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La Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Reina Sofía registra alrededor de un millar de consultas al mes entre las tres salas con las que cuenta (una de primeras visitas y dos de seguimiento de tratamientos de fecundación), más otro espacio en el que se cita para pruebas funcionales. Hay meses, como los de verano, en que esta cifra baja de manera considerable.
Al año llegan al hospital alrededor de 600 parejas nuevas por problemas de esterilidad, un dato que "es más o menos constante desde que empezamos", explica el responsable de la Unidad de Reproducción Asistida del Reina Sofía, Juan Lorente. En 2016 fueron 579 parejas, en 2015 llegaron 601, en 2014 se contabilizaron 603, en 2013 la cifra ascendió hasta 650 y en 2012 pasaron por la unidad 575 nuevas pacientes. Según esto, en cinco años han sido 3.008 las parejas que han acudido por primera vez a una consulta por esterilidad al Reina Sofía.
La media de edad de las mujeres que recurren a estos especialistas es constante y se sitúa en 32,5 años. Lorente destaca que sí ha habido una variación en las pacientes que llegan sin pareja masculina, de forma que "cada vez tenemos más y son de mayor edad". En ese caso, en lo que va de 2017 la media está en 35,4 años. En 2016 era de 35, en 2015 de 33,8; en 2014 era de 34, y en 2013 de 32,4. En este sentido, advierte que "tenemos bastantes pacientes de 39 y 40 años haciéndoles inseminaciones".
El tiempo de espera para una primera consulta es menor a un mes, según Lorente, y el estudio básico suele tardar dos meses y medio. Luego, los tiempos dependen del tratamiento. Si es coito dirigido o inseminación, se cita a la mujer en su siguiente regla para iniciar el proceso. Si es fecundación in vitro, el tiempo de respuesta asistencial ronda los 15 meses "y nuestra idea es reducirlo a lo largo del año que viene", indica. En la actualidad, unas 400 mujeres están en esa lista de espera.
El trabajo de esta unidad comienza con la inseminación, una técnica que tiene una baja tasa de embarazo en caso de que se haga con semen del cónyuge porque a veces es de baja calidad o por algún motivo no es compatible con la mujer. Las trompas (al menos una) y los ovarios deben estar bien para llevar a cabo esta técnica que consiste en la estimulación ovárica ya que mientras más óvulos, más posibilidades. Sin embargo, hay que controlar el riesgo de embarazo múltiple y se intenta que la gestación sea de uno o, como mucho, de dos. La explicación es que en un embarazo triple la prematuridad es muy seria. Una vez provocada la ovulación, se realiza la inseminación pasadas las 36 horas. Si después de cuatro intentos o ciclos no se logra una gestación, se pasa a la fecundación in vitro.
En 2016, la tasa de éxito de embarazo clínico (el diagnosticado por ecografía y con latido fetal) con inseminación con semen de la pareja fue del 36,4%. Se iniciaron 329 ciclos y llegaron a su fin 295. Con semen de donante (se dan seis oportunidades porque hay más posibilidad), el 52,8% de las mujeres que se sometieron a esta técnica consiguieron quedarse embarazadas. En la unidad comenzaron 159 ciclos y de ellos concluyeron 151. Hay que tener en cuenta que algunos de estos embarazos no llegan a término.
Por otra parte, se opta por la fecundación in vitro si las trompas de falopio de la mujer están obstruidas, hay endometriosis severa, esterilidad de origen desconocido y lleva más de cinco años intentándolo. Respecto a este método (del que se hacen tres intentos como máximo), la tasa de éxito fue del 57%, es decir, más de la mitad de las pacientes que se sometieron a él consiguieron quedarse embarazadas.
El primer paso de esta técnica es realizar una fuerte estimulación del ovario y aquí interesa que haya entre seis y 12 folículos (que contienen los óvulos). Una vez conseguido, se hace una punción para extraer los óvulos. En algunos casos se inserta el semen pero no hay fecundación, por lo que no se llega a acabar el ciclo. Cuando comienza el tratamiento para la fecundación in vitro, a algunas parejas les sobran embriones, que se congelan por si es necesario un nuevo intento de transferencia. En total, en 2016 se comenzaron 390 ciclos y se hicieron 275 transferencias. Por otro lado, se hicieron 66 criotransferencias (de embriones congelados). En total, el pasado año hubo 187 embarazos contabilizados en la Unidad de Reproducción Asistida.
El Reina Sofía ha iniciado además la técnica de reproducción con óvulos de donante, con la que se llevaron a cabo ocho ciclos en seis pacientes. También se ha incorporado la preservación de fertilidad en mujeres jóvenes que se van a someter a tratamientos oncológicos, a lo que acudieron cuatro pacientes el pasado año.
Lorente advierte de que hay determinados factores que favorecen los problemas en la reproducción. El principal es la edad de la mujer: "no deberíamos retrasar la maternidad más allá de los 35 años", asevera. Otros factores son el consumo de tabaco y la obesidad. De hecho, las pacientes deben tener un índice de masa corporal menor de 32 y a las mujeres obesas que llegan a la unidad se las deriva antes a Endocrinología para que pierdan peso.
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