El cineasta cordobés Manuel Lamarca expone a Alfonso Guerra en su entrevista más larga
Cine
El documental dura 155 minutos y se grabó durante dos semanas, en marzo de 2022, pero todo el material en bruto se ha depositado en la Filmoteca Española
Los cordobeses Antonio Pérez, Guillermo Rojas y Manuel Lamarca galardonados en los Premios del Cine Andaluz
El cineasta Manuel Lamarca (Córdoba, 1974) expone en el documental Guerra, Alfonso. El hombre detrás del político la visión del que fuera protagonista de la Transición desde la vicepresidencia de los primeros Gobiernos de Felipe González y la cúpula del PSOE, en casi diez horas de entrevista en la que no hubo "ningún veto, Alfonso Guerra se ha prestado con total solvencia".
En el trabajo, premiado en el Pacífic International Film Festival de Canadá, Guerra se exhibe durante 155 minutos "con total amabilidad, sin rehuir ninguna pregunta y ha sido una obra artística realizada en plena libertad".
Lamarca, profesor de Medios Audiovisuales de la Escuela de Artes y Oficios Mateo Inurria de Córdoba, se muestra contento porque cree "sinceramente que se ha entregado en cuerpo y alma y, en ese aspecto he tenido muchísima suerte, es un testimonio en primera persona".
A su juicio, "el documental será mucho más importante, si cabe, dentro de cincuenta años como testimonio, no solo del Alfonso Guerra hombre, sino de la historia democrática de nuestro país".
Guerra hace una reflexión sobre el título del trabajo en su comienzo, al calificarlo de "polisémico", ya que "se puede interpretar de diversas maneras: vamos a ver lo que no se ha visto porque la política lo dominaba y que el hombre estaba detrás del político, una interpretación que no aceptaría. El hombre no ha estado detrás del político, el hombre ha estado delante", ha precisado.
En la parte editada, el político aborda temas controvertidos de la Transición, mientras que todo el material bruto se ha depositado por deseo de su director y del protagonista en la Filmoteca Española y está en proceso de hacer lo propio en la Fundación Pablo Iglesias a disposición de los investigadores.
El papel del Rey y los GAL
Reconoce que al principio se temía que Juan Carlos I "iba a ser la continuidad de Franco y nos equivocamos, como toda la oposición democrática", y que el 23-F él "apoyó la democracia", hasta el punto de ser "garantía de continuidad de la democracia".
Acusa de mentir a quien implicó al Gobierno en los GAL, por el que varios miembros del Ejecutivo y su entorno fueron condenados por ejercer la violencia de Estado contra ETA, un asunto en el que asegura ver cosas "muy oscuras" en la sentencia del Tribunal Supremo.
En el caso de su hermano Juan, cuyo papel fue cuestionado por ejercer influencias desde un despacho en la Delegación del Gobierno de Andalucía sin tener ningún cargo institucional, dice que le abrieron 18 procedimientos por parte de un juez que "estuvo dispuesto a hacer cosas fuera de la ley" y que todos fueron o archivados o acabaron en absolución.
El único momento en el que el gesto relajado del político aparenta cambiar es cuando se le pregunta por su dimisión como vicepresidente, que justifica al ver perdida la confianza por parte de Felipe González a raíz de una carta que le envió, pese a lo cual afirma que "no fue un día duro para mí, fue un día feliz, tenía ganas" de marcharse.
La admiración y el reto
A Manuel Lamarca, doctor en Comunicación Audiovisual y Publicidad por la Universidad Complutense de Madrid, le surge la inquietud de acometer el documento porque nació en 1974, el año del Congreso de Suresnes, recuerda que creció en los años 80 y 90 con los gobiernos socialistas de Felipe González, en los que Alfonso Guerra era vicepresidente y "la verdad es que hay casi una vinculación sentimental".
Su interés por la política y por Guerra, que "siempre ha sido la persona que más me ha interesado y ha estado vinculado al mundo de la cultural, de la poesía y amante del cine ", le llevaron a idear el documental y a proponérselo, algo que le costó tres años, "menos de lo que pensaba".
En 2014 publicó un libro de poemas y tuvo "la osadía de mandárselo (dedicado) con una carta personal a la Fundación Pablo Iglesias", y Guerra le respondió de puño y letra dándole las gracias.
Ese contacto le sirvió para plantearle años después el proyecto, con mejor acogida que en las productoras, donde tuvo “escasa respuesta”, pero como "no quería dejar el proyecto en papel, tomé la decisión de autofinanciarlo y producirlo por mí mismo", ha explicado.
Dos semanas de entrevista
Fruto de ese empeño son los 155 minutos de documental, grabado durante dos semanas en marzo de 2022 en el Hotel Los Lebreros de Sevilla, donde Guerra habla de su fuerte vinculación con sus padres, porque "los dos eran personas auténticas", y del duro golpe que recibió con la muerte de su hermana de 29 años, cuando él tenía 10, que era muy aficionada al cine, la única excepción a una infancia feliz, en la que fue muy responsable.
"No jugaba hasta que no estudiaba exactamente lo que tenía que estudiar", llega a decir Guerra, que admite que le pesaba que dijesen de él que "este niño nos va a sacar de la pobreza".
También narra cómo conoció a Felipe González, organizando un acto de rechazo a una conferencia de Fraga en la Facultad de Derecho de Sevilla, de la dualidad que jugó con él, con "aspectos muy complementarios, que no sinónimos", y de la manera en la que leyendo a Antonio Machado con 16 años éste le llevó a descubrir a Pablo Iglesias, al que citaba en un artículo en La Vanguardia de una II República en retirada, casi camino ya en exilio, con el Gobierno instalado en Barcelona.
"Machado orientó la senda de mi vida, desde entonces soy muy machadiano", confiesa en un momento del documental el exvicepresidente.
El premio de Canadá no ha sido el único reconocimiento para Manuel Lamarca en las últimas semanas. Su libro Friedrich Wilhem Murnau (Cátedra, 2022) ha recibido el Premio Libro de Cine en la XXXV gala de la Asociación de Escritores de Cine de Andalucía (Asecan).
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