Tribuna Económica
Gumersindo Ruiz
La casita de Jesús
Entrevista
Con tan solo 19 años, María José Llergo (1994) se fue de Pozoblanco para cumplir su sueño de dedicarse a la música. Primero recaló en Barcelona, donde estudió Canto moderno y Jazz con una beca, para luego asentarse en Madrid, donde vive actualmente, pero con la mente siempre puesta en su tierra, en su familia y sus amigos. Ahora reivindica sus raíces en su nuevo single, Mi nombre, que viene acompañado de un videoclip grabado con su gente y en su pueblo, el que es lugar favorito del mundo.
-¿Le ha costado abrir su alma en este tema tan personal?
-No me ha costado porque ha sido un proceso precioso, un proceso increíble. He disfrutado de cada paso, he podido hacerlo a mi manera de principio a fin, incluir a las personas que más importantes considero de mi vida y compartir con ellas lo bonito que tiene mi trabajo. Ellas son las que sufren mi ausencia y ahora me apetecía que disfrutaran mi presencia, no solo personal, sino también artística.
-¿Cómo fue abandonar Pozoblanco tan joven?
-La verdad es que al principio fue un poco difícil irme sola y tan lejos, con la incertidumbre que requiere este trabajo artístico, pero también fue una oportunidad preciosa de la que aprendí mucho y que recuerdo con muchísimo cariño.
-Sintiendo tanto apego por la tierra, por el campo, por su pueblo, ¿cómo lleva vivir en una gran ciudad como Madrid?
-Vivo en la gran ciudad porque me muevo mucho y hay que estar cerca de los aeropuertos y los trenes, pero siempre que tengo un día libre estoy en el campo; siempre. Así que me las ingenio para ser una residente de la sierra, ya sea en Madrid o en Pozoblanco. Intento ir al campo porque me inspira mucho y me hace seguir para adelante con mi trabajo de una forma pura y bonita.
-¿Viene mucho por Córdoba, sobre todo por Pozoblanco? Habrá ciertos momentos en los que necesite volver como una forma de escape.
-Sí, muchísimo. Necesito estar con mi familia, por eso siempre saco tiempo para ellos por mucho que viaje y que la vida esté un poco revuelta en cuanto a trabajo. Siempre saco tiempo para lo importante de la vida, que para mí son mis amigos, mi familia, mi campo, los animalitos... Las cosas puras.
-La gente de Los Pedroches tiene un sentido de pertenencia y una conexión muy fuerte con la tierra. ¿Qué tiene esta zona que la hace tan especial?
-Uf, si me pongo a enumerar rasgos preciosos de nuestra tierra no acabaría nunca. A mí lo que más me gusta es la luz que hay, es una luz que no solo está en el ambiente, en el amanecer y atarceder o en el día a día, sino que está en su gente. Para mí, llegar a Pozoblanco es ver una media luna en la sonrisa de cada persona del pueblo que me cruzo. Que te pregunten no cómo va tu trabajo, sino cómo estás. Que te quieran, que cuiden a tu familia, que valoren a tu gente. Para mí la gente del campo es artista. Yo vengo de familia agricultora y ganadera y, por ejemplo, mi abuelo Pepe es mi gran referencia no solo en el cante, sino en la vida. Además, tengo la suerte de tener a Kiko, que es mi vecino del campo, que también ha salido en el vídeo. Para mí, ver cómo cuida del huerto y de los olivos, cómo pone la manta para recoger las aceitunas, que parece que le está poniendo el manto a una virgen... Es lo más bonito que existe. Creo que la esencia de los pueblos, la cercanía, la humanidad que hay, no es suficientemente conocida. De hecho, las zonas rurales son, a veces, víctimas de estereotipos y de roles manidos que distan mucho de lo que es la realidad. Para mí, es esencial poder contar con mi gente, que salgan en los vídeos, que sepan que son importantes... Porque todos los que salen en el vídeo son mi tío, mis primos, mis vecinos, mis conocidos.... Y lo han hecho mejor que cualquier rapero que contrata modelos para su videoclip. Pues yo tengo a mi gente de mi barrio, de mi campo, mis artistas preferidos, que son los agricultores. Si alguien del campo duda de que sus grandes sueños se pueden hacer realidad, que se fijen de dónde vengo yo, porque si yo he podido, ellos también pueden.
-¿Cómo ha sido la experiencia de grabar el vídeo en su tierra y con su gente?
-Ha sido precioso: ha sido que el equipo de sonido ocupara todo un hotel y se enamorara de Pozoblanco y llorara al conocer a mis abuelos, a mi familia. No querían irse del pueblo. Era estar rodando en la calle y que la churrería La Parada nos trajera churros porque viera el rodaje, que la carnicería La Montanera trajera jamones para que no nos faltara de nada. Ha sido increíble, el pueblo se ha volcado, ¡ha sido precioso!
-¿Qué le pareció a su familia y a sus amigos cuando le propuso que salieran en el videoclip?
-Pues es que yo no les dije "vamos a grabar un videoclip". Les dije: "como nunca estoy, este año voy a estar en la feria del pueblo, pero también se van a venir mis amigos de Sony". Para mí, mi equipo es mi familia porque me cuidan con mucho mimo, tengo mucha suerte. Para el equipo era una ilusión tremenda venir a mi pueblo, pero para mis amigos también era una ilusión tremenda conocer a mi equipo. La verdad es que lo hemos pasado súper bien, ha sido el rodaje más divertido que he tenido en mi vida. Ha sido tan puro, tan verdadero, que si hubiera sido con guion no hubiera salido tan bien.
-Se ha convertido en la mejor embajadora de Pozoblanco.
-Yo estoy enamorada de mi pueblo y de mi tierra, de la dehesa. Siento una paz cuando estoy allí que no siento en ningún otro sitio. Es mi lugar preferido. Tengo la suerte de que nací ahí, de conocer otros sitios y poder contrastar y me reafirmo en mi sentir.
-Siendo una muchacha tan sencilla, de su pueblo, de su gente, ¿cómo ha asumido y está viviendo la fama?
-La fama me ha venido a buscar ella sola, yo no la busqué nunca. Yo quería cantar y ya está, darle a los demás lo mejor que creo que tengo, que es mi voz. A veces, me ha costado muchísimo dejarla pasar porque sé que cuando viene la fama y ganas fama, pierdes otras muchas cosas, entre ellas la forma cercana de verte que tienen los demás. A veces es inevitable que te vean diferente, y yo no quería eso. Con el paso del tiempo he ido aceptando que la fama es un rasgo de mi trabajo: si cantas bien, la gente te va a querer y te va a reconocer. Ahora lo veo como algo bueno, como una herramienta para compartir y de acercamiento porque te permite conocer personas nuevas, saber que mi trabajo llega y tiene sentido. La fama le da otra dimensión a lo que haces. Ahora estoy en un momento en el que estoy disfrutando mucho con ella porque es una fama con la que me siento identificada. A veces los medios no siempre te reflejan de una forma con la que tú te sientes identificada, pero ahora mismo, después de mucho trabajo y de unos cuantos años sacando mi música, estoy contenta con la imagen que hay de mí porque me veo a mí. La fama no la entiendo, la vivo porque no me queda otra.
-¿En qué momento personal y profesional se encuentra?
-Estoy en el momento personal y profesional más dulce de mi vida porque veo alineadas las cuatro columnas de las que me hablaba siempre mi abuelo: tengo lo que pienso, lo que vivo y lo que canto, lo que siento y lo que hago en total armonía y eso me da una paz interior increíble que para mí es esencial.
-Han pasado un par de años desde la publicación de Sanación. ¿Está trabajando en nuevos temas?
-Sí, la verdad es que no paro de trabajar en nuevos temas. Hay un disco en ciernes, pero no puedo decir fechas porque basta con que diga una fecha para que se haga lo contrario. Estoy experimentando tanto que hasta que no acabe no pienso sacar nada. Quiero seguir siendo coherente con el proceso creativo y disfrutar de él.
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