Manuel Torralbo: “La LOSU podría mejorarse en cuanto a la autonomía de la Universidad”
Entrevista al rector de la Universidad de Córdoba
Hace un balance positivo de su primer año al frente de la institución académica y ya tiene peticiones para el próximo ejercicio: alcanzar el acuerdo de la mesa de negociación y concretarla
Lleva poco más de un año al frente de la Universidad de Córdoba (UCO) y asegura sin tapujos que es feliz. Manuel Torralbo, catedrático de Didáctica de la Matemática, insiste en la necesidad de que la institución académica dé “más pasos de compromiso social con los territorios” y lamenta que, hasta el momento, desconozcan la cuantía financiera que tendrán para el próximo curso académico.
-¿Saben ya dónde están los exámenes de la Selectividad que se perdieron en Rute?
-Si hubiéramos encontrado los exámenes, no hubiera que haber hecho las pruebas al día siguiente. Lamento este incidente y ha sido uno de los días más infelices que me ha dado este año. Es muy duro para 38 familias que les digan que se ha perdido el examen y que tienen volver al día siguiente a hacerlo. Agradezco a las familias y a los estudiantes la rapidez con la que aceptaron venir. De momento, están preparando un informe para ver dónde ha podido ocurrir esa pérdida porque se manejan más de 20.000 exámenes y entre ellos hay un sobre que se ha quedado en algún lugar. Desde el momento que me lo dijeron tuve una cosa muy clara: ser muy transparentes y comunicarlo antes de que esto empezase a circular por ningún sitio y que nosotros fuéramos los que informáramos de lo que estaba pasando, a las familias, a los medios de comunicación, asumir la responsabilidad, resolver el problema lo antes posible para que los estudiantes pudieran hacer su periodo de prescripción con total normalidad y, por su puesto, después analizar lo qué ha ocurrido para ver qué mejoras tiene el procedimiento para que no vuelva a ocurrir.
-Hace poco más de un año que está al frente de la Universidad de Córdoba, ¿en qué situación se la encontró?
-Pues, en el ambiente laboral era tranquilo y la Universidad no estaba tensionada. Tengo un consejo de gobierno que viene elegido de la época del anterior rector, José Carlos Gómez Villamandos y no he sentido ninguna presión en ese sentido. Sí me encontré un sector de la UCO con muchas ganas de impulso en las cosas que más le afectaban, que es el Personal de Administración y Servicios (PAS), y también unos estudiantes con un calendario que saliera del consenso de todos los centros y de ellos mismos y creo que se ha conseguido. En el tema del PAS, cuando en julio tomen posesión vamos a ser testigos del número de personas que estaban interinos y hoy están en un puesto estable.
-Entonces, ¿qué balance hace de este primer año?
-En mi opinión, el balance es positivo, pero habría que preguntar a la comunidad universitaria porque son los que, en el fondo, tienen que juzgar a quienes estamos gobernando. Hemos avanzado en muchas cosas, en otras no tanto como me hubiera gustado y en algunas no hemos avanzado.
-¿En cuáles no han avanzado y a qué se debe?
-Por ejemplo, en el tema de la resolución de plazas de ayudante doctor. Durante unos meses hemos estado con la misma comisión de contratación y ya ha habido relevo, se han adoptado cambios organizativos, pero me dice el vicerrector que vamos a ver los frutos en breve tiempo, pero todavía no siento que en la resolución de las plazas hayamos dado un salto cualitativo como lo hemos hecho en el PAS. Es verdad que tenemos un baremo muy complejo, muy exhaustivo, pero no me resisto a que eso cambie en un futuro. Tiene que mejorar y me dicen que va mejorando y que están las bases para que mejore: se están nombrando más personas para las comisiones de selección, se están haciendo cambios en el baremo para contratar a personal para hacerlo más simple.
-Esta semana ha visitado la UCO el ministro de Universidades, Joan Subirats, y han analizado la aplicación de la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU). ¿En qué situación se encuentra?
-Una de las cosas de las que hablamos fue el porcentaje que contempla la LOSU para que la financiación venga por parte de las comunidades autónomas, que es el 1%. Pero la Conferencia de Rectores (CRUE) y el Ministerio de Universidades, han encargado al IVIE cómo hacerlo para que sea homogéneo en todas las comunidades autónomas, con qué datos, para que sean comparables. Aquí en Andalucía estamos trabajando con ese reto, que el modelo contemple eso. Si antes, un profesor ayudante daba 240 horas y ahora pasa a 180 de máximo, eso va a tener un incremento de costes. Si el profesorado asociado daba 180 horas y ahora pasa a 120 de máximo, habrá que incrementar las personas y eso implica Seguridad Social y costes. Para que la LOSU se aplique bien, el reto de la financiación con las comunidades autónomas es importantísimo. Estamos trabajando en ello, pero sin grandes avances con el Gobierno andaluz.
-¿Eso quiere decir que la Junta de Andalucía no hace propuestas al respecto?
-Llevamos un año de diálogo, con muchas conversaciones y me consta que al consejero de Universidad está haciendo esfuerzos con Hacienda para esta senda de crecimiento en el modelo de financiación, pero todavía no hay un documento en el que se concrete cuánto dinero significa y cómo hacer los incrementos. Es lo que más le pido: avanzar en ello porque es la clave de la aplicación de la LOSU.
-¿Cuánto tendría que aumentar la plantilla de la UCO con la aplicación de esta norma?
-Este viernes se han aprobado en el consejo de gobierno las necesidades docentes del próximo curso, en él no va a operar aún la LOSU porque había una transitoria. Los cálculos para esta previsión de necesidades docentes se han realizado teniendo en cuenta las limitaciones de horas de docencia del profesorado asociado establecidas en la LOSU. En total son 190 plazas, de las que 42 son de profesorado ayudante doctor.
-Pero, ¿no han hecho un cálculo?
-Es por áreas. Hay algunas en las que la LOSU vienen en un sentido y otras en otro. Los departamentos, además, consiguen plazas por otras vías de investigación o de programas como el Ramón y Cajal.
-¿Qué cambiaría de esta nueva ley?
-Cambiaría algunas cosas. Por ejemplo, en la gobernanza hubiera sido más amplio para dar más autonomía a la Universidad. El sistema que nos han puesto es único de seis años y único en el sistema de elección. Si vamos a la autonomía de la organización, vamos a confiar de verdad en la Universidad y que con sus órganos y sus claustros decidan. Entiendo que una ley en un Parlamento que está constituido de la forma que está, es muy difícil que cada partido pequeño que tenga un porcentaje de poder para poder influir en las leyes, no lo ejercite. Eso en democracia es natural. Los españoles hemos decidido que queremos un Parlamento con esa constitución y composición. Me gusta que los ayudantes doctor pasen a 180 horas y que los asociados tengan como máximo 120, me gusta también que en la parte de personal en el plazo de diez años tenga un puesto estable, que ahora estaba siendo más largo.
-¿Y respecto a la elección del rector?
-Me es un poco indiferente que sea catedrático porque los requisitos que están puestos prácticamente cuando los tienes ya eres catedrático. Que sea un catedrático laboral o sea funcionario, la primera ley de universidades (LRU) optó por el funcionariado, pero en cambio hubo muchas voces en ese momento que pidieron que fuera laboral. Me parece que eso no va a afectar a la calidad de la Universidad porque lo que le afecta es la financiación y más autonomía y confianza en la institución. Por ejemplo, ahora hay un artículo para la RPT que le deja demasiado peso a los gobiernos autonómicos. Puede ser que la propuesta la haga la Universidad, se informe al Gobierno andaluz y ellos te tengan que dar la autorización y te dejan la autonomía más restringida. Creo que hay mejoras posibles en autonomía de la Universidad.
-Entonces, ¿la LOSU es para contentar a Cataluña o solo a unos partidos?
-No. En su tiempo, los rectores piden al Gobierno una nueva ley de universidades con consenso institucional. ¿Eso qué quiere decir? ¿Nos estamos refiriendo a los dos grandes partidos o que el consenso de que un parlamento lo apruebe? Si es que un parlamento lo apruebe, tienes que consensuar con el que tiene 50 diputados y con el que tiene dos. Eso, cualquiera que esté en la democracia, sabe que tiene que ser así. No voy a reprochar a un partido que tengo dos, cinco o siete diputados, que ejerza lo que piense para defender qué modelo de Universidad tiene porque tiene que reflejar el número de diputados, salvo que se pongan de acuerdo los dos grandes partidos. Hay que ser realistas y sensatos y ver lo que ha salido. Me quedo con las cosas buenas que tiene la ley y las utilizaremos y, sobre todo, en el tema de la financiación es la primera vez que hay un referente. Aunque el dinero no lo sea todo, es muy importante.
-El Gobierno ha retrasado hasta enero del año que viene el Estatuto del Becario, que ha tenido numerosas críticas. ¿Qué opinión tiene al respecto?
-Aplaudo el aplazamiento y espero que cuando se aborde de nuevo cuenten con la Conferencia de Rectores.
-El pasado mes de junio presentó la nueva estrategia de promoción del mecenazgo en la UCO. ¿Es una forma de contar con más recursos?
-Sí, es una vía de captación de fondos. El anterior consejero de Economía, Rogelio Velasco, defendió el modelo de financiación del año pasado porque a la Universidad de Córdoba le salía un crecimiento importante, aunque luego un poco menor con el pacto que hubo entre las universidades. Lo que estoy manteniendo en las reuniones con los rectores con el reparto de este año y el modelo futuro es que lo que sirvió el año pasado para todos, que ninguna Universidad bajara -de financiación autonómica- es que cualquier modelo no baje, que se quede y un poquito más, que es el que tenemos que discutir. El punto de partida es que todas las universidades tienen que subir respecto al año pasado un poco.
-Pero le preguntaba sobre el mecenazgo.
-¿Cuándo una institución tiene más autonomía? Pues en la medida que tenga más capacidad de tener recursos propios. La Universidad es una institución en la que los recursos que tienen son los de la Junta, de las matrículas, que tampoco las controlamos, y la investigación. Tenemos instituciones que nos donan cosas importantes, como obras de arte o libros, y no estoy insatisfecho con ello. Pero, ¿no debemos explorar y seguir aumentando las vías de financiación para seguir haciendo más y mejores cosas? Lo que abre este contrato es una oportunidad a una empresa que esté especializada en el mundo del mecenazgo, cómo pueden asesorar a determinadas empresas para donar tiene ventajas o beneficios reputacionales.
-Es también una forma también de vincular el desarrollo territorial de la UCO.
-Tenemos muchas ideas, pero tenemos una financiación limitada y este año no sabemos cuánto es.
-¿En julio lo desconocen aún?
-Si uno se va a los presupuestos de la Junta de Andalucía hay una serie de partidas que están asignadas a la Universidad, pero hay otras que pone ajustes y estos ajustes hay que dividirlos en función de lo que se haga en el modelo. Si se aplicara el actual, como tenemos una institución muy buena en investigación, volveríamos a salir bien, pero no sabemos qué modelo se va a aplicar.
-¿Pero por qué no llega ese modelo de financiación universitaria?
-Puede tener que ver con que Hacienda vigile y supervise mucho todos los recursos que pone en el sistema universitario. En esas conversaciones, no estamos.
-Otra de las apuestas que ha llevado a cabo ha sido la creación de los Centros de Desarrollo Territorial en la provincia. ¿Cuáles son los objetivos?
-Lo que queremos con ellos es que la Universidad se acerque al tejido productivo, que lo hay y bueno en determinadas zonas de Córdoba. Por ejemplo, el sector del frío en Lucena es una potencia y no hay la más mínima duda. Podemos estar esperando aquí a que el sector empresarial se acerque o no: crear estos centros de la mano de los ayuntamientos y del sector empresarial. Cada vez se abren más las posibilidades de las microcredenciales, de la formación para los profesionales e investigación. Es una forma de decir que estamos a su lado y que queremos hacer cosas con ellos. En Pozoblanco, tenemos el sector agroalimentario, en Palma del Río tenemos el sector del transporte aeronáutico con Pegasus. La Universidad tiene que dar más pasos de compromiso social con los territorios y no esperar a que se acerquen a nosotros; nosotros tenemos que salir.
-Acabado este primer curso académico como rector de la UCO, ¿qué le pide al próximo?
-Un modelo de financiación que recoja los principios de la LOSU y que ninguna Universidad dé pasos atrás. Quien está de responsable ahora en la Consejería de Universidades lo pedía y sabe perfectamente de lo que estamos hablando. Junto a ese acuerdo, le pediría al próximo curso el acuerdo de la mesa de negociación y concretarla. Esta consejería ha demostrado voluntad de diálogo, pero de momento no hay resultados. No tenemos los tramos autonómicos convocados, y lo que pido el próximo curso es concreción. También se acaba de aprobar el decreto de titulaciones, que nos tiene que abrir la oportunidad de poner nuevos títulos.
-¿Cuántos le hacen falta a la UCO?
-En los últimos años, en la UCO se han puesto varios títulos. Este nuevo mapa nos abre y nos ordena la forma en la que el Gobierno andaluz quiere ordenar las nuevas peticiones. Vamos a trabajar con los decanos para verlos. Vamos a trabajar con los centros para planificar qué grados tienen ellos la voluntad de proponer. También hay ver cuánto han contado con la opinión de las universidades. El decreto pasó por el Consejo Andaluz de Universidades y en su informe hicimos un documento de aportaciones a ese borrador. Hasta que no lo veamos publicado, no sabremos qué valoración hacer sobre cuánto nos han escuchado. Desde luego, tenemos que hacer una oferta y no nos podemos quedar parados.
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