda infancia. Por otro lado, el adolescente siempre ha estado, pero no se le ha dedicado el espacio que necesita. La salud mental es otro de los puntos que se abordan e incluye las adicciones y los problemas que conllevan las nuevas tecnologías. Luego, hay una realidad del paciente pediátrico crónico complejo que necesita unos cuidados específicos. También hay un componente fundamental, que es el cuidador del niño, al que hay que dedicarle un campo específico.
-Precisamente la salud mental es un tema candente por los casos de acoso y la violencia entre niños. ¿Qué propone este plan?
-Es tan importante la salud mental que hay un plan específico para ella. Pero además, en este plan estratégico hay un reto dedicado a ella. Están aumentando mucho los trastornos de conducta alimentaria en la infancia y adolescencia y trabajamos en asegurar que haya una atención específica para esos pacientes. Por otro lado, se incide en la detección precoz del acoso y en enseñar al niño a afrontar esas situaciones. Luego, en la patología más específica de salud mental, los niños y adolescentes deben tener un espacio de ingreso hospitalario en un entorno de niños. Ya se han desarrollado en muchos centros las unidades de salud mental infanto-juvenil dentro de los hospitales infantiles.
-¿Qué tipo de adicciones encontramos en estas edades?
-Dependiendo del rango de edad, encontramos adicciones de drogas, alcohol y tabaco en el perfil más alto, en el adolescente, y lo que está aumentando mucho es la adicción a las pantallas, a los dispositivos electrónicos. Dentro del plan estratégico, inicialmente no se había contemplado ninguna línea de intervención específica, pero a petición de nuestra consejera se va a trabajar en esta problemática que trasciende la salud porque tiene una implicación social importante.
-¿Qué problemas se están viendo relacionados con el uso de las nuevas tecnologías?
-Hay problemas de aislamiento social, pérdida de la relación dentro del entorno familiar e incluso aumento de la agresividad en función de qué esté haciendo con esas pantallas. Luego, hay una estructuración de la realidad basada en lo que ven a través de las pantallas y todos sabemos que esa no es la realidad a la que se tienen que enfrentar. Entonces llegan las frustraciones y la sensación de no estar adaptados. Estos son los reflejos que vemos del uso prolongado de las nuevas tecnologías, más allá de los problemas específicos de salud, que veremos su trascendencia en los próximos años.
-¿El aumento de los trastornos de alimentación también está relacionado con las nuevas tecnologías y la imagen de perfección que se da a través de las redes sociales?
-Tienen acceso a unos contenidos que distorsionan la realidad y eso en una mente que se está formando puede llevar a la búsqueda de un ideal físico que suponga un riesgo para su salud. Los trastornos de conducta alimentaria está aumentando en número y también se están adelantando en el tiempo. Estamos viendo a niños más pequeños que antes.
-¿El ritmo de vida que llevamos, el estrés y la falta de conciliación de los padres puede incidir de alguna forma en la salud infantil?
-Evidentemente, puede incidir, pero también hay que ver el entorno y cómo está la sociedad. Lo digo porque no hay que culpabilizar a las familias por la realidad social y el trabajo que puedan tener. Lo que hay que intentar es que el tiempo que estemos con nuestros hijos sea de calidad y fomentemos valores y hábitos de vida saludables.
-El plan es muy ambicioso, ¿pero qué resultados se esperan?
-Dentro del plan estratégico hay una serie de indicadores que serán los que nos sirvan objetivamente para valorar, conforme vaya avanzando el tiempo, el grado de consecución. ¿Qué se quiere alcanzar? Que haya una atención integral a la infancia y adolescencia coordinada y global. Integral porque debe acompañar al niño desde antes del nacimiento hasta que llegue a la vida adulta. Global porque debe contemplar todos los aspectos que rodean al niño: salud, entorno social, colegio... Coordinada porque todos estos elementos deben verse de manera conjunta e intentar trabajarlos a la vez. Para la difusión hay una web llamada Ventana Abierta a la Familia, que lleva diez años en funcionamiento, en la que hay información sobre hábitos de vida saludable, vacunas, prevención de infecciones... Tiene un sistema de mensajería y cuando das de alta a tus niños te llegan avisos sobre medidas acorde con su edad y según cada época del año. A nivel de padres y familias puede ser muy útil.
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