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Urbanismo
La empresa adjudicataria de las obras para convertir el antiguo mercado del Alcázar Viejo de Córdoba, ubicado en la avenida del Doctor Fleming, en un centro vecinal, Díaz Cubero SA, ha retirado su oferta justificándose en que el Ayuntamiento no cumplió el plazo máximo de adjudicación de dos meses desde la apertura de proposiciones. Así, la empresa Construcciones Serrot SA, que había quedado en segundo lugar en el proceso, es la que ha propuesto ahora el Ayuntamiento para que se encargue del proyecto, que tiene un presupuesto de 580.654 euros. Si no hay objeciones por parte de la constructora, obtendrá en unos días la adjudicación definitiva para que pueda comenzar la actuación.
la primera adjudicataria había conseguido una puntuación de 92,5, siendo la oferta más ventajosa entre las seis empresas que se presentaron. Construcciones Serrot SA, empresa ubicada en Montemayor desde el año 1978, obtuvo 88 puntos en la adjudicación, por lo que figuraba como la segunda mejor opción para acometer estos trabajos, que llevan años en espera. La compañía se especializa en la construcción de promociones privadas de viviendas por toda la provincia y es la responsable del proyecto de las 104 viviendas de San Jerónimo II de la Huerta de Santa Isabel, todas de VPO.
El edificio del antiguo mercado del Alcázar, a día de hoy, se encuentra abandonado y está cerrado desde el año 2006. El mercado había sido cedido al Instituto de Estudios Sociológicos Avanzados (IESA) que pretendía derribarlo para un proyecto, la construcción de una sede, que nunca se ejecutó y al que además el propio organismo renunció en el año 2018. El PP, durante su campaña para las municipales, lo presentó como parte de su estrategia de su plan de gobierno.
El proyecto salió a concurso hace un año y tras la presentación oficial que hizo el presidente de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU), Salvador Fuentes, en marzo de 2021. El primer paso de las obras será demoler todos los cerramientos perimetrales para poder recuperar la imagen y estructura original, que data de los años 50 y es obra de los arquitectos Carlos Sáez y Víctor Escribano, pues se trata de un edificio cuya última modificación ocurrió en el año 1991 cuando se prohibió la venta de alimentos al aire libre.
En su interior se instalará un nuevo volumen para cuatro espacios principales, dos talleres de 100 metros cuadrados, que se comunicarán para convertirlo en una sala de usos múltiples y dos salas de algo más de 30 metros cuadrados, una para un estudio de edición digital y nuevas tecnologías y otra dedicada a los mayores, además de un almacén de material y aseos públicos.
Los técnicos y arquitectos de la GMU empezaron a trabajar en este proyecto en el año 2020 con el levantamiento planimétrico del edifico, un estudio estructural y trabajo de investigación a partir del cual se hizo la primera propuesta. Con todo ello, este nuevo proyecto debía estar listo este año 2022, según las primeras estimaciones que hiciera el Ayuntamiento, pero ha sufrido nuevos retrasos.
Salvador Fuentes, cuando se presentó el proyecto en marzo de 2021, defendió que el edificio, un espacio "infrautilizado", tendrá una "finalidad absolutamente vecinal" como "una prolongación" del centro cívico y que dependerá de él en su calendario de actividades, así como para pedir el uso de las salas, "es un complemento del distrito en un espacio vital para el barrio", dijo.
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