La Policía interroga a los familiares para aclarar el crimen de Villarrubia

La investigación sobre la muerte de María del Rocío Torreras, de 30 años, a manos de su pareja sentimental, José Ángel Gallardo, de 34 años, durante la tarde del pasado domingo, aún continúa abierta. Según fuentes policiales, los familiares de la víctima y del agresor seguían ayer por la tarde prestando declaración para esclarecer qué ocurrió aquel fatídico día y por qué motivo José Ángel decidió decapitar a su novia, con la que llevaba un año conviviendo en una casa situada en la barriada periférica de El Higuerón, junto al domicilio de la madre de la víctima.

La Policía señaló que el dolor de los familiares y sus compromisos laborales ha retrasado la recapitulación de testimonios y, por lo tanto, la redacción del atestado. No obstante, se prevé que este documento esté finalizado a lo largo de la mañana de hoy para remitirlo al Juzgado de Instrucción número 7 de Córdoba, que se encontraba de guardia el día de los hechos. Una vez aquí, se trasladará hasta el Juzgado de Violencia de Género, que es el órgano que se ocupa de este tipo de sucesos.

La Fiscalía especializada en malos tratos no había recibido ayer ningún documento sobre el caso. Incluso, el día del suceso no se dio aviso a ningún fiscal para que acudiese al levantamiento del cadáver junto a la autoridad judicial. En estos momentos aún quedan lagunas sin esclarecer en la muerte de María del Rocío, sobre todo, qué ocurrió en aquel descampado, entre Villarrubia y El Higuerón, para que el agresor decidiera acabar con la vida de la joven. Ambos compartieron un almuerzo con los padres del agresor aquel día y a ojos de todos los familiares consultados por este diario "estaban bien, como una pareja normal".

Tras la comida, se subieron al ciclomotor de José Ángel dirección al campo de cereal, donde éste decapitaría a la joven. Aún se desconocen los datos de la autopsia, que debe esclarecer cómo procedió el presunto asesino para consumar un crimen tan macabro. Se buscan además otros datos relevantes para la investigación, que podrían estar relacionados con el consumo de drogas del agresor, quien habría estado anteriormente en centros de desintoxicación.

Y es que José Ángel, tras cometer el asesinato, volvió a Villarrubia con una bolsa en la que introdujo la cabeza de la joven. Sobre las 16:30 hizo una parada en un bar para tomar una cerveza donde "tranquilamente" comunicó que había asesinado a su novia. Inmediatamente, acudió hasta el domicilio de sus padres para mostrarles la prueba de que había matado a María del Rocío. Fue uno de sus hermanos, al que José Ángel llamó para decirle que había cometido "una locura", quien dio aviso al 112.

Minutos después la Policía Nacional persiguió al joven, que subió a una torreta de la luz, donde se electrocutó y cayó al vacío. Horas después se diagnósticaba su muerte en el Reina Sofía.