El Reina Sofía administra un 18% más de vacunas a alérgicos al polen en un año

Sanidad | previsión según los especialistas

La población alérgica al olivo se ha duplicado en la última década

La Unidad de Alergología trata al año a un millar de nuevos pacientes con afecciones primaverales

El Reina Sofía administra un 18% más de vacunas a alérgicos al polen en un año
El Reina Sofía administra un 18% más de vacunas a alérgicos al polen en un año / Rosell
Ángela Alba

25 de marzo 2018 - 01:57

Los alérgicos al polen del olivo y gramíneas se han duplicado en la última década en Córdoba, al igual que la fuerza con la que sufren los síntomas al llegar la primavera. Ésta es una de las causas por las que el Hospital Reina Sofía administró un 18% más de vacunas por afecciones a pólenes en general en 2017 respecto al año anterior. Estos pacientes suponen un 40% del total de los que se tratan en el complejo sanitario por estas respuestas inmunitarias.

Esta primavera será dura para los alérgicos cordobeses, ya que las lluvias caídas durante este mes de marzo van a hacer que las plantas herbáceas -de crecimiento rápido- afloren con fuerza. Y entre ellas hay muchas gramíneas. "Cuándo y cuánto pueda durar dependerá del calor que haga porque si las temperaturas suben mucho, se queman", indica la responsable de la Unidad de Alergología del Reina Sofía, Carmen Moreno. La previsión de la Sociedad Española de Alergia es de un grado tres sobre cuatro (el máximo) en presencia de polen, "con lo cual es fácil que los pacientes alérgicos a gramíneas lo noten".

Entre el 6% y el 8% de los afectados puede evolucionar de forma muy grave si no se trata

Una mención especial requiere el olivo, que también acusa el régimen de lluvias del otoño y necesita agua y frío, sobre todo entre noviembre y diciembre, algo que no ha tenido este pasado año. Sin embargo, explica Moreno, concurren dos circunstancias que pueden hacer que el olivo tenga una primavera más florida. La primera es que las lluvias de marzo le van a favorecer (aunque no de forma tan inmediata como a las gramíneas) y segundo que es una planta vecera, es decir, que de manera alterna, un año produce mucho polen y otro muy poco. El año pasado fue más leve y este año le toca una polinización más fuerte. Por ello, las reacciones inmunitarias a este árbol posiblemente serán importantes, según comunica la Red Española de Aerobiología (REA).

Los alérgicos al olivo y las gramíneas son cada vez más; de hecho, los expertos indican que la población se ha duplicado en los últimos diez años. El crecimiento de las enfermedades alérgicas en Córdoba se está centrando en los pólenes y alergias alimentarias relacionadas con ellos.

Cada año llegan mil pacientes nuevos a la Unidad de Alergología y la cifra ascendería a 1.500 si además de las patologías respiratorias se incluyeran las alergias a alimentos vegetales asociados. A ellos hay que sumar los crónicos, de los que no hay cifras porque el dato es acumulativo y con salidas progresivas.

Anualmente, entre 250 y 300 personas se incorporan a la lista de vacunados al polen del olivo y gramíneas, mientras que el acumulado es de entre 800 y 1.000 pacientes. Los enfermos que llegan por primera vez a la consulta del especialista cada vez tienen casos más complejos, a algunos ni siquiera pueden vacunarlos porque han llegado tarde y "los cambios que se han producido en las mucosas bronquiales se han hecho tan persistentes, son tan irreversibles, que la vacuna no hace nada". A esas personas se les da medicación paliativa que alivie los síntomas. "La vacunación tiene un momento óptimo y también un margen de viabilidad", asevera la doctora.

Moreno destaca que el aumento del 18% en las vacunas que el hospital administra a alérgicos al polen (la inmensa mayoría al olivo) tiene una doble lectura. Por un lado, significa que hay más pacientes y, por otro, que la complejidad es mayor: "los alérgicos al olivo que estamos viendo son cada vez más graves, con una enfermedad muy avanzada". La especialista señala que "hasta hace muy poco era una patología identificable por cualquiera por las molestias en los ojos y la nariz y, en casos más evolucionados, por la aparición de asma, pero se está convirtiendo en un problema que asocia alergia a alimentos vegetales y anafilaxis, una reacción amenazante para la vida". Hay que recordar que este tipo de alergias son hereditarias, es decir, tienen una carga genética.

Por ello, Moreno asevera que no hay que trivializar los síntomas de esta enfermedad y aunque sólo sean unos picores "hay que prestarle atención porque hay pacientes que van a evolucionar de una manera muy grave". "A estas alturas tenemos indicadores para identificarlos" pero a veces los enfermos tardan en llegar a la Unidad de Alergología porque "empiezan con una patología muy banal, y cuando nos llegan vienen muy pasados de rosca: si hubieran venido antes hubiéramos podido hacer por ellos algo más". Por esto, "cuanto antes empecemos a identificarla y a tratarla, mejor", puntualiza.

Respecto a las personas que se automedican cuando notan los síntomas de lo que podría ser una alergia, la doctora manifiesta que "lo están haciendo muy mal". Es cierto que una buena parte de la población se queda sólo en los picores y estornudos pero otra pequeña parte, entre un 6% y un 8%, evoluciona de forma muy grave.

Este año la polinización va a llegar a Córdoba con una gran intensidad. En esa línea, Moreno resalta que "si alguien mira el recuento de polen de olivo que hay en Córdoba y en Jaén y los compara con Málaga, Sevilla o Madrid, son muy diferentes. Aquí, por muy poco que haya, siempre habrá ocho veces más, con lo cual jugamos en otra liga". Eso genera unas patologías que también son "de otra liga".

Debido a la crudeza que se espera este año "es posible que haya pacientes que debuten, algunos que estuvieran mejor ahora empeoren, y los que hayan abandonado el tratamiento porque sus síntomas eran leves ahora se reagudicen". Según la responsable de Alergología, "esto no es ninguna novedad; no va a ser un año feroz ni apocalíptico; los cordobeses están muy acostumbrados a que el polen llegue todas las primaveras, pero sí es importante que no se trivialice con este tema".

Para evitar crisis, la doctora aconseja que no se realicen actividades deportivas al aire libre y no ir al campo. La medida más eficaz es que "todo el que sepa que es alérgico al polen, que ha sido diagnosticado, tratado y se le ha olvidado de un año para otro, desempolve su informe, haga sus tratamientos preventivos y no espere a empeorar". "Hay muchos miles de cordobeses que tienen un informe nuestro o de otro alergólogo donde se les indica los medicamentos que deben tomar o qué deben hacer", apostilla. Sobre las mascarillas, indica que las verdaderamente eficaces son las que tienen filtros muy potentes porque el polen está compuesto por granos microscópicos, por lo que realizadas con papel no son eficaces. "Huir del polen del olivo y de las gramíneas en Córdoba es muy difícil", señala Moreno, y recuerda que los especialistas antes decían a los pacientes que se levantaran muy temprano y salieran a la calle antes de que saliese el sol o que se trasladaran a la costa; "cosas que no puede hacer todo el mundo y que son incompatibles con el ritmo de vida actual.

La especialista anima a "disfrutar de esta ciudad en primavera pero siempre con sentido común" y con la toma de medicamentos "que protegen y se toleran muy bien". Y, sobre todo, invita a visitar la consulta de un alergólogo porque "esto tiene arreglo, se puede diagnosticar, disponemos de herramientas suficientes para identificar a los pacientes que se pueden beneficiar de una vacuna respecto a los que no". Antes eso era imposible de saber: "poníamos la vacuna y esperábamos a ver qué pasaba". Además, los tratamientos también han mejorado y algunos alivian o eliminan los síntomas en prácticamente su totalidad.

El porcentaje de alérgicos que antes de trataban en el Reina Sofía era mayor pero ahora se está desplazando hacia las alergias a medicamentos por el envejecimiento de la población y porque muchas de estas patologías banales no llegan al hospital. Moreno señala que la popularidad de la alergia al olivo la está perjudicando en referencia a que "hay mucha gente que se ha acostumbrado a que llegue la primavera y tenga molestias; no vienen porque no lo consideran algo digno de ser tratado".

En Córdoba, las alergias a los pólenes empiezan con el ciprés en diciembre y enero pero como este año el otoño ha sido muy seco, se ha retrasado la polinización. Cuando ésta ha empezado, han llegado los temporales y se ha limpiado el aire, con lo cual los pacientes alérgicos a este árbol prácticamente no han sentido los síntomas. Ha habido un pequeño repunte pero no se espera un pico alto. Algo parecido puede ocurrir con el plátano de sombra, que además, al ser un árbol urbano, sufre las podas ordenadas por el Ayuntamiento.

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