Rafael Gómez entra en la cárcel de Alcolea para cumplir condena
El empresario tiene pendientes una pena de cinco años y tres meses por dos delitos contra Hacienda
Nueve meses y dos semanas después de ser condenado, el empresario cordobés Rafael Gómez ha entrado en prisión. Lo hizo ayer, rodeado de algunos miembros de su familia y en Córdoba, pese a que hace solo unos días el propio Gómez declarara que la prisión de Alcolea no le gusta porque estaba demasiado cerca de sus familiares. El empresario y político agotó así los cinco días hábiles que se le concedieron el pasado lunes a través de un auto dictado por el titular del Juzgado de lo Penal número 3 de Córdoba, Miguel Ángel Pareja, que además no suspendió el ingreso en prisión mientras se tramita el indulto solicitado por Gómez.
Durante todo el día, fuentes cercanas al empresario joyero y constructor no especificaron cuál sería el destino elegido por éste para pasar los cinco años y tres meses a los que está condenado por dos delitos contra la Hacienda Pública. Tras sus palabras sobre la cárcel de Alcolea, se llegó a hablar de que quizá iría a Melilla (tierra que visitó durante la semana pasada) o Málaga, aunque finalmente Gómez se ha decidido por la penitenciaria más cercana a sus allegados.
De esta forma, sobre las 18:30 el que fuera fundador del partido político Unión Cordobesa (UCOR) llegó hasta la prisión de Alcolea rodeado de sus familiares, entre ellos sus tres hijos varones (que en un primer momento estaban procesados, junto a su hermana y su madre, en el mismo caso por el que se ha condenado a Gómez), con gesto aparentemente tranquilo. El conocido empresario, implicado también en el caso Malaya, no quiso hacer declaraciones a la prensa, algo poco normal en él, que siempre se ha caracterizado por mostrar abiertamente su opinión.
Durante estos más de nueve meses que han transcurrido tras conocer su condena, el equipo de abogados de Gómez ha presentado una serie de recursos ante otros tantos tribunales para demorar la entrada en prisión lo máximo posible, llegando incluso, como ya se ha dicho, a solicitar el indulto. En este caso, la Justicia ha estimado que no era necesario que el empresario esperara fuera de la cárcel la resolución de dichos recursos. Eso sí, al empresario le fue concedido un plazo de demora que expiró a principios del mes pasado tras solicitar su abogado un tiempo para que Gómez hiciera "gestiones"; finalmente, ha tardado más de un mes en ingresar en la penitenciaria.
Se entiende, por lo tanto, que Gómez espera no cumplir los más de cinco años a los que está condenado, dada la cantidad de recursos presentadas y que todavía deberán resolverse. Uno de estos recursos se ha presentado a instancia del Tribunal Constitucional, que primero debe admitirlo a trámite; en el documento Gómez asegura que en ningún momento fue él quien cometió los delitos. También ha solicitado el indulto parcial, con el que se busca la reducción de la pena a dos años.
Con la entrada de Gómez en prisión se cierra un ciclo, o así lo parece, de quien ha sido uno de los empresarios cordobeses más influyentes de los últimos años. Comenzó trabajando, como él mismo ha dicho en varias ocasiones, de "cabrero" para pasar a ser joyero, empresario de la construcción, presidente del Córdoba CF y líder de la oposición en el Ayuntamiento de la ciudad.
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