De La-Hoz recurre la segunda puerta en la Mezquita ante la falta de diálogo
El arquitecto advierte de que la opción de sustituir la celosía es un ataque al monumento porque "no se puede permitir una falsificación"
Al arquitecto Rafael De La-Hoz le han dado donde más le duele con el asunto de la apertura de la segunda puerta en la Mezquita-Catedral. De La-Hoz siente verdadera admiración por el monumento a lo que se suma que uno de los elementos que está en juego en el proyecto aprobado es la destrucción de la celosía del arco 17 que diseñó su padre, Rafael de La-Hoz Arderius, junto con Víctor Caballero. Esto, además de una convincente relación de argumentos legales que ayer expuso, le ha llevado a presentar un recurso de alzada ante la Consejería de Cultura con el objetivo de que se paralice el proceso. El arquitecto ha dado este paso después de intentar un diálogo "que se me ha negado" y con la confianza de que el asunto pueda resolverse por la vía administrativa, aunque no descarta llegar incluso a los tribunales si fuera necesario. "Espero no llegar a ese extremo, no me apetece nada", dijo, aunque se mostró convencido de que cualquier juez le daría la razón.
De La-Hoz lamentó ayer que ni la Junta de Andalucía -a través de la Delegación de Cultura- ni el Cabildo hayan aceptado su invitación de diálogo para "encontrar la solución más idónea" y achacó a una "cuestión política" el proyecto reformado de la segunda puerta y su aprobación. El arquitecto consideró que la actuación prevista va contra los intereses del monumento por dos cuestiones fundamentales. En primer lugar porque sólo se pueden autorizar obras en un edificio protegido como la Mezquita que sean de conservación o restauración y la apertura de la segunda puerta no lo es y así se refleja en el proyecto del Cabildo, que habla de "des-restauración". Y, en segundo, porque la opción que se propone de retirar la celosía actual y sustituirla por una reproducción "exactamente igual" es algo "catastrófico" porque supone "una falsificación" para uno de los monumentos más relevantes de Europa.
De La-Hoz insistió durante toda su exposición en que no está en contra de que las cofradías lleguen a la Mezquita y se traslade allí la carrera oficial. Es más, manifestó su "afecto" a las hermandades y al Cabildo, aunque planteó dudas sobre el proceso que se ha seguido para lograr este objetivo y puso el acento sobre un aspecto que hasta este momento había pasado algo desapercibido: el primer informe del Consejo Andaluz de Patrimonio Histórico en el que, antes de autorizar o no la apertura de la segunda puerta, pide que se creara una comisión para estudiar si la Mezquita y su entorno eran el lugar apropiado para acoger procesiones. "Nada de esto se ha hecho", lamentó el arquitecto, quien insistió además en la necesidad de consultar a los distintos órganos para que den su opinión sobre le impacto de una actuación de este tipo. De La-Hoz rechazó también el argumento que se ha utilizado para defender la apertura de la segunda puerta de que se trataba de una obra menor y aseguró que "hablar de obra menor en la Mezquita es ofensivo" ya que cualquier actuación tiene su impacto. En este sentido fue tajante y dejó claro que la propuesta implica la "destrucción de la celosía para guardarla en un almacén" para después sustituirla por una imitación y alertó de que Córdoba "no puede permitirse una bisutería en su Mezquita".
El arquitecto reconoció que no tiene una solución idónea para acabar con el problema, pero por ello pidió que se consulte a los órganos pertinentes y que entre todos "busquemos lo mejor", de manera que se permita el paso de las cofradías, pero es que, alertó, ni quiera está claro que la apertura de la puerta 17 lo vaya a permitir. De La-Hoz sostuvo igualmente de forma clara que la recreación de la celosía no será una buena solución y que sería mejor la primera propuesta que hizo el Cabildo de colocar celosías de ágata, vidrio y acero inoxidable, "una verdadera puerta del siglo XXI" y no una "falsificación" como se pretende.
El arquitecto ya presentó alegaciones al proyecto a la Delegación de Cultura aunque fueron desestimadas y por eso ha decidido dar un paso más y recurrir ante la Consejería en la Junta de Andalucía.
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