La sonrisa de Maritza al salir de paseo tras más de 260 días en la UCI del Hospital Reina Sofía de Córdoba
Sanidad
Esta mujer de 55 años, una "superviviente nata", ha disfrutado de una salida por el exterior del centro hospitalario acompañada de una profesional mientras continúa su ingreso
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Maritza lleva más de 260 días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Reina Sofía de Córdoba después de un trasplante de pulmón al que se sometió el 7 de junio. Desde entonces, en ningún momento ha podido salir de la UCI ya que "ha tenido muchísimas complicaciones" y su vida dependía de un respirador.
Tras casi nueve meses sin sentir el aire fresco ni los rayos del sol en su piel, esta mujer de 55 años ha podido salir a dar un paseo fuera del hospital gracias a la colaboración de los profesionales de la UCI. El resultado de este gesto de humanización de los cuidados se refleja en la cara de Maritza -como muestra la fotografía que acompaña a este texto- y en su gran sonrisa.
Sus pulmones estaban mal porque tenía presiones muy elevadas, explica el jefe de sección de la UCI del Reina Sofía y coordinador de Trasplantes, Juan Carlos Robles, y se le hizo un trasplante de pulmón bilateral. Sin embargo, en el postoperatorio a corto plazo tuvo un problema y el equipo médico le tuvo que retirar uno de los órganos. Eso ha provocado que tenga que estar "muchísimo tiempo" conectada a un respirador y que "el reto" fuera "mayor todavía".
Estos meses han sido muy complicados para Maritza del Socorro Morocho: "Ha habido momentos malos, momentos buenos, momentos malísimos y otros que pensábamos que se nos iba; otros han sido de felicidad, como los que estamos viviendo ahora", confiesa Robles.
Porque "nada más que verle la cara a esta señora de alegría y felicidad, todo lo que podamos contar sobra", explica con respecto al paseo que ha dado en silla de ruedas por el exterior del hospital. Y es que Maritza es una persona "con mucha vitalidad, muy sonriente y da gusto mirarla a la cara, es muy agradable y una superviviente nata", agrega el intensivista. "Está llena de vida, de alegría y felicidad", puntualiza.
Sacar a un paciente fuera del hospital lleva consigo "un esfuerzo de los profesionales" porque tiene que salir acompañado, lo que implica que "mientras esté en el exterior, otro compañero tiene que hacer su trabajo porque no tenemos personal específico para sacar a pasear a los pacientes". Eso es "un trabajo sobreañadido y de fuerza que hacemos para que el enfermo se pueda recuperar antes". Pero merece la pena porque "a veces sienten el aire fresco de la calle y eso les da vitalidad".
Ahora mismo, Maritza sigue en la UCI, pero ya están acondicionando una habitación en la tercera planta para trasladarla. "Aún es bastante dependiente y después de tantos días no hay que precipitar el traslado", señala el doctor.
En ese sentido, indica que cuando suben a un paciente a planta "se va con seguridad y porque allí se puede hacer lo mismo que hacemos aquí (en referencia a la UCI)". Es decir, "cuando se iguala el tratamiento y los cuidados, el paciente se debe trasladar".
Robles resalta el trabajo de todos los profesionales de Cuidados Intensivos que han estado al lado de Maritza, desde celadores a auxiliares, enfermeras y al "magnífico equipo" de fisioterapeutas que se encarga de la rehabilitación del paciente trasplantado de pulmón. En este caso, la han atendido todos los días, incluidos los sábados y domingos. De hecho, ahora es cuando Maritza ha empezado a desplazarse a la Unidad de Rehabilitación en silla de ruedas.
Después de tantos días en UCI y con la historia que hay detrás de esta mujer, en la UCI "hablas de Maritza y la conoce todo el mundo". "Afortunadamente, gracias a Dios y a todos los cuidados ha podido salir adelante por ahora", resalta el jefe de sección de la UCI.
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