Joyeros en peligro

Un problema que crece

La inseguridad y el alza de los siniestros se suman a la crisis en el ránking de problemas por los que atraviesa el sector

Joyeros en peligro
Francisco Javier Domínguez

15 de marzo 2009 - 01:00

Ser joyero es hoy una actividad de alto riesgo. El valor de la mercancía con la que comercian les ha convertido en objetivo de un amplio abanico de delincuentes, que van desde los rateros más simples de barrio hasta las mafias organizadas, llegadas de la Europa del Este en la mayoría de los casos. A la crisis por la que atraviesa el sector, especialmente dañado por la coyuntura económica debido a la naturaleza de su negocio, basado en el lujo, se suma el incremento de siniestros que padecen, que abarcan desde el típico atraco en la tienda al robo de la fábrica mediante el butrón pasando por el robo de muestrarios a los comerciales. Esta situación está llevando a muchos ceses de actividad porque ni los profesionales más antiguos en el gremio soportan la presión de la inseguridad ni sus herederos están dispuestos a continuar con una tradición tan lastrada por constantes problemas.

LAS CIFRAS ASUSTAN. Durante 2008, el sector de la joyería sufrió en España más de 500 siniestros entre hurtos, robos y atracos, según datos facilitados por la correduría de Rodolfo Serván, aseguradora líder en el sector de le joyería, que tiene su sede principal en Córdoba. El crecimiento el año pasado de los delitos sobre la joyería está en torno al 30% con respecto a 2007 y es aún mayor con respecto a 2006. El presidente de la firma, Rodolfo Serván, explicó a El Día que los importes que han tenido que cubrir los seguros en por atracos "se han multiplicado por dos". En el caso de los robos, la subida ha sido tres veces superior con respecto a 2006 y a 2007. Esto ha llevado a las aseguradoras del sector a una situación complicada y a que las pérdidas aumenten, ya que el año pasado tuvieron que abonar 24 millones por los siniestros, casi el doble de los 13 que se pagaron en 2007, según datos de la aseguradora de Serván.

MODUS OPERANDI. Las técnicas de robo, atraco o hurto a las joyerías cada son más evolucionadas. La imagen tradicional del atracador pistola en mano es sólo la base de un sinfín de formas de actuar. Alunizajes, butrones, pagos ficticios, robos de muestrarios o agresiones físicas que terminan en el asesinato, como ha ocurrido recientemente a un joyero de Ciudad Real, que fue hallado muerto en su coche en un pueblo de Toledo, son algunos de los métodos más utilizados. Y cada vez los delincuentes se están volviendo más agresivos y despiertos a la hora de actuar.

Entre los casos más llamativos que se están dando se encuentra la apertura de tiendas ficticias. Los ladrones se hacen pasar por compradores de mercancía para un establecimiento de nueva apertura que en realidad no existe, pero el fabricante, que está deseando vender, da la mercancía a los delincuentes con la promesa de que recibirá el pago en breve o mediante pagarés. A veces, los estafadores llevan al vendedor a la presunta tienda, que está hasta montada a falta de la mercancía. El joyero, confiado, vende, a veces a cambio de un adelanto, y cuando quiere cobrar el dinero no existe, la tienda está cerrada y su mercancía ha desaparecido. También se ha vuelto al denominado hurto mágico, según explica Rodolfo Serván. Este método "es tan antiguo como el dinero. Otra cosa es que haya delincuentes que lo estén usando de nuevo", señala. Consiste, explica Serván, en el uso alternativo de dinero en metálico, que es usado como cebo, con el de una tarjeta de crédito o de un cheque. El vendedor se confía y entrega la mercancía al ladrón, que, con la excusa de ir al banco, desaparece para siempre. Las recomendaciones que la correduría de Rodolfo Serván realiza a los empresarios del sector se centran en la desconfianza hacia operaciones demasiados fáciles y cuantiosas. "Debemos analizar al comprador, la urgencia atípica de su compra", señala Serván.

El crecimiento de los atracos al estilo tradicional, amenazando con un arma el dependiente, ha llevado a que muchas joyerías se doten con modernas instalaciones de seguridad, algo que supone un importante coste añadido a los empresarios de este sector tan golpeado por la crisis. La instalación de cámaras de vídeo vigilancia permite además ver cómo son las secuencias de actuación de los delincuentes cuando actúan en grupo. Es algo espectacular. El primero accede al local y cuando le atiende el dependiente le encañona. Luego entra un segundo antes de que se cierre la puerta y coloca una chaqueta junto al marco del acceso para evitar el bloqueo tanto de la entrada como de la salida, pues muchas puertas se cierran y pueden dejar a los atracados dentro. Es entonces cuando acceden hasta dos y tres individuos más. Desgraciadamente, muchos de estos sucesos acaban con la muerte del dependiente o del propietario de la tienda. Otras veces hay daños físicos, pues se retiene y se amordazada a la víctima mientras se desvalija el local.

El miedo ha llevado a muchos industriales a incrementar sus medidas de seguridad hasta tal punto que se han construido auténticos búnker en las trastiendas de los establecimientos, donde el joyero puede refugiarse dejando dentro de la tienda, cerrando a los atracadores a la espera de que llegue la policía. Y es que como apunta Rodolfo Serván, "la agresividad junto a la sorpresa son las armas más importantes de los delincuentes".

Otras veces el ladrón llega con apariencia de cliente. Pide que le muestren distintas piezas. El joyero saca el muestrario y, de un tirón, el delincuente se lo lleva completo. El robo de muestrarios a los comerciales también es algo que genera mucha inseguridad en el sector, pues hay que tener encuentra que los vendedores de las industrias tienen que extremar las precauciones al máximo cuando viajan vendiendo el género. Rodolfo Serván cuenta un caso de un joyero cordobés al que intentaron abrirle el coche con una motosierra para robarle el muestrario. Cuando el ladrón cortaba la chapa del mercedes, que estaba blindado, las chispas llegaron al depósito de la gasolina y el coche se quemó.

COLABORACIÓN. La labor de una aseguradora de referencia para el sector joyero como es la de Rodolfo Serván no se queda en la mera tarea de cubrir pólizas. Serván mantiene una colaboración activa con los Cuerpos de Seguridad del Estado. Su equipo de especialistas analiza minuciosamente todos los vídeos y fotografías y aportan toda la documentación que pueden a la Policía de los robos que sufren sus asegurados. De hecho, Serván es vocal de la Comisión Provincial de Seguridad Privada y presidente de la Comisión de Seguridad de la Asociación Provincial de Joyeros, Plateros y Relojeros de Córdoba. Tanto él como la directora general de la Asociación Nacional de Joyeros, Giovanna Tagliavia, mantienen una estrecha colaboración para que los niveles de delincuencia no vayan a más. Así, Tagliavia ha comparecido recientemente en el Senado para explicar la situación de inseguridad en la que está inmerso el sector y el próximo martes viajarán a Madrid para reunirse con los responsables de Ministerio del Interior para abordar la inseguridad de la joyería.

GEOGRAFÍA DEL ROBO. "Madrid se lleva la palma", afirma Serván cuando explica las zonas más afectadas por los asaltos. Es lógico, puesto que es el lugar donde más joyas se venden de España y donde se concentran las casas más prestigiosas de venta al público. Si Córdoba es la fábrica por excelencia de la joyería española, Madrid es el escaparate. También Barcelona es objetivo de la delincuencia que ataca a los joyeros y después Andalucía, según los datos a los que ha tenido acceso este diario. La Comunidad Valenciana es otro de los puntos donde más robos se concentran.

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