Ritmos para una noche vibrante

Tres generaciones del flamenco se dieron cita en la ciudad con 'El Lebrijano', José Mercé y Arcángel · El rock y el pop estuvieron presentes con Medina Azahara y Rosario, y la danza con el montaje 'Cálida hondura'

Alfredo Asensi / Ángela Alba

21 de junio 2009 - 01:00

En su programa de grandes producciones, La Noche Blanca repitió el esquema y los escenarios de la primera edición. Incluso cierta filosofía, al proponer una oferta en la que tuvieron cabida un clásico del cante (de Fosforito, en 2008, a El Lebrijano), un joven cantaor de calidad (de Poveda a Arcángel), otro de gran impacto comercial (de El Cigala a José Mercé) y un toque pop con ecos flamencos (de Chambao a Rosario Flores). El apartado se completó con el montaje de danza Cálida hondura.

EL LEBRIJANO, EN FORMA

Viejo sabio de los escenarios, Juan Peña El Lebrijano no tardó en meterse al público en el bolsillo. "Pedimos que Córdoba sea Capital Cultural de Europa porque se lo merece", dijo nada más salir al escenario, con una puntualidad destacable. La voz jonda y palpitante del veterano artista se proyectó en una plaza abarrotada (con una media de edad significativamente alta entre los asistentes) en compañía del violinista Faiçal Kourrich y los componentes de la Orquesta Andalusí. Encuentro de esencias flamencas y andalusíes que fue presenciado por un público que agradeció la entrega del protagonista. Letras populares, manejo solvente de los palos y una apuesta directa por el entendimiento entre las culturas para un espectáculo centrado en el disco Puertas abiertas, que fue concebido tras los atentados del 11-M. Diversas actividades de ambientación prepararon en los minutos previos el terreno para la llegada del cantaor.

MEDINA/ROSARIO

Querían presentar su nuevo disco en Córdoba en un gran espacio, y lo consiguieron. Querían congregar a miles de seguidores, y lo lograron. Querían celebrar su 30 aniversario por todo lo alto, y así lo hicieron. Medina Azahara, la mítica banda cordobesa, icono del rock andaluz, actuó anoche en la avenida República Argentina en un concierto en el que recordaron las canciones que los hicieron famosos en un pasado y presentaron algunas canciones de su recién publicado trabajo, Origen y leyenda, como el single que da nombre al disco.

Ante una masa de seguidores de varias generaciones, que anhelaban escuchar a la formación liderada por Manuel Martínez, la banda realizó una entrada triunfal en el escenario con el estribillo de Córdoba para seguidamente tocar Favorita de un sultán. Medina Azahara mimó a sus fans con temas como Paloma de libertad, Tierra de libertad, Velocidad y Junto a Lucía, sin olvidar Un paseo por la Mezquita, canción que los lanzó al estrellato hace 30 años. El grupo sedujo, una vez más, a los fans que se agolparon tanto dentro del recinto preparado para el concierto, como fuera de esas vallas -donde surgieron algunos botellones-, y corroboró porqué son una leyenda viva.

De su nuevo disco, integrado por algunos temas nuevos, pero sobre todo por otros publicados en trabajos anteriores, Medina Azahara también interpretó Al padre santo de Roma y Te estoy amando locamente, la famosa canción de Las Grecas.

Canción tras canción, las miles de personas que se adueñaron de la céntrica avenida iban coreando las letras del grupo cordobés, cuyos miembros, vestidos de negro riguroso, como buenos roqueros, no pararon de animar a su público en todo momento. No faltó una mención a la Capitalidad Cultural ni al poderío de Córdoba como imperio del flamenco en una noche en la que, más que nunca, los cordobeses lo sintieron como suyo.

Tras Medina Azahara, sobre la 01:00 de la madrugada, Rosario Flores hizo aparición en el escenario con Cómo me la maravillaría, canción que pertenece a su madre, Lola Flores, y que está recogida en su último disco, Parte de mí. La artista saludó con su habitual desparpajo y comunicó su admiración ante la gran afluencia de público que se agolpaba ante ella. De ley y Por tu ausencia, de Manzanita, fueron otros de los temas elegidos por la pequeña de los Flores para su concierto, incluido en su gira Parte de mí. Rosario tuvo un recuerdo para su amigo Antonio Vega, fallecido recientemente, interpretando El sitio de mi recreo, y para su hermano Antonio Flores, cerrando su actuación con No dudaría.

DOS GRANDES DEL CANTE

En el Patio de los Naranjos, en un entorno de raíces árabes y espíritu cristiano, el joven cantaor onubense Arcángel ofreció un espectáculo basado en el flamenco clásico pero apoyado en las corrientes modernas. Un variado público atendió con respeto a la propuesta artística de un cantaor que desde el inicio de su trayectoria ha mostrado una gran seriedad a la hora de afrontar su oficio. Paco Serrano y Fran Capiscol ejercieron respectivamente como artista invitado y segunda guitarra. Por su parte, José Mercé, una de las máximas figuras del panorama flamenco, llenó la plaza de la Corredera interpretando algunos de sus éxitos, aunque no olvidó sus orígenes artísticos ofreciendo algunos temas del flamenco más clásico. Antonio Plantón El Güeñi, con su grupo, y Cherokee completaron el cartel de una velada flamenca en la que Mercé mostró el carisma que le ha llevado a las más altas cotas de este arte. Dos de los grandes representantes de las últimas generaciones de cantaores, por tanto, dieron la bienvenida a la madrugada en Córdoba.

LA HONDURA DE LA DANZA

Daniel Navarro presentó al público cordobés el primer montaje realizado por su propia compañía: Cálida hondura, una visión literaria de la danza española basada en textos de célebres escritores (Federico García Lorca, Pío Baroja, Rubén Darío...). Un espectáculo que incide en la comunicación entre el bailaor, la guitarra y el público, coreografiado por Navarro y Javier Latorre y con música de Vicente Amigo y Juan Requena. Mara Martínez, Pedro Córdoba, Mercedes de Córdoba, Paul Vaquero y Lorena Franco son los protagonistas de Cálida hondura.

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