La tribuna
Voto de pobreza
Entrevista
–En unos días, deja de ser Primer Secretario del PSC. ¿Cómo se siente?
–Pues mire, es una pregunta difícil porque se mezclan muchas cosas. Por un lado, un momento de tristeza porque cierras una etapa y, por otro, un enorme sentimiento del deber cumplido, así que se mezcla todo un poco. Cuando cogí el partido en 2014 era un momento muy malo, con una Cataluña pésima para el PSC, pero hemos conseguido darle la vuelta y estamos remontando. Hay un momento en el que hay que dejar las cosas y dar el relevo, sobre todo cuando tienes la absoluta seguridad de que quien te sucede lo va a hacer mejor que tú, porque es mejor que tú, porque tiene más fuerza y ha recibido un aval importante como es el caso de Salvador Illa. Uno se va tranquilo, pero con cierta nostalgia y con la satisfacción del deber cumplido.
–¿Sigue convencido de que Illa será algún día president de la Generalitat?
–Sí. Porque la mayoría de catalanes lo quieren y, lo que es más, lo merecen. Nosotros necesitamos un gobierno que ponga los pies en el suelo, que tenga la vista en el horizonte, que quiera cooperar con el resto de España, que busque el diálogo. Salvador es diálogo y es progreso, que es lo que Cataluña necesita y el conjunto de España también espera. Estoy convencidísimo y ojalá que sea cuanto antes.
–En esta legislatura tenemos en España el primer gobierno de coalición de la democracia. ¿Es algo coyuntural o es lo que nos espera en el futuro?
–Yo creo que las coaliciones han venido para quedarse. Las sociedades son cada vez más plurales y fragmentadas políticamente. Lo estamos viendo en Alemania, con una coalición de tres partidos, que ademas tienen unas diferencias notables entre ellos, ya que están los socialdemócratas, los verdes y los liberales. Creo que vamos a ir a esa etapa. Yo recuerdo, porque ya soy un poco mayor, cuando se decía que el gran problema era la mayoría absoluta. Pues bueno, el día que se acaben las mayorías absolutas vendrán las relativas y las coaliciones, ¿no? Lo que a mí no me gustaría es que ahora dijéramos que el gran problema son las coaliciones. Aquí el problema es si los partidos son capaces de ponerse de acuerdo en lo que realmente importa. Esa es la cuestión. Y una preocupación que yo tengo, pero que en este caso es ideológica, es que a mí no me gustaría que las llaves de los gobiernos las tuvieran fuerzas políticas que son excluyentes, que no aceptan la igualdad entre hombres y mujeres, que no aceptan la igualdad con independencia de la orientación sexual, que pretendieran hacer de la inmigración un problema divisivo... no me gustaría. Pero en cualquier caso, vamos a una etapa política muy marcada por las coaliciones, que son algo más ruidosas que los gobierno monocolor, eso es así, pero es lo que han querido los ciudadanos.
–¿Unidas Podemos está siendo un socio leal con el PSOE?
–En términos generales, sí. Ahora bien, yo no quiero engañar a nadie. A mí encantaría que el PSOE pudiera volver a gobernar con mayoría absoluta y creo que es muy bueno que en el Gobierno de coalición la parte mayor o relevante sea el Partido Socialista, pero Unidas Podemos es una sensibilidad de la izquierda y hasta ahora hemos sabido, pese a las diferencias, encontrar aquello que nos une y hacer avanzar el país. Y ya no lo decimos solo nosotros. Yo soy un seguidor compulsivo de Twitter y veo por ejemplo que la Unión Europea decide que Nadia Calviño sea quien presida el principal de los órganos económicos de la Comisión. Lo han decidido ellos, no Pedro Sánchez. O cuando la OMS felicita a España por la vacunación y su solidaridad con otros países. Eso no lo dice Carolina Darias, sino que lo dicen los organismos internacionales. Este gobierno ha acertado en la orientación política, en la recuperación, en la vacunación y en los fondos europeos. Lo que me extraña un poco es ver a líderes de la oposición que lo único que parecen desear es que las cosas vayan mal, como si eso les diera a ellos la razón. ¿Pero no se dan cuenta de que igual les da la razón pero perjudicaría a todos? El mundo va en otra dirección.
–¿En qué dirección?
–El mundo va hacia un ciclo político socialdemócrata, de mayor intervención pública y de servicios de calidad. Si algo nos ha enseñado la pandemia es que sin un sistema de sanidad público potente estaríamos perdidos. De las desgracias se ha de aprender.
–Pese a todo, las encuestas que van saliendo no son muy favorables al Gobierno que digamos.
–Mire, yo no quiero desmerecer el trabajo de los encuestadores, ni mucho menos. Creo que este gobierno va a ganar las próximas elecciones cuando sean, que falta un rato. Cuando llegue el momento de votar, la gente va a ver lo que ha hecho este gobierno y la alternativa que se le ofrece y, con todos los respetos, creo que la gente no quiere un gobierno con Abascal de vicepresidente y Casado de presidente.
–Un vaticinio para las próximas elecciones andaluzas.
–No me atrevo, pero a mí me encantaría –soy un clásico– que fuera el presidente Juan Espadas, porque a Andalucía le va mejor cuando tiene gobiernos de progreso. Y me quedo ahí. Todavía no sé cuándo serán las elecciones y creo que a veces hablamos de ello demasiado pronto, aunque lo que me toca como ministro es invitar a todo el mundo a trabajar y a trabajar juntos a ser posible, que es lo que importa. Por eso quiero decir que estoy muy satisfecho de mi relación con la consejera de Cultura de la Junta, porque realmente cuando nos ponemos a trabajar en cosas concretas, ahí no hay colores, sino un interés por servir a los ciudadanos de Andalucía, que es lo que debe primar.
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