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Economía
El verano ha llegado a Córdoba pegando fuerte, con temperaturas por encima de los 40 grados y las temidas olas de calor haciendo de las suyas. Son semanas, más bien meses, en los que los cordobeses luchan entre el deseo por pillar las ansiadas vacaciones, tiempo para la desconexión de la rutina y para recargar pilas para el resto del año, mientras se enfrentan a largas jornadas de asfixiante calor en la ciudad.
Es este un elemento que juega en contra de uno de los puntales económicos de la capital: el turismo. Si bien en muchos puntos del país el número de visitantes crece en estos meses estivales -incluso hay zonas que doblan su población-, la ocupación hotelera se dispara y el cartel de reservado copa la mayoría de terrazas y restaurantes, en Córdoba la realidad es bien distinta.
Por norma general, durante la época estival -y más aún en agosto, principal mes vacacional- las calles se vacían. Los cordobeses buscan resguardo en zonas de costa o incluso en partes altas de la ciudad como Trassierra o Cerro Muriano, donde se acumulan segundas residencias. Y eso transforma a la capital, lo que también llama la atención de algunos visitantes y turistas que deciden viajar a Córdoba para conocerla en su versión más sosegada... y calurosa.
Los profesionales del turismo auguran un verano similar al del pasado año respecto a la llegada de viajeros. No obstante, aunque los hosteleros se muestran más positivos, desde el sector hotelero afirman que estos meses, y en particular julio, es la época más castigada para el turismo (y sus sectores) en la ciudad.
Más de una decena de hoteles han empezado este séptimo mes del año con sus negocios cerrados, como reconoce el presidente de la Asociación de Empresarios de Hospedaje de Córdoba (Aehcor), Manuel Fragero. Esta tendencia se repite desde hace varios años, y se afianzó con la pandemia del Covid-19, cuando algunos establecimientos decidieron echar el cierre.
"Es un mes complicado, y ha ido a más", explica Fragero. Los datos de viajeros que saca periódicamente el Instituto Nacional de Estadística (INE), revelan que julio siempre ha sido el mes más castigado del verano. Por ejemplo, el año pasado, Córdoba recibió 72.943 visitantes, frente a las 86.202 de agosto y los más de 97.000 en septiembre.
La clave reside en “la promoción”, según Fragero. El presidente de los hoteleros considera que habría que hacer mayor hincapié en dar a conocer la oferta turística de la ciudad también en los meses de verano, dado que, a su juicio, “no se promociona adecuadamente a Córdoba”.
En la otra cara de la moneda está el sector de la hostelería, que espera que este año aumenten, o al menos se mantengan, los datos del turismo. “Hay que dividir el turismo en tres partes: la provincia, Casco Histórico y el resto de Córdoba”, explica el presidente de la Asociación de Hosteleros de Córdoba Horeca, Miguel Ángel Morales, quien reconoce que en la zona de la Judería y el entorno de la Mezquita-Catedral, la presencia de turistas es constante.
Al contrario que Fragero, Morales afirma que la promoción que se ha hecho de la ciudad ha repercutido positivamente en meses como el Mayo Festivo y confía en que pase lo mismo en verano. Las noches son las grandes aliadas en la restauración cordobesa, ya que la mayoría de planes y ocio que vive la capital suelen ser a partir de que el sol se esconde: “Los que vienen aquí salen por la noche”, aunque también, durante el día, los bares y restaurantes suelen ser un oasis en medio de las calles donde entrar a refrescarse y resguardarse del intenso calor estival.
El hotel boutique Patio del Posadero es el más pequeño de Córdoba, con apenas seis habitaciones. Su dueña, Lisa Cazzola, señala a El Día, que además del típico bajón del mes de julio, también ha notado un "parón" de reservas para agosto, si bien espera que "como cada año el turista de última hora venga a Córdoba, aunque sea para una noche, como suele suceder en estos meses".
La propietaria del hotel boutique explica que el turista de verano no es el que se suele ir más contento, ya que en estos meses, además de las altas temperaturas, "los servicios se reducen, incluso hay monumentos cerrados; es algo que se repite desde hace ocho años".
Las provincias costeras del sur de la península son los mayores reclamos turísticos de estos meses, algo que es indiscutible y comprensible. No obstante, ciudades como Córdoba sirven de puente para llegar a esas localizaciones de playa y son un punto de paso para muchos viajeros que incluyen a la ciudad dentro de su hoja de ruta por Andalucía.
La cifra de la estancia media durante los meses de julio, agosto y septiembre en Córdoba es la más baja de las ocho provincias andaluzas, en concreto 1,77 días de promedio. En otras como Málaga o Huelva, el dato roza los tres días y medio, lo que viene a ser el doble, pero en las otras de interior de la comunidad, Sevilla y Jaén, la cifra también es superior, con 1,93 y 1,83 días de promedio, respectivamente.
En total, durante los meses de julio, agosto y septiembre del pasado año, Córdoba recibió 256.796 viajeros. Unas cifras que reflejan la tendencia ascendente del turismo, pero que quedan aún lejanas de los datos anteriores a la pandemia: en el año 2019, el número de viajeros fue de 298.634. En la última década, el año con mayor turistas recibidos en verano por la capital fue 2017, con más de 310.000; y el año con menor actividad turística, como no podía ser de otra manera, fue 2020 –llegada del Covid– con 110.809, según los datos del INE.
La gran asignatura pendiente del turismo en la capital y la provincia es, sin duda, aumentar las pernoctaciones. Actualmente Córdoba está por encima de las cifras del principio de esta última década. El pasado año hubo 445.305 pernoctaciones en los meses estivales, lejos de las 518.913 del 2019, cifra que alcanza el máximo de los últimos diez años. Al hacer una comparativa en los mismos meses con otras zonas de costa como en Málaga, las cifras son muy superiores a las de Córdoba; en concreto, esta provincia costera acumuló más de seis millones de pernoctaciones.
El perfil del viajero que visita Córdoba en estos meses estivales es mayoritariamente residente en España, pues en concreto fueron casi 159.000 españoles los que llegaron a la ciudad, frente a los 97.811 visitantes extranjeros. Además, según la Encuesta de Coyuntura Turística de Andalucía (ECTA) del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), el 86,2% de los turistas visitan Córdoba en este tercer trimestre del año por motivos de ocio o vacaciones, con un gasto medio diario de 67,1 euros. Esta es la cuantía más baja del año, en contraposición con la que deja el último trimestre del año, incluye Flora, el puente de diciembre y la Navidad, con un gasto de 82,5 euros.
Además, según refleja el IECA, el visitante sigue valorando a Córdoba con casi un sobresaliente, con una nota de 8,5 (datos anuales del 2022). Esta nota deja a la ciudad como la segunda mejor valorada de toda Andalucía, solo por detrás de Cádiz (9,6) y alguna décima por debajo de la media regional (8,6).
Los aspectos más destacados por los visitantes que vienen a Córdoba son el patrimonio cultural (9,3), además de la calidad y la oferta turística de sus paisajes y parques naturales (8,9) -algo a lo que contribuye en buena medida la provincia-, puntuación esta última que comparte con la atención y el trato, y la limpieza. Los puntos más negativos, que pese a todo se quedan con notables altos, son el alojamiento y en nivel de tráfico (8,6), además del ocio-diversión y el alquiler de coches, ambos con un 8,5.
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