Luz, más luz

Un testimonio único de la extinta tradición cultural islámica andaluza

Luz, más luz
Luz, más luz
Juan Bolaños - Asociación Amigos de Medina Azahara

02 de julio 2018 - 02:31

La luz es algo más que vatios y velas, la luz es una metáfora. / Despierta y brilla, porque tu luz está aquí. La luz es conocimiento, la luz es vida, la luz es luz. (Chris Stevens en Doctor en Alaska).

Medina Azahara fue fundada en el año 940 o 941 por el primer califa de al-Andalus, Abd al-Rahman III, como parte del programa político, económico e ideológico puesto en marcha tras la instauración del califato. Una ciudad minuciosamente diseñada en tres niveles para escenificar, mostrar y simbolizar la autoridad del califa. La ciudad del poder, Madinat al-Zahra, que en árabe significa "la ciudad brillante".

La versión legendaria cuenta, sin embargo, que fue una ciudad creada por el amor del califa hacia su favorita Azahara. Y numerosos medios de comunicación de ámbito nacional, al relatar durante estos días la evolución de la candidatura de Medina Azahara a Patrimonio de la Humanidad, han preferido difundir la versión romántica. "Esto es el Oeste, Señor. Cuando la leyenda se convierte en hechos, imprime la leyenda". (El hombre que mató a Liberty Valance, John Ford, 1962).

La destrucción de Medina Azahara en 1010 durante los disturbios que provocaron el fin del Califato y su abandono posterior, provocó que la ciudad cayera en el olvido, convirtiéndola así en una referencia mítica y melancólica que remitía a una antigua edad de oro. Lo que nos avisa sobre nuestra propensión natural a mantener una mirada apasionada sobre el pasado y la importancia del mito y la historia en la construcción de las identidades colectivas.

Lo que Unesco ha declarado es que Medina Azahara pertenece oficialmente a la comunidad mundial y a las generaciones futuras. Y nos encomienda la conservación, investigación y difusión del conocimiento y valores que representa.

Los valores siempre han sido la razón subyacente de la conservación del patrimonio. Es evidente que ninguna sociedad realiza un esfuerzo por conservar lo que no valora. Hasta hace poco, el campo del patrimonio estaba compuesto por grupos de especialistas y expertos que determinaban lo que constituía "patrimonio" y cómo debería conservarse. En las últimas décadas, el concepto de patrimonio ha evolucionado y se ha expandido, y nuevos actores se han unido a los especialistas tradicionales en la identificación de estos valores. Esta democratización da testimonio de la importancia del patrimonio en la sociedad actual.

En este contexto, la articulación y comprensión de estos valores por la ciudadanía adquiere la mayor importancia. Los valores excepcionales de Medina Azahara, en terminología Unesco, proceden del campo de las artes decorativas, la arquitectura, el urbanismo y la ordenación territorial (que incluyen algunos de los primeros y más importantes jardines islámicos conocidos), como del hecho de ser un testimonio sin correspondencia de la cultura y la vida urbana en un momento en que Córdoba era el mayor foco cultural de la Europa occidental y el Magreb.

En concreto: La ciudad de Madinat al-Zahra es uno de los ejemplos más importantes y universalmente reconocidos de urbanismo y arquitectura del Extremo Oriente islámico del siglo X, época en la que esta cultura alcanzó su máximo esplendor.

Medina Azahara es una obra maestra y un testimonio único de la extinta tradición cultural islámica andaluza y un testimonio destacado de su época más próspera, que tuvo lugar hace más de mil años.

Medina Azahara es un ejemplo de integración urbana y paisaje, planificada para el disfrute y el realce de los rasgos naturales del sitio. Esta integración paisajística se manifiesta tanto en el monumental modelado del terreno, como en el manejo de los materiales pétreos locales, del agua y de la vegetación.

La repentina desaparición de la ciudad en su época de mayor auge, y su posterior olvido, ha convertido a Madinat al-Zahra en un mito y en un patrimonio inmaterial que ha mantenido una gran influencia en obras literarias de gran importancia universal.

El firme compromiso con estos valores han guiado los trabajos realizados en el Conjunto Arqueológico. Los equipos directivos han tenido continuidad durante todo el siglo y esto ha ayudado en el proceso. Tras un período de meras exploraciones realizadas por el arquitecto que descubrió el sitio, Velázquez Bosco, entre 1911 y 1922, la obra de consolidación más importante tuvo lugar entre 1922 y 1975, bajo la supervisión de Félix Hernández. Durante el último período, desde 1985 hasta el presente, fue esencial la continuidad en la investigación dirigida por Antonio Vallejo, José Escudero y Alberto Montejo, así como la colaboración con los institutos y organizaciones de mayor prestigio internacional.

El punto de inflexión respecto a la internacionalización de Medina Azahara llegó en 2001 con la exposición El esplendor de los Omeyas cordobeses. Fue la primera vez que casi trescientas piezas procedentes de numerosos países como España, Qatar, Jordania, Francia, Arabia Saudí, Siria, Marruecos, Túnez, Gran Bretaña, Alemania y Kuwait, entre otros, se mostraron juntas en un espacio que se situó en el mismo contexto cultural e histórico que los objetos expuestos.

Amigos de Medina Azahara es un colectivo ciudadano que nace con la voluntad de propiciar una mirada contemporánea sobre el Conjunto Arqueológico y establecer cauces de diálogo entre pasado, presente y futuro. Medina Azahara es territorio fértil, una muestra de la excelencia alcanzada por los hombres y mujeres que habitaron el siglo X y una fuente de inspiración y motivación para los contemporáneos. De igual manera que entendemos que la educación sirve para formar ciudadanos y desarrollar la humanidad y no es una fábrica de empleados y ejecutivos, el patrimonio sirve para vincularnos como comunidad y no es un escenario para el selfie.

La cultura del selfie ha transformado el modo de relacionarnos con los entornos y hemos pasado de ser partícipes de espacios concretos a colonizadores de los mismos. Reivindicamos el conocimiento y la experiencia sensorial como una fuente inagotable de diversión y libertad. Su rentabilidad económica, que no despreciamos, es una feliz coincidencia. Despierta y brilla, porque Medina Azahara es patrimonio de la humanidad a ocho kilómetros de Córdoba.

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