Riomundi colma la paciencia de los vecinos del Casco Histórico de Córdoba

Córdoba

La Axerquía denuncia que las viviendas de la zona han llegado a soportar temblores hasta las cuatro de la mañana

Una de las actuaciones de Raimundi 2019.
Una de las actuaciones de Riomundi 2019. / Juan Ayala

“Nos quieren echar”. “La Administración tiene abandonado el Casco Histórico”. “No se respeta nada, tenemos que hacer algo”. “No es justo, nadie nos escucha”. “¿Tendremos que denunciar en el juzgado?”. Estas son algunas de las frases que desde la Asociación de Vecinal La Axerquía afirman que “escuchamos de nuestros vecinos y vecinas y que nos hacen llegar a nuestra asociación”. La Axerquía denuncia una vez más que la gota que ha vuelto a colmar la paciencia de los habitantes del Casco Histórico ha sido Riomundi.

El colectivo insiste en que el festival, “bajo la filosofía de hermanamiento de nuestro río con otros del mundo, estableciendo lazos, colaboración e intercambio de culturas... en realidad, comporta un desprecio al significado de hermanamiento, una falta de respeto medioambiental a nuestro río y a las personas residentes en los barrios cercanos al mismo”. Desde el colectivo vecinal denuncian que este año han tenido que soportar con Riomundi “temblores de las viviendas hasta las cuatro de la madrugada del sábado y domingo y, por supuesto, no ha habido descanso ni para enfermos, ni para niños, ni para nadie; y de la misma manera que llegó, se marchó, sin dejar rastro, bueno sí, el de la suciedad y los efectos del alcohol, que nos acompañaron hasta entrada la mañana”.

La Axerquía vuelve a insistir con esa gota que colma el vaso que es para ellos Riomundi en “la tortura permanente” que supone “el alto nivel de contaminación visual y sobre todo acústica que hace imposible el descanso y el equilibrio psicológico de nuestra vecindad”. El colectivo vuelve a denunciar los efectos “nocivos” para los vecinos que suponen que en el Casco se sucedan los eventos, las fiestas, las celebraciones, la ocupación masiva de la vía pública “y de viviendas mal llamadas turísticas, sin regulación, sin control, sin respeto de horarios ni ningún tipo de norma”.

“Si no tenemos bastante con las fiestas tradicionales, la Semana Santa, las Cruces, los Patios o las despedidas de solteros, ahora sumamos otras novedosas organizadas por la Administración, saltándose todas las normativas relativas a decibelios y horarios y de las que son máximo exponente la Noche Blanca y el festival Riomundi. ¿No quieres caldo?..! Pues toma tres tazas!”, critican.

Desde La Axerquía recuerdan que han recogido firmas, participado en la mesa de usos del Casco, comunicado reiteradamente sus problemas a los responsables políticos del Ayuntamiento, impulsado el Foro por el Derecho a la Ciudad y reivindicado públicamente el derecho al descanso, además de “manifestar en diversas ocasiones la situación que se vive en nuestro Casco y especialmente en La Medina y la Axerquía Sur”. “Lo decimos una vez más, vivir en el Casco Histórico de la ciudad comporta en la actualidad todos los inconvenientes y casi ninguna de las ventajas que racionalmente se pueden considerar”, reiteran.

Los vecinos recuerdan que cuando se implantó la zona Acire el Ayuntamiento se comprometió a garantizarles la accesibilidad y movilidad. Estas contrapartidas contemplaban líneas de microbuses, aparcamientos para residentes y una serie de medidas de rehabilitación integral “que han ido quedando en el más absoluto olvido”. Para denunciar que la situación actual es que los vecinos son multados cuando acceden a sus domicilios y paran para descargar compras o a personas con poca movilidad, mayores y enfermos.

El colectivo detalla que le parece errónea y equivocada la promoción turística de la ciudad. “Nos gastamos un alto presupuesto del dinero de todos, mientras que como hemos dicho, el Plan del Río no avanza, el Museo Arqueológico se encuentra en ruinas, el de Bellas Artes es un socavón y el Arco del Portillo se cae a pedazos, por poner algunos ejemplos, así como dentro de la Noche Blanca nos gastamos 217.000 euros. Estos despropósitos no deberían ser consentidos por los cordobeses y sobre todo, no deberían los representantes públicos seguir haciendo oídos sordos”, defienden.

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