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Un cuadro de Julio Romero de Torres, La primavera, inspira la colección que la diseñadora cordobesa Juana Martín ha presentado este lunes en la pasarela de Alta Costura de París. Esa obra de su paisano cordobés (1874-1930), del que se cumple casi un siglo desde su realización, es una de las fuentes de esta colección de 26 conjuntos, algo que se aprecia en el estilo de las prendas, pero también en peinados o maquillajes.
Es la cuarta ocasión consecutiva en la que Martín participa, en calidad de casa invitada, en esta prestigiosa semana, dentro del calendario oficial de la Federación de la Alta Costura y de la Moda. Y lo ha hecho en pleno centro, en la galería comercial del Museo del Louvre, junto a la pirámide invertida.
Admiradora de la obra de Romero de Torres, Martín vuelve a ofrecer una colección primavera-verano 2024 entroncada con sus raíces andaluzas, tiene al rocío como uno de sus protagonistas. La Rosée (El rocío) es como ha bautizado su colección; ese rocío matinal que da un efecto de brillo de agua, que la diseñadora ha logrado recrear en algunas de sus propuestas.
Además, en ella no faltan las flores, realizadas en plata por los talleres de Logana, y que cobran "vida", al ser formas voluminosas que se alzan en más de un caso de las propias prendas.
De entre todos los materiales, hay que subrayar la presencia en su desfile de la rejilla vegetal característica de las sillas de Málaga, ciudad en la que Juana Martín pasó su infancia. Valiéndose de este material, ha imaginado desde chaquetas cortas, a vestidos de diversas formas y volúmenes, llegándolo a combinar con otros, como metal y tejido transparente. Una rejilla que hasta ha impregnado de capas de plata, gracias a un proceso utilizado en el universo del mobiliario.
Con plata también se ha realizado un accesorio de lo más andaluz, el sombrero cordobés, que ha desfilado coronando uno de los conjuntos, y acaparando más de un flash. "Mi colección es una oda a esa estación en la que el sol empieza a calentar y todo florece después del invierno", explicó la diseñadora.
Fiel a su ADN, en el terreno del color vuelven a reinar el blanco y el negro. "Es una colección, como las anteriores, elaborada en sus talleres cordobeses, donde algunas de sus artesanas llevan trabajando con Juana desde hace más de veinte años", detalla entre bastidores Blanca Zurita, su responsable de prensa.
Además de la obra de Romero de Torres, la diseñadora cordobesa admira el trabajo de Cristóbal Balenciaga. Y no se olvidó de él en este desfile, coincidiendo con el estreno de la serie televisiva sobre el arquitecto de la moda.
También ha aprovechado para hacer un guiño al país que acoge y aplaude sus colecciones, con la utilización en dos modelos del preciado encaje de Chantilly. Como es tradicional en Juana Martín, hubo una presencia destacada de los adornos de cabeza, como casquetes de motivos florales que en ocasiones tapaban toda o la mitad del rostro.
El último conjunto estaba dominado por un tocado que recordaba un antiguo casco de receptor de béisbol, coronado por un penacho similar al de los soldados de la Grecia o Roma clásicas, pero estirado por detrás hasta asemejar la crin o la cola de un caballo. Una colección, La Rosée, aplaudida por el público, y que sigue poniendo el listón de la marca alto, haciendo de ella la única española presente en el calendario oficial de esta semana, junto a grandes nombres franceses, italianos y libaneses, entre otros.
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