Revolución estudiantil en la Feria
Los jóvenes toman El Arenal y el Balcón del Guadalquivir se llena de 'botellones'.
Ni los 40 grados a la sombra, ni la posibilidad de que el año que vienen vayan a tener que pagar más por las matrículas, ni la cercanía de los exámenes. Nada puede con los estudiantes que ya han tomado el miércoles como su día -y su noche- y todo el mundo lo sabe. Son fáciles de reconocer: llevan camisetas con frases ingeniosas relacionadas con los estudios que cursan, y porta el llamado kit botellón, formado por alcohol, refresco y bolsas de hielo. Van en grupos y acampan en el Balcón del Guadalquivir desde el mediodía hasta que anochece, cuando se dirigen a las casetas.
Los jóvenes dedican meses a preparar la jornada del miércoles de Feria. Nada es casualidad. Entre clase y clase se definen los grupos que se encargarán de la logística diferenciados por apartados. Unos se encargan decidir la frase que estamparán en las camisetas y encargarlas; otros de la parte de avituallamiento y también hay quien tiene asignada la tarea de establecer la hora y el sitio de la quedada. Todo un trabajo de preparación hasta que por fin, ayer, llegó el día.
Las inmediaciones del Guadalquivir empezaron a llenarse desde la hora de comer y, los más tempraneros, fueron los afortunados que consiguieron un hueco bajo el puente de El Arenal, los únicos pocos metros cuadrados con sombra. Los que llegaron después -miles- tuvieron que conformarse con algún hueco a pleno sol, pero parecía que poco les importaba. Tampoco era el momento de hablar de exámenes ni apuntes, aunque las pruebas finales están a la vuelta de la esquina. La mayoría tampoco sabía el plante que los rectores habían hecho al ministro de Educación, Ignacio Wert, aunque sí conocen su nombre y sus intenciones de que el año que viene tengan que pagar más por estudiar.
"Dame tu cartera que yo te administro como quieras" era el mensaje que rezaba en las camisetas de un grupo de Administración y Dirección de Empresas; mientras que una clase de un ciclo de Electrónica apuntaba "soy tu electrónico, ¿comprobamos tu resistencia?". Rojas, azules, amarillas y fucsia son los colores de las camisetas, la clave está en que sea un color llamativo y la gente se dé la vuelta para conocer el mensaje completo. Es un reclamo, "incluso para ligar", según apuntaba una joven que esperaba una gran noche de miércoles de Feria porque "siempre me lo paso genial".
A medida que avanzaba la tarde y el calor remitía, el Balcón del Guadalquivir empezaba a tomar un aspecto todavía más espectacular por la cantidad de jóvenes que se concentraron. La Policía estuvo durante todo el tiempo expectante para evitar cualquier incidente, pero los estudiantes conocen perfectamente las normas de los botellones, saben cuál es su espacio y los límites que no se pueden sobrepasar. Al fin y al cabo se trata de pasar un buen rato y ese es el ánimo que tienen todos los jóvenes que acuden los miércoles a la Feria. Ya habrá tiempo de pensar en otros asuntos que afecta al colectivo porque en Córdoba y en Mayo no queda otra que olvidar los problemas para dejarse llevar por la fiesta, que la Feria de Nuestra Señora de la Salud es sólo una vez al año.
También te puede interesar
Lo último