Juana Castro, la poeta cordobesa más universal, recibe el premio Elio Antonio de Nebrija
Cultura
Entre aplausos, poemas y la reivindicación del papel de las mujeres escritoras, los autores andaluces reconocen a "una de las voces más originales de la poesía contemporánea"
"Es agosto y la tarde, silencio. Las mujeres cosen y callan, cosen y escuchan". Entre poesía, literatura y una lluvia de aplausos, la escritora cordobesa Juana Castro ha recibido este sábado, 13 de noviembre, el XII Premio de las Letras Andaluzas Elio Antonio de Nebrija en un emotivo acto celebrado en la Sala Orive de la capital cordobesa con la presencia del alcalde de Córdoba, José María Bellido; la subdelegada del Gobierno, Rafaela Valenzuela; la delegada de Cultura de la Diputación, Salud Navajas; el presidente nacional de la Asociación Colegial de Escritores, Manuel Rico; y el presidente de la Asociación Colegial de Escritores sección autónoma de Andalucía, Manuel Gahete.
La admiración y el reconocimiento de los autores andaluces a Juana Castro se ha sentido en toda la sala. Los miembros de la junta de gobierno de la Asociación Colegial de Escritores han decidido conceder este galardón a la poeta, natural de Villanueva de Córdoba, por su destacada trayectoria pero, sobre todo, por ser "una de los voces más originales de la poesía contemporánea" y, además, por la importancia del discurso "femenino y feminista" presente en todas sus letras.
"No todos los días la cultura tiene la oportunidad de celebrar la obra de una creadora para convertirse en faro y espejo de otros muchos creadores", ha comenzado así su discurso el presidente de la Asociación Colegial de Escritores sección autónoma de Andalucía, Manuel Gahete, que ha dirigido todo el acto y ha destacado lo honrado que se ha sentido, como andaluz, de poder otorgar este premio.
El presidente nacional de la Asociación Colegial de Escritores, Manuel Rico, también lo ha celebrado, de manera muy personal, porque asegura que desde la entrega del Premio de la Crítica del año 2011 viene defendiendo las obras de las mujeres. "Por cada diez hombres que han recibido el premio, solo uno correspondía a una mujer" para esa época, cuando se despertó una nueva sensibilidad, siendo ahora el 50% de los premios recibidos por autoras. "Juana Castro vivió la transición, combina el lenguaje revelador, la conciencia crítica e introduce la mirada especial de ese 50% de la población española que ha estado marginada, una visión femenina y feminista de esta sociedad. Juana Castro demuestra que ese nivel es muy alto", ha resumido.
"Rescatar las voces de las mujeres olvidadas"
En ello, la subdelegada del Gobierno, Rafaela Valenzuela, ahondó aún más y visiblemente emocionada ha expresado que ha leído a Juana Castro desde antes de los años 90: "Como mujer y seguidora de la poesía, ese escaso reconocimiento a las autoras despertó mi inquietud por rescatar las voces de las mujeres olvidadas".
Para Valenzuela, Juana Castro "es imprescindible, vive un momento dulce y a los demás nos toca agradecer sus versos, su aula de poesía". Para la subdelegada, "son muchos los actos donde las mujeres cada vez reivindicamos y luchamos en contra de la maldición de los malos tratos y tus poemas, Juana, son un himno, que cosa más hermosa que tus poemas ya no sean tuyos, sino un himno", ha expresado.
En la misma línea se ha expresado la delegada de Cultura de la Diputación, Salud Navajas, que ha agradecido a la poeta cordobesa por sus letras, por dedicarlas "a las mujeres, a lo rural, lo femenino, nadie como tú ha reflejado la condición de las niñas de pueblo, desde la sencillez has mostrado el sentir de varias generaciones de mujeres, desde una voz única e inconfundible".
Y es que Juana Castro ha sabido aunar tres ejes como el amor, la mujer y lo rural en sus letras, que han sido repasadas durante la entrega del premio por la catedrática de literatura María Ángeles Hermosilla Álvarez, que se ha paseado por todos los versos de la poeta cordobesa enfocando la mirada hacia la construcción social de lo femenino, el orden patriarcal o la figura materna.
Así, con un poema escrito para la ocasión, la galardonada rememoró a la niña que además de leerle a las mujeres en el cortijo por la noche, subía y miraba las estrellas desde Villanueva de Córdoba, traduciendo los misterios en signos y palabras.
"Toda literatura es de la memoria, brota de los símbolos, los arquetipos de la infancia, el lenguaje de los misterios, que desvelan poco a poco todo lo que desconocemos", ha expresado Juana Castro durante su discurso, que ha recordado la presencia de la encina, la dehesa, la sierra, ese mundo que ha ido recorriendo con la poesía y se ha mostrado "contenta y abrumada por las palabras" que todos los presentes le dedicaron. Y una lluvia de aplausos estremeció la sala al recibir la medalla y un guadamecí elaborado por una artista cordobesa.
Antonio Gala, Manuel Alcántara, Pablo García Baena, Rafael Guillén, Antonio Hernández, Fernando Arrabal, Josefina Molina, María Victoria, Pilar Paz Pasamar, Mariluz Escribano y Rafael Ballesteros han sido galardonados con este premio.
La obra de la poeta cordobesa más universal
Juana Castro publicó su primer libro, Cóncava mujer, en 1978, con la primera Constitución democrática. Desde los primeros libros resaltan dos temas: el amor y la consideración de la mujer como centro del mundo. Son temas que atraviesan cada uno de sus poemarios junto a la temporalidad, el mito, el dolor y la muerte. La naturaleza, lo rural, el campo de la sierra cordobesa y la infancia serán también una constante.
Todo ello, unido a una relectura de los mitos clásicos y las figuras bíblicas, más visible en Narcisia, No temerás o El extranjero. La evocación de la infancia junto a ritos de iniciación y presencia de lo matriarcal, en conexión con la cultura gallega, son patentes en Fisterra, Del color de los ríos o Antes que el tiempo fuera, en una poesía tan realista-costumbrista como existencial y místico-mágica.
En Del dolor y las alas y Los cuerpos oscuros, Juana Castro baja y vive los abismos de una experiencia vital al límite, con emociones asociadas a la maternidad y el territorio del hogar. Es la cara oscura de nosotros mismos. Genuina voz que ahonda y explora los misterios de la naturaleza humana, cuando la vida se corta en la infancia o desanda el camino hacia la destrucción y la desmemoria. Hecha grito y canto, la palabra poética de Juana Castro vuela, como en Arte de cetrería, entre la realidad y el sueño, capaz de filtrar, en unos pocos versos, la emoción de lo sagrado.
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