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El investigador granadino radicado en Sevilla José Ramón Guzmán Álvarez forma parte de la plataforma de ciencia ciudadana que ha monitorizado el paso a Francia desde Gerona de una luciérnaga suramericana.
La luciérnaga, perteneciente al género americano Photinus, emite luminiscencia durante el vuelo, lo que le hace muy atractiva, aunque también, al mismo tiempo, potencialmente muy peligrosa para el medio ambiente, porque su comportamiento es desconocido por la fauna autóctona.
Guzmán, ingeniero agrónomo y licenciado en geografía e historia, ha señalado que este tipo de luciérnaga fue detectada en octubre 2018 en Gerona y que desde entonces ha sido capaz de cruzar los 28 kilómetros desde el lugar de su primera localización hasta la frontera francesa, atravesando probablemente el puerto de El Pertus, por el corredor de La Jonquera.
Su presencia en el seguimiento de esta especie se debe a la iniciativa que tuvo en 2009 de poner en marcha el proyecto de ciencia colaborativa ¿Has visto una luciérnaga?, a través de la web www.gusanosdeluz.es, "para divulgar y recoger información sobre estos simpáticos bichitos", según describe en el propio espacio digital.
Junto al investigador de la Universidad de Amberes (Bélgica) Raphaël De Cock, que desarrolló su tesis doctoral sobre los aspectos ecológicos de estos insectos, mantiene este espacio de internet que ha servicio para desarrollar el seguimiento de la luciérnaga suramericana invasora junto a otro equipo científico, el del Museu de Ciències Naturals de Barcelona.
La revista científica suiza DPI-Insects ha publicado un artículo en el que se exponen las conclusiones del estudio dirigido por Guzmán, De Cock y el francés Fabien Verfaillie, que ha llevado a cabo el equipo de especialistas franceses, belgas y españoles que ha organizado un seguimiento permanente de esta especie en Francia y España.
El equipo cuenta con la participación de un naturalista argentino para comparar el comportamiento con la zona de origen y en él se integra otra plataforma de ciencia ciudadana, Cucadellum-ICHN, creada en Cataluña en 2020.
José Ramón Guzmán, que trabaja en el ámbito medioambiental en la Junta de Andalucía y que con anterioridad fue profesor asociado de la Universidad de Córdoba, afirma que "la resistencia al frío de esta especie y su dinámica poblacional indican que esta luciérnaga podría convertirse en una nueva especie invasora".
Según los resultados del estudio, "esta especie coloniza prados, jardines e incluso se la puede ver volando entre los campos de maíz u otros cultivos intensivos, mostrando en principio preferencia por las zonas más húmedas", por lo que "lo más probable es que consuma lombrices de tierra", por lo que "su impacto en el ecosistema podría ser importante".
El investigador granadino explica que "este insecto se diferencia de las luciérnagas españolas en que tanto los machos como las hembras vuelan" y en que la luz intermitente emitida en vuelo es de un color amarillo-anaranjado, mientras que las especies europeas tienen una luz más verdosa y únicamente vuelan los machos, "manteniéndose las hembras en una forma parecida a su larva".
El propósito de emitir luz durante la noche, en un fenómeno denominado bioluminiscencia, es atraerse entre ellas, concreta Guzmán, y "es realmente una reacción bioquímica que se produce en el abdomen de las luciérnagas, en la que una enzima, llamada luciferasa, reacciona con otra molécula, llamada luciferina, produciendo así luz".
A partir de sus primeras localizaciones, esta luciérnaga exótica se extendió de manera rápida por el territorio catalán y en solo tres años colonizó buena parte de las veguerías del Baix Empordà, la Garrotxa y el Gironès, donde primero se ubicaron y el Alt Empordà y el Pla de l´Estany, explicita el responsable español de la plataforma Gusanos de Luz.
En 2020 se detectaron estas luciérnagas en las localidades de Maureillas-las-Illas y Les Cluses, en los Pirineos Orientales franceses, "gracias a los observadores del programa de ciencia ciudadana L'Observatoire des Vers Luisants et des Lucioles, en el marco de una colaboración internacional de ciencia participativa".
Este observatorio francés de luciérnagas, creado en 2015, es un programa científico participativo del Groupe Associatif Estuaire y el Centro Nacional para la Investigación Científica que tiene, entre otros objetivos, el establecimiento de redes locales de observadores.
En el trabajo publicado por la revista científica suiza se desvela que en 2018 esta luciérnaga fue descrita como una nueva especie bajo el nombre de Photinus immigrans, aunque "un análisis más profundo ha llevado a concluir que se trata de una especie de origen suramericano, de Argentina y Uruguay, con el nombre científico de Photinus signaticollis, y descrita por el científico francés Charles Émile Blanchard en 1848".
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