Los 12 SALVADOS de los desahucios
solidaridad El trabajo de un equipo de voluntarios
La plataforma Stop Desahucios recibe unas 50 peticiones en lo que va de año para que sus voluntarios medien entre ellos y la entidad bancaria con objeto de no perder su vivienda

A día de hoy, en Córdoba hay 12 familias que han logrado salvar su vivienda en 2012 gracias a las gestiones -a veces in extremis- de la plataforma Stop Desahucios. El colectivo apareció en sus vidas cuando estaban a punto de perder su techo al no poder hacer frente a los pagos mensuales al banco y pasaron del "dolor a la indignación". Así lo resume Rafael Blázquez, portavoz de este grupo de trabajo. Él conoce al detalle cada uno de los casos y, pese a asegurar que casi ninguno tiene nada que ver con otro, concreta que todos tienen que ver con "un problema de salud, el engaño, la ilegalidad, las prácticas abusivas y, sobre todo, mucho dolor". Se felicita por haber contribuido a esta primera docena de éxitos, aunque no pasa por alto que tiene cerca de medio centenar de peticiones más de ciudadanos que atraviesan serios problemas y, sobre todo, que el colectivo al que pertenece aún no dispone de la infraestructura ni la estructura suficiente para ello.
El caso de Constantino Torres, vecino del entorno de la plaza del Potro, fue el primer éxito de Stop Desahucios. Manuel Delgado, uno de los abogados que colabora de forma gratuita con el colectivo, explica que abril era el mes que se había marcado para la subasta de su finca urbana, cuatro viviendas en una única propiedad. El titular pidió un crédito para rehabilitar el inmueble y poder ofrecerlo al alquiler. Sin embargo, al no poder abonar el importe que le reclamaba la entidad, tuvo que enfrentarse a la pérdida de la casa. La plataforma consiguió salvar la subasta y rehabilitar el crédito. Está pendiente ahora la fórmula que permitirá que Constantino conserve su vivienda. La venta de una de los inmuebles podría ayudar al alcanzar este segundo objetivo, aunque desde el colectivo consideran que "ya fue un logro salvar la subasta".
Después de este vecino de la zona de la plaza del Potro se han sucedido otros 11 casos más. María y Ventura, vecinos de Montoro, han sido los últimos que han podido quedarse en su casa gracias al alquiler social de algo más de 200 euros mensuales, pero hay otra decena entre uno y otro que muestran muy a las claras el drama social que sufren muchas familias como consecuencia de la crisis. La pérdida de su puesto de trabajo y la imposibilidad de responder al pago de la hipoteca es más habitual de lo que puede parecer, sobre todo desde 2008, el año en el que empezaron a notarse en mayor medida los efectos de la citada crisis.
Victoria, de Encinas Reales, es otra de las personas que han salvado su vivienda, al menos en primera instancia. "Aquí amenazamos con un procedimiento penal al directivo del Banco Santander, que es la entidad con la que se había firmado la hipoteca", precisó el abogado del colectivo. La dación en pago de la vivienda y el alquiler social es, en líneas generales, la solución que plantea la plataforma, que tiene como gran objetivo medirse a las entidades bancarias que "abusan" de los ciudadanos y pretende quitarles su casa.
Rafael Carmona, otro de los más asiduos colaboradores de Stop Desahucios, cuenta el caso de Pedro Navarro, de Pedro Abad, y una familia de origen colombiano que reside en la barriada de Fátima. El primero, empresario autónomo, pidió una hipoteca para montar un negocio en 2002 y la crisis, también en un caso, le costaron la pérdida de la sociedad que había creado, la nave industrial y la apertura del proceso de desahucio de la vivienda que había hipotecado. "Nos tuvimos que reunir con Unicaja, que se acogió al código de buenas prácticas, y aceptaron la dación en pago y el alquiler social, que será finalmente de unos 200 euros". Carmona matiza que la familia Navarro llegó a pagar hasta 1.000 euros de hipoteca, si bien al final promediaba unos 700 euros. En la actualidad, tanto Pedro Navarro como su mujer se encuentran desempleados.
En lo que respecta al caso de la pareja colombiana de la barriada de Fátima, la dación en pago y el alquiler social también son la solución para una familia que pasa apuros económicos. "El objetivo es que no se queden en la calle", precisó Carmona al explicar los procesos que se han abierto desde la plataforma. Recuerda que cuando esta pareja de afectados compró la vivienda él trabajaba en el sector de la construcción y ella era autónoma. Ahora, tendrán que buscarse la vida para afrontar los alrededor de 200 euros que habrían que abonar por el alquiler social.
Entre los 12 salvados por Stop Desahucios hay también situaciones que se han superado in extremis, como la vivienda de Francisco Cabello en el barrio del Guadalquivir. El portavoz de la plataforma explica que "un viernes estábamos en el Banco Santander y el lunes siguiente se producía la subasta". Blazquez precisa a este respecto que ese mismo lunes "una hora antes de la subasta, conseguimos parar la subasta". Bastó una reunión con el director de la entidad y un grupo de personas "haciendo ruido" en la plaza de las Tendillas para evitar que Cabello se quedara sin su inmueble. Blázquez explica que se llegó a esta situación límite como consecuencia de una "encerrona" que involucraba al hijo de Francisco Cabello, que había creado una empresa, y a los padres, que avalaban la operación con su propia vivienda. "Pudimos salvar la vivienda y pedimos el alquiler social", concluyó el portavoz de la plataforma.
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