Tribuna Económica
Carmen Pérez
T area para 2025
Que levante la mano quien entienda algo. La cúpula del Partido Socialista andaluz sacó la pistola del cinto, la amartilló, decidió apretar el gatillo -con todo el estruendo que ello genera- y, al final, optó por disparar una bala al aire contra lo que se identifica como el sector crítico dejando en una posición de autoridad bien débil a la ejecutiva provincial. La dirección, quiera o no, va a cargar con las culpas de haber inspirado estas decisiones que hay quien sitúa a 138 kilómetros de distancia. Cayó Joaquín Dobladez de la Delegación de Cultura tras dos años en el cargo y Luis Rey en Medio Ambiente, once años en el puesto. Permanece Francisco García en la Delegación de Obras Públicas no se sabe hasta cuándo fruto de sus muchas y muy leales relaciones dentro de la Junta, al menos hasta el mes de septiembre (no habrá Consejo de Gobierno hasta entonces). El caso del cese interruptus de la delegada del Gobierno, Isabel Ambrosio, se repite.
La frialdad de la reacción del PSOE cordobés es toda una declaración de intenciones. A través de una portavoz (lo que quiere decir que nadie quiso ponerse al teléfono para la transcripción de sus palabras), la única reacción de la dirección de Juan Pablo Durán fue la siguiente: "Las decisiones del Consejo de Gobierno de la Junta no se comentan, sólo se respetan en el cómo, el cuándo y el por qué". Punto y final.
El estruendoso silencio tiene que ver con el hecho de que, pactada la operación, a última hora alguien con el poder suficiente pisó abruptamente el pedal del freno provocando una salida de pista. Se cesa a Dobladez lo que supone una señal a los críticos. Se deja a Francisco García que es quien inspiró precisamente esta operación de castigo cuando tomó la decisión de dejar la secretaría local del PSOE cansado de los desencuentros con un secretario general al que no es fácil llevarle la contraria. El sector próximo a Durán se ha desgañitado dentro y fuera del partido asegurando que la decisión del delegado de Obras Públicas implicaba su salida inmediata del cargo institucional.
Una de las cuestiones que hay que aclarar es que las destituciones -como la de Isabel Ambrosio- no eran rumores de barra sino decisiones comunicadas a los afectados por sus respectivos jefes que fuentes oficiales y extraoficiales del partido y la Junta daban como hechas. En el caso del delegado de Obras Públicas, con un matiz. Al hacerse público su destititución por la edición digital de El Día y por Radio Córdoba Cadena Ser las tensiones se habían acelerado. La consejera de Obras Públicas, Josefina Cruz, se ha mostrado como la gran valedora de un hombre experimentado dentro de la Administración autonómica, al que incluso sus adversarios políticos le reconocen la categoría de interlocutor en estos tiempos. La consejera de Obras Públicas, con su intervención, lo ha dejado al margen de polémicas dentro del PSOE cordobés dentro de la estabilidad que puede tener un representante público en estos tiempos convulsos.
El caso de Dobladez -sin Paulino Plata haciendo el trabajo de defensa de su delegado que sí ha hecho Josefina Cruz- estaba más claro: de toda esta tensión no se podía salir sin que alguien fuese destituido. Ayer, en su cuenta de la red social Twitter, el secretario provincial del PSOE aseguró que le había dicho a Dobladez que contaba en el futuro con él, lo que implica que ambos políticos hablaron y que la explicación que le dio del cese no fue por razones de carácter interno sino institucionales. Dobladez ha participado junto a García y a otras personas del PSOE local en unas reuniones informales sobre el futuro del partido que han sido vistas como una conspiración en toda regla por la línea oficial.
La marcha de Luis Rey tiene que ver con una demanda de hace mucho tiempo de la dirección provincial. El ya exdelegado de Medio Ambiente, quien ha tenido sus cuitas en Priego de Córdoba, no ha participado de este tipo de cuestiones. Su puesto era demandado para que formara parte de la órbita de las delegaciones. La consejera de Presidencia, uno de los personajes claves de este novelón, Mar Moreno, aseguró ayer que las decisiones de este tipo son de Gobierno y no de partido. El runrún político coloca a Rosa Aguilar, también, como soporte de esta decisión.
Cerrada la cuestión de las destituciones, los nombramientos. Paralizada o descartada -vaya usted a saber- la llegada del expresidente de la Diputación y concejal de Almedinilla, Francisco Pulido, las elecciones realizadas son guiños a alguna agrupación de entidad de la provincia. El nuevo delegado de Cultura, Ramón López, exgerente del Gran Teatro, es también una persona del equipo de trabajo del gobierno municipal de Palma del Río, en manos de una poderosa agrupación dentro del PSOE que no tenía delegado provincial en ese reparto de roles que tanto se cuida dentro de los socialistas cordobeses. El nuevo delegado de Medio Ambiente, José Ignacio Expósito, forma parte de la ejecutiva provincial socialista donde tiene las competencias en esta materia. Pertenece a la agrupación de Peñarroya-Pueblonuevo, donde ha sido teniente de alcalde.
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