Familiares y amigos de desaparecidos recordarán el 2 de julio a Paco Molina en Córdoba
En el acto, que tendrá lugar en el bulevar del Gran Capitán, se inaugurará la muestra 'Ausencias, nuestros desaparecidos'
Familiares y amigos de desaparecidos, pertenecientes a la asociación Afadecor fundada en Córdoba por la familia de Paco Molina, que tenía 16 años cuando desapareció en julio de 2015, junto a otras personas y la Fundación QSDglobal por las personas desaparecidas organizan un acto el jueves 2 de julio en recuerdo de Paco en el Bulevar del Gran Capitán, en el que se inaugurará la exposición al aire libre Ausencias, nuestros desaparecidos, con música de la cantante Ana de Lois.
Según informan desde la fundación, el jueves 2 de julio se cumplen cinco años de la desaparición del joven cordobés y su familia "no se rinde y mantiene la esperanza de poder encontrarle". Es un varón de 1,75 centímetros y 75 kilos de peso, de constitución atlética, cabello corto y negro, ojos castaños y con un marcado acento andaluz.
Paco salió un jueves y avisó a su padre de que no iría a dormir en casa esa noche; se quedaba con un amigo al que sus padres conocen. Desde ese día no se volvió a saber de su paradero. Sus progenitores, Isidro y Rosa, han dedicado todo su tiempo a difundir la imagen de su hijo y "promover sin descanso todo tipo de acciones para localizarlo".
Por este motivo, desde la fundación solicitan el apoyo para arropar a la familia en el acto del jueves y "respaldar a todos aquellos que viven la dura experiencia de tener a un ser querido desaparecido sin causa aparente".
La muestra Ausencias, nuestros desaparecidos es una exposición de carácter itinerante que por primera vez muestra imágenes de familiares de personas desaparecidas junto a los retratos de sus seres queridos ausentes. Está compuesta por 24 rostros -madres, hijos, hermanos- que "buscan ser mirados por los ciudadanos reclamando su apoyo".
Cinco años de ausencia
Los padres de Paco Molina expresaron hace unos días que esperan poder encontrarlo en caso de que haya sido atendido en algún hospital en la crisis sanitaria por el coronavirus, junto a otros desaparecidos, para lo cual prevén promover un escrito con la Fundación QSDglobal con tal de que el Centro Nacional de Desaparecidos (Cndes) pueda actuar a través del Ministerio de Sanidad y "ver si alguno de los desaparecidos ha pasado por algún centro sanitario".
Su padre, que es uno de los impulsores de la asociación, declaró que "en esta situación da tiempo a pensar y darle vueltas a las formas de poder ayudar y encontrar no sólo a nuestro hijo, sino a más desaparecidos", de ahí que confíe en la gestión con el Gobierno. Su madre confesó que "la angustia de no saber qué ha pasado es mucho peor que el confinamiento".
Entretanto, Isidro indicó que en estos casi cinco años ha comprobado que "la gente que ha sufrido algo, algún problema, empatiza mucho más con esta situación, con las familias que tienen un ser desaparecido". Así, espera que "esta desgracia que vive todo el mundo -por la pandemia del coronavirus- haga más empáticas a las personas con este problema".
No obstante, su madre señaló que "ésto va a marcar a la gente, pero nuestro problema sigue siendo invisible", aunque el padre destacó que "el Ayuntamiento de Córdoba está por la labor de hacer visible este problema", como por ejemplo con el apoyo para celebrar la exposición de la fundación en la capital, a la vez que elogió la labor con Afadecor y la colaboración con la Diputación, tras presentarle un proyecto relacionado con la desaparición de menores con unas jornadas informativas en la provincia para que "los jóvenes sean conscientes".
Según remarcó su madre, "mi hijo no se fue, se lo han llevado, aunque no sé dónde, pero él no se fue". Al respecto, desde la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Policía Nacional apuntaron el año pasado a la investigación sobre "personas que rodeaban a Paco, bastante más mayores que él", que podrían "tener algún dato que a lo mejor no han querido dar por miedo o porque les implica directamente en algún hecho que no es del todo lícito".
Francisco Molina Sánchez se encuentra en paradero desconocido desde el 2 de julio del año 2015, cuando quedó con unos amigos en la capital cordobesa.
Desde el principio del caso, su padre ha puesto en duda que su hijo se marchara voluntariamente, dado que "no se llevó el dinero que tenía en casa, ni tampoco ropa", por lo que no entiende cómo, según testigos, el menor tomó un autobús hacia Madrid, donde se le perdió la pista.
Durante este tiempo han recibido muchas llamadas aportando falsas pistas, algunas de las cuales han sido investigadas por la Policía. Una de ellas "era de Colombia y nos pedían dinero, diciendo que si no matarían a mi hijo", según relató el padre, quien agregó que la Policía descubrió de dónde venía y que era una pista falsa.
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