El parqué
Álvaro Romero
Tono ligeramente alcista
Julián Hurtado de Molina | Presidente del Instituto Andaluz de los Castillos
Julián Hurtado de Molina no hubiera desentonado ni un ápice como hombre del Renacimiento. Cronista de Córdoba y presidente del Instituto Español de Ciencias Histórico-Jurídicas, además de dirigir la delegación cordobesa de la Asociación Española de Amigos de los Castillos, es ahora el responsable del Instituto Andaluz de los Castillos, una institución encargada, entre otros fines, de promover, fomentar e impulsar la conservación, restauración y mantenimiento del patrimonio monumental fortificado andaluz y a la vez de divulgar su estudio e investigación; y con ello de impulsar la propuesta de colaboración con organismos y entidades de las diferentes administraciones y particulares al objeto de afianzar la protección de este importante legado a nivel andaluz.
–¿Qué lleva a una persona a formar parte de la Asociación de Amigos de los Castillos?
–El interés por la defensa y por la promoción del patrimonio arquitectónico defensivo. Yo pienso que los castillos, y cuando hablo de castillos no solo hablo de castillos, sino también de torreones, de murallas y de todo lo que tenga un carácter defensivo, es un patrimonio que le vamos a dejar a nuestros hijos. Sobre este aspecto pienso en dos cosas, aparte de esa labor importante que supone defender, promocionar e investigar el patrimonio, también debemos intentar que las nuevas generaciones se acerquen a ese nuestro patrimonio defensivo andaluz, que es muy importante.
–Destáqueme hitos que ha conseguido la asociación
–Hay un decreto del año 1952 en el que se establece que los castillos tienen una utilidad pública y que por lo tanto hay que restaurarlos y hay que promocionar su restauración, entre otras cosas. A partir de este decreto, el marqués de Lozoya, que era un historiador de la época y académico de la Historia pone en marcha la Asociación Española de Amigos de los Castillos. El segundo hito es la investigación que se lleva hecha ya. La asociación lleva cientos y cientos y cientos de conferencias, de charlas, de exposiciones itinerantes, de publicaciones y además tiene la revista Castillos de España, que nace también en los años 50 y continúa en la actualidad y que es el punto de referencia en cuanto a trabajos de investigación en materia de castillos en España. También hay una importante labor divulgativa con las visitas a los castillos.
–¿Son los castillos los grandes olvidados del patrimonio?
–Sí, lo han sido. Sin embargo, en estos momentos parece que quizás por el tema de la pandemia o porque hay gente que está un poco saturada del turismo de playa, pues parece que hay un interés popular, un interés de la ciudadanía por el turismo rural y en este turismo rural se incluye el tema de castillos.
–Le he oído en más de una ocasión que a sacarlos del olvido contribuye la labor institucional
–Evidentemente, esto no surge de la nada sino que surge de una labor institucional. Aquí en Andalucía ha venido de la mano por un lado de la Junta y por otro de los ayuntamientos; de los ayuntamientos, a veces en solitario, de forma muy dinámica, pero también como adalides, pues llevan muchos años apostando por la restauración de los castillos. Actualmente hay castillos en nuestra provincia, los casos, por ejemplo, de Priego, Aguilar, Baena, Montilla, Belalcázar o Almodóvar, que si no hubiera sido por este aporte, por este interés por parte de los ayuntamientos y de los propietarios también, pues no se podrían haber podido conservar como están en la actualidad y ponerlos en valor. Insisto, los ayuntamientos están apostando muy fuerte por ello y se están viendo los resultados y uno de los resultados es ese que le digo, que hay un mayor interés actualmente por los castillos y bienvenido sea, porque hasta ahora parece que los castillos eran algo que sí que estaban ahí que eran bonitos, pero como que no tenían una funcionalidad práctica. Esta puesta en valor por parte de los ayuntamientos y de la Junta y este nuevo interés por parte de la gente está provocando que los castillos estén más cerca de la ciudadanía.
–Algo habrán contribuido ustedes también. De la mano de la Diputación, por ejemplo, han editado la Ruta de los Castillos de Córdoba, pero ¿cuáles son los fines del nuevo Instituto Andaluz de los Castillos?
–El primero es profundizar en la labor de investigación científica que ya realizábamos en la Asociación de Amigos de los Castillos a través de diferentes medios como artículos, publicaciones, libros…queremos editar la revista Castillos de Andalucía. En esta profundización entra también el premio Castillos de Andalucía que queremos establecer para jóvenes investigadores. Asimismo, hemos establecido una biblioteca monográfica sobre tema de castillos, biblioteca que queremos también convertirla en una biblioteca virtual para los investigadores. E intentar que por parte de todas las instituciones, universidades, etcétera, colaboren en esta labor científica. Luego tenemos otra vertiente que sería la divulgativa, en la que entrarían las visitas a los castillos, los viajes, dedicarnos al sector juvenil de manera que se va a editar un pendrive y un CD didácticos para explicar a los jóvenes que estudian la asignatura de Patrimonio Artístico Andaluz en Bachiller qué era un castillo, para qué servía, cuáles eran sus elementos…en fin, para que conozcan el patrimonio defensivo que tenemos en Andalucía. Hemos hecho unos recortables, hemos empezado por la Torre de la Calahorra, que ampliaremos con castillos andaluces, para los niños. Queremos integrar también a las personas con capacidades diferentes de manera que los llevemos a visitar castillos, el primero va a ser el de Almodóvar....
–Córdoba tiene más de 30 castillos visitables
–37.
–¿En qué condiciones están?
–Es algo muy heterogéneo, porque tenemos castillos que han resurgido como ave fénix, el Castillo de Almodóvar, el Castillo de Belalcázar, que está en un proceso muy muy interesante, que la Junta de Andalucía ha apostado bien por él, el Castillo de Priego, luego también los de Baena, Montilla, Aguilar... No quiero olvidarme de ninguno, Iznájar, El Carpio, la actuación que se ha hecho en su torre es modélica, igual que ha ocurrido en Priego, se ha tenido un respeto muy grande hacia el elemento defensivo sin inventarse nada, basándose en las evidencias documentales de estos baluartes para restaurarlos. Este sería el grupo de vanguardia, en el que también estarían el Castillo de Carcabuey y las Murallas Almohades de Palma del Río. Luego hay castillos que están también poco a poco entrando en esta dinámica, que ya se están empezando a restaurar, como el de Villa del Río. En el apartado de castillos restaurados y que estén en muy buen uso también están los de Montemayor, Monturque y Espejo. Hay castillos que están en proceso de dedicarles mayor interés como Belmez y Rute y luego hay otros que bien porque quedan escasos restos que son visitables o porque están en lugares apartados de la población, están más olvidados. Restos de castillos como el de Santa Eufemia o el de Dos Hermanas, en el término de Montemayor, que requieren actuaciones urgentes. Y a esto también queremos dedicarnos, a impulsar que por parte de los organismos públicos y por parte de investigadores se le preste atención a estos castillos, a estos restos arqueológicos que necesitan una urgente puesta en valor y restauración.
–¿Es un handicap para el acceso a los castillos, para las visitas, el hecho de que muchos de ellos estén en manos privadas?
–Hay una normativa, hay unas leyes que establecen una serie de imposiciones para los elementos declarados Bien de Interés Cultural (BIC) y con esta catalogación están también los castillos de propiedad privada. En cuanto a la accesibilidad, pues evidentemente hay castillos en Andalucía que respetan esta legalidad, no han pedido ningún tipo de moratoria, y por lo tanto sus propietarios permiten el acceso, como ocurre con la Casa de Alba, marqueses de El Carpio, que han cedido por un espacio muy extenso de tiempo el uso de la Torre de Garci Mendez al Ayuntamiento y el Ayuntamiento la ha puesto en valor. La propiedad la sigue teniendo el dueño, pero es una fortaleza, una torre que puede ser visitable en cualquier momento. Entonces ahí no hay problema.
–Pero usted sabe que en estos casos las moratorias están a la orden del día
–Sí, hay problemas de accesos en aquellos casos en los que los propietarios han solicitado la moratoria en cuanto a la obligatoriedad de tener que abrir determinadas horas o días para visitarlo porque consideran que ellos están gastándose el dinero en restaurar y en su mantenimiento y que por lo tanto tienen derecho al uso privado y eso hay que respetarlo, pero claro, aquí de lo que se trata es de armonizar una cosa con otra. Es decir, que una persona tenga la propiedad privada de un BIC y que lo use particularmente no es incompatible con que la ciudadanía pueda acceder al interior, y no hablo de ir a ver el dormitorio del señor duque ni la cocina de la señora duquesa, estoy hablando de ver el castillo, los elementos arquitectónicos etcétera, más interesantes que pueda tener. Este es un camino que por parte de la Junta de Andalucía habrá que recorrer para que de alguna forma estas moratorias no se eternicen y en casos concretos se vaya sensibilizando a los propietarios de ello. No se puede entender que una persona de Montemayor, por ejemplo, ni su abuelo, ni su padre, ni él, ni sus hijos, ni sus nietos, conozcan el interior del castillo de su pueblo.
–Pero me pongo en la piel del dueño y podría argumentar que yo soy el que me estoy gastando el dinero en su conservación
–Sí, pero aquí la Administración no está enajenando la propiedad de nadie, ni está expropiando nada, el respeto es absoluto, además agradeciendo la labor que los propietarios de castillos llevan realizando durante muchos años de gastarse el dinero en poner en valor estos castillos que si no hubiera sido por su actuación estarían totalmente derruidos, pero que al mismo tiempo que permitan que la ciudadanía pueda acceder a su interior y conocerlos. La Administración, las herramientas legales las tiene establecidas y están ahí y están en vigor, pero ya digo que por parte de determinados propietarios se solicitó en su momento una moratoria en cuanto a esta obligatoriedad de permitir las visitas y yo me atrevería a decir que no parece que se haya hecho nada, es decir que van pasando los años y como que no se va actualizando y sería el momento de ir pensando en ir retomando todo esto.
–¿Qué aporta Córdoba a nivel nacional en cuanto a castillos?
–Córdoba ha sido una de las provincias pioneras en cuanto a empezar esta labor de restauración y de interesarse por los castillos. Creo que, sobre todo, en esto es muy importante la labor de la Diputación.
–¿Existe suficiente sensibilidad de la Administración para la rehabilitación de castillos?
–Creo que sí, pero también le digo que aún queda mucho camino por andar. Ya le digo que la sensibilidad por parte de la mayor parte de los ayuntamientos es admirable, modélica. Por parte de la Junta de Andalucía se ha hecho bastante, mucho, pero evidentemente, insisto, queda mucho por hacer, muchísimo. Y antes hemos estado hablando por ejemplo del tema de los castillos que son de propiedad privada. Ahí la Junta tiene ya que dar un paso y evidentemente también apostar económicamente por colaborar con los ayuntamientos, que ya lo hace. Hay casos paradigmáticos como el del Castillo de Belalcázar, que es una alegría que la Junta de Andalucía se haya hecho cargo de él, porque tiene la oportunidad de convertirlo en un punto de referencia de la actuación de la Administración en materia de patrimonio defensivo andaluz.
–¿Qué le puede aportar el Castillo de Belalcázar a la comarca a la que pertenece, Los Pedroches?
–Si ese castillo se sigue restaurando, se pone en valor, se divulga y empieza a atraer a la gente, creo que puede ser un elemento dinamizador económico y cultural de la zona. Y además, el castillo lo merece, el castillo es que no hay que venderlo, tiene una arquitectura como pocos la tienen en España.
–¿Si le preguntan por un castillo emblemático cordobés, cuál le vendría a la mente?
–Si se refiere a castillo popular, el de Almodóvar, si se refiere a castillo en cuanto a calidad arquitectónica, el de Belalcázar.
–¿Cuál es su castillo favorito?
–El de Belalcázar.
–¿Por qué?
–Por la calidad arquitectónica que tiene. Es un castillo con unas características, con unos elementos arquitectónicos que son de los más valiosos de España. Ya le digo que si la Junta de Andalucía apuesta por él, creo que puede ser la Medina Azahara en versión castillo.
–¿De qué fortaleza le entristece más su estado?
–Creo que lo que queda por hacer y mucho es actuar en la restauración de todos aquellos torreones vigías que existen en toda la geografía cordobesa y sobre todo también en aquellos restos de fortalezas que están en medio del campo y que no están por lo tanto cerca de las poblaciones y que parece que están un poco olvidados. Ahí es donde los ayuntamientos, la Junta de Andalucía y la sociedad civil debemos de volcarnos más.
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