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Como quien entra en un templo sagrado, los primeros visitantes del Salón Rico de Medina Azahara han disfrutado este domingo de la grandiosidad de este espacio del conjunto arqueológico, que lleva 13 años cerrado al público.
Bajo el título de Abierto por obras, alrededor de una treintena de personas han descubierto cómo avanzan y en qué consisten los trabajos de restauración guiados por las explicaciones de la técnica Maribel Gutiérrez Deza, que ha desvelado algunas curiosidades del también llamado Salón de Abderramán III. A lo largo de la jornada, unas 180 personas podrán disfrutar de esta experiencia en los seis pases que hay programados.
Entre los afortunados que han tenido la oportunidad de ser los primeros en entrar en esta estancia de la ciudad palatina estaba Bárbara, una cordobesa que nunca había visto el Salón Rico porque cuando lo cerraron no vivía en la ciudad. Por eso, lleva "mucho tiempo esperando este momento". "Es increíble, están haciendo un trabajo asombroso, es que ni la Alhambra...", destaca esta joven.
También cordobeses son Elena y Óscar, que sí habían visto esta estancia, aunque hace muchos años. Fue en 2007 cuando la visitaron y entonces "tenía una imagen muy diferente de la actual", sobre todo en lo referente a la decoración. "Es espectacular y la explicación ha sido súper interesante, nos vamos sobrecogidos", apunta esta pareja.
Para Juan y Angustias, Medina Azahara es un lugar especial al que acuden cada vez que pueden. A esta pareja le gusta mucho el arte y la historia, por lo que están atentos cuando hay alguna actividad para apuntarse y no perder la oportunidad de aprender algo más de este conjunto arqueológico declarado Patrimonio Mundial por la Unesco.
Tal es la pasión que tienen por la ciudad califal que fueron de los pocos afortunados en conseguir plaza para una única visita que se hizo al Salón Rico hace algunos años. "Desde entonces a ahora lo hemos visto cambiado", aseguran. "Es fascinante entrar, ver el salón, los atauriques... Me hubiera encantado verlo en vida", señala Angustias.
La ruta parte junto al Gran Pórtico, donde los guías (técnicos de Medina Azahara) se reúnen con el grupo de 30 personas que han reservado su plaza para esta actividad. Durante la visita, los asistentes acceden al Jardín Alto y disfrutan de una visión completa de su conjunto, formado por el edificio que lo preside, el Salón Rico, y el llamado Pabellón Central.
Una vez llegados a la fachada del Salón de Abderramán III, la guía, que en esta primera visita ha sido Maribel Gutiérrez, ha explicado que enfrente de este edificio se alzaba el Salón Occidental como símbolo de que el califa reinaba entre Oriente y Occidente. Según las fuentes, Abderramán III y el entonces príncipe Alhakén II podían mirarse a los ojos, frente a frente, desde ambas estancias, por lo que el llamado Salón Occidental podría ser el Salón del Príncipe.
La guía ha explicado que la fachada de este importante edificio es la parte de la que menos material se conserva y además "no hay ningún paralelo en el que fijarnos" para su restauración. Por eso, los especialistas tienen que realizar una "labor detectivesca" ya que, además, la decoración ocupaba toda su superficie.
De hecho, a veces incluso se coloca una pieza que luego hay que quitar "porque no va" en ese lugar. Esto es posible debido a que solo la parte inferior de la fachada es original, por lo que los arqueólogos pueden trabajar fijando los materiales al muro restante, que se alzó en la reconstrucción.
Ya dentro del Salón Rico, la guía ha destacado "el trabajo admirable de los compañeros que han hecho el puzle" que suponen las labores de reconstrucción y ha aclarado que gran parte del tiempo no se trabaja sobre el terreno, sino que se hace "trabajo intelectual" para estudiar las piezas y cuál sería su lugar.
Como curiosidad, Maribel Gutiérrez ha contado que en este salón -en el que se recibía a las embajadas de otros estados- el califa omeya de Al-Ándalus no se situaba detrás de un velo, como sí ocurría con el de Bagdad. Así, ha relatado que Abderramán III entraba a la sala el primero, solo, hasta llegar a su trono, que presidía la estancia. Luego dos personas de su confianza se situaban a su derecha e izquierda. Tras ellos entraban los eunucos, funcionarios de la administración y otros miembros importantes de la corte.
Otra curiosidad es que la fecha de construcción del Salón Rico aparece en varios elementos arquitectónicos. Por una parte, la basa de una columna tiene grabado el año 953, cuando se comenzó a construir; luego, una epigrafía en una jamba muestra el año 955 y, por último, un muro cercano a la entrada tiene anotado el 957, fecha en la que se finalizó el edificio. Por todo ello, se dice que fue construido entre los años 953 y 957.
La guía también ha explicado que hay paneles de madera en algunas paredes que se pusieron para resguardar las piezas del polvo que generaba el trabajo posterior que se hizo en el suelo. "Es un trabajo de muchos años que no sé si veré acabado y en el que han intervenido muchos equipos", ha aseverado Maribel Gutiérrez.
Para asistir a alguna de las visitas guiadas que se desarrollarán hasta el 10 de diciembre es imprescindible reservar a través de la página web Conoce tu patrimonio. El plazo de inscripción se abre a las 10:00 cada lunes previo al fin de semana correspondiente.
Las rutas se realizan los sábados y domingos en seis pases: a las 10:00, 10:45, 11:30, 12:15, 13:00 y 13:45. Se permiten hasta un máximo de dos reservas al mismo evento bajo en mismo email, pero deben indicarse de forma expresa los nombres y apellidos de cada asistente, siendo en todo caso una entrada unipersonal e intransferible.
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