Olvido García Valdés en la Feria del Libro de Córdoba: "La escritura tiene una enorme energía de transformación"

Cultura

La ganadora del Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2021 inaugura la muestra con un pregón de lujo

45 casetas y una apuesta por el talento cordobés

Olvido García Valdés, durante el pregón de la Feria del Libro de Córdoba. / Miguel Ángel Salas

Ha sido la primera vez que en su dilatada obra, Olvido García Valdés (Santianes de Pravia, 1950) ha dado un pregón y lo ha hecho en la Feria del Libro de Córdoba durante su inauguración. Un encargo que, según ha reconocido a el Día, le ha hecho mucha ilusión y que dividido en tres partes.

Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2021, García Valdés tiene palabras de agradecimiento para Córdoba a la que ha venido con frecuencia "por trabajo y por gusto". "Aquí hay nombres muy impresionantes. Asocio Córdoba con Ricardo Molina, Pablo García Baena, con Vicente Núñez, con quien fuimos muy amigos a lo largo de la vida, con Castilla del Pino, con Juana Castro, con Julián Jiménez, que es un crítico extraordinario y, sobre todo con Góngora"

"Estoy muy feliz, la cosa es lo del pregón, que siempre me lo imagino como algo festivo y yo lo que voy a hacer es algo con mucho entusiasmo que será hablar de lo que supone leer y escribir a lo largo de toda una vida para gente como nosotros, lectores y escritores", ha detallado.

Bajo el título, Esa escucha. Leer escribir, García Valdés ha estructura su pregón en tres partes. La primera de ellas ha sido Leer es escuchar. A su juicio, entiende ambas acciones como "dos fenómenos muy relacionados entre sí: leer y escribir y ambos son escucha. No te escuchas a ti mismo, sino lo que viene. Esa escucha consiste en ver qué llega de esa parte que nos alimenta y nos hace ser lo que somos y , sobre todo, lo que queremos ser. Creo que la escritura tiene una enorme energía de transformación, nos cambia".

La pandemia y su repercusión en la lectura ha centrado la segunda parte de su texto, que ha leído en el Bulevar del Gran Capitán, y de la que ha señalado que "nos ha salvado a todos los lectores". "En realidad vivimos una época terrible en el sentido de la velocidad, en la obsesión que nos ha entrado del contacto, de la comunicación, de la conectividad", ha reflexionado la autora de Dentro del animal la voz.

A su juicio, "vivimos en una época de hiperconectividad, y eso lo acelera tanto que verdaderamente nos quita la vida. La lectura nos devuelve la lentitud, el reposo, el silencio, la escucha y este tiempo que ha sido muy duro, no solo sanitariamente, sino también económicamente para mucha gente, sin embargo, ha traído como un espacio de calma y de reposo en cierto modo".

La tercera y última parte de un pregón de lujo -en el que no ha faltado un poema de María Victoria Atiencia, "una de las voces más altas de la lírica en castellano"- ha sido Esa escucha que es escribir, ya que "esa escucha es muy parecida a la de la lectura". "Siempre digo que si la vida merece la pena es por el trabajo que vamos haciendo con nosotros mismos. Es decir, vivir es trabajar, ver a los amigos... pero si todo eso no posa, no hay un modo de crecimiento interior de cada uno de nosotros".

Un momento del pregón. / Miguel Ángel Salas

En esta misma línea, ha anotado que "cuando merece la pena vivir la vida es cuando sientes que estás haciendo un trabajo contigo mismo en ella y la lectura y la escritura son elementos esenciales de ese trabajo. Muchas veces es leyendo cuando sabes cómo son las cosas, sobre todo cuando somos jóvenes. En la literatura es donde aprendemos un poco la vida".

García Valdés, que ha participado en varias ediciones de Cosmopoética, también ha aludido a la poesía de Córdoba y ha destacado que "es muy variada". Es más, ha confesado que "no podría hablar de la poesía de Córdoba porque hablaría de los poetas y de los poemas de cada una de ellos". Conoció a Pablo García Baena, a quien admirada y trató mucho a Vicente Núñez. "La poesía de Pablo García Baena y la suya son muy diferentes. Es decir, la poesía de Córdoba creo que es una abstracción que resulta cómoda, pero cada uno de ellos son muy grandes y diferentes entre sí".

"Es un privilegio estar aquí y la alegría de que se pueda celebrar la feria del libro al aire libre después de estos años de oscuridad y de internamiento. Compartir la alegría de la luz y estar juntos con los libros y las librerías", ha reseñado la autora de Y todos estábamos vivos (Tusquets, 2006, 2007).

También ha aludido a "la magia de las librerías", espacios en lo que "siempre pasa algo y en los que lo que buscas y lo que encuentras se ponen acordes y es una cosa muy rara si lo piensas. Son espacios maravillosos".

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