Un Pleno para decir adiós
Ocaña cierra 16 años de servicio público con una advertencia al nuevo alcalde
"La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva". El alcalde de Córdoba hasta el sábado a las 11, Andrés Ocaña, se despidió ayer de 16 años de servicio público en la ciudad citando al premio Nobel de Literatura José Saramago, en una reflexión o advertencia sobre el carácter transitorio de la vida política. El Pleno sirvió para que el regidor, al igual que otros concejales como la mayor parte del grupo socialista y de Izquierda Unida, cerraran un ciclo vital simbolizado en que Marcelino Ferrero, edil en funciones de Ferias y Festejos, se ha afeitado el bigote.
Ocaña agradeció el trabajo a los funcionarios, al igual que la portavoz socialista, de quienes resaltó su dedicación y esfuerzo, que permite que con menos personal que otros ayuntamientos se lleve a cabo una ratio similar de expedientes resueltos. Además, le deseó lo mejor al nuevo alcalde "ya que sus éxitos y su suerte serán los de toda la ciudad". Ocaña animó específicamente a José Antonio Nieto ante el reto que tiene planteado el próximo 27 de junio, en la defensa de la candidatura de Córdoba ante la Capitalidad. El alcalde dijo que resta hacer un buen papel y que al jurado internacional le sea muy difícil tomar una decisión.
Nieto tuvo palabras de elogio hacia Ocaña, quien aseguró que su filosofía ha sido la de "trabajar, trabajar y trabajar" por la ciudad, desde los distintos puestos que ha ocupado tanto en la oposición como en el gobierno de la ciudad.
Hubo foto de familia y buen rollo. Tanta, que el futuro alcalde dijo estar dispuesto a negociar con sus adversarios políticos los asuntos derivados de las liberaciones y los cargos de confianza. "No quiero que hagan lo que hacían conmigo, que me lo encontraba negociado", dijo. Le será fácil, aseguró. Todo el mundo está por la austeridad en esta nueva etapa consistorial.
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