Sales de uranio tras la vitrina

Enresa retirará de la Facultad de Medicina una "fuente huérfana" de residuos radiactivos en noviembre

Alejandro Rodríguez y Carlos Enríquez, ayer en el hotel Córdoba Center.
Alejandro Rodríguez y Carlos Enríquez, ayer en el hotel Córdoba Center.

Un buen día decidieron poner orden en una de las salas del Servicio Central de Apoyo a la Investigación (SCAI) de la Universidad de Córdoba (UCO) -ubicada en el Campus de Rabanales- y hacer inventario de cuantos productos y materiales se encontraban allí. Como quien no quiere la cosa, en una vitrina apareció acetato de uranilo, es decir, sales de uranio, utilizadas en labores de espectropía -que es el estudio de la interacción entre la radiación electromagnética y la materia- y que son un fuente radiactiva. Fue hace ahora unos tres lustros cuando la UCO adquirió este producto químico, que se dejó de usar porque en la investigación ya no se empleaba ese material. Así, "se almacenó en la vitrina y lo han descubierto cuando han hecho inventario al encontrar la etiqueta radiactiva", relató ayer Patricia Raya, técnico experto del Servicio de Protección Radiológica de la UCO. Nada más darse cuenta de su presencia, desde el servicio se estudió si existía algún problema en su manipulación o debían tener algún tipo de protección en su manejo, además de los guantes de látex preceptivos. Desde la UCO se pusieron en contacto con la responsable de Protección Radiológica del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa del CSIC, Ángeles Sánchez, quien ofreció información acerca de cómo manipular este residuo, que ahora se encuentra en uno de los sótanos de la Facultad de Medicina. Desde el primer momento, según Raya, no hubo ningún problema porque estos residuos ya "no tienen peligrosidad y no requieren una seguridad adicional" en su manejo. Ahora, estas sales de uranio esperan a mediados de noviembre, cuando la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) las recoja y se las lleve para su depósito en El Cabril.

Este tipo de residuos se conocen como una "fuente huérfana" y aparecen fuera del sistema de control regulador establecido como consecuencia principalmente de actividades del pasado, según explicó el director de operaciones de Enresa, Alejandro Rodríguez, en las jornadas de pequeños productores de residuos radiactivos que se celebraron en Córdoba.

Los que sí están dentro de los controles reguladores son los pequeños productores de residuos radiactivos, que generan deshechos procedentes de fuentes de radioterapia o son materiales residuales del uso de radioisótopos en medicina nuclear e investigaciones médicas o científicas. Enresa mantiene contrato con 876 instalaciones de España, de las que 124 se encuentran en Andalucía y nueve en Córdoba. De éstas últimas, cinco se ubican en el Hospital Reina Sofía, dos en Rabanales, otra "en un centro agrario" y una última en una "industria de laminados", anotó. En los dos últimos años, Enresa no ha retirado ninguno de estos desechos porque "su producción es inoperante", reconoció Rodríguez, quien subrayó que "el almacenaje transitorio de los mismos está visado".

Entre junio de 2012 y junio de 2014 Enresa retiró 38,045 metros cúbicos de residuos radiactivos procedentes de pequeños productores de España, mientras que la media anual en los últimos nueve años es de unos 20 metros cúbicos de residuo, de los que apenas 0,5 se generaron en Córdoba.

El director de Comunicación de Enresa, Carlos Dávila, recordó además que en los Presupuestos Generales del Estado de 2015 "no figura ninguna partida ni modificación para la ampliación" de El Cabril y apuntó que entre las actuaciones futuras previstas sólo se encuentra la reformación del espacio informativo.

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