El TS ratifica dos años de cárcel para el dueño de Acsur por abuso laboral

El Supremo confirma que el empresario dejó a la plantilla "en un verdadero limbo, sin sueldo, sin trabajo y sin útiles"

La Sala II del Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la condena de dos años de cárcel y multa de 6.750 euros a un empresario cordobés, administrador de la sociedad Acsur, por un delito contra los derechos de los trabajadores mediante abuso de su situación de necesidad. En la sentencia, el alto tribunal señala que el acusado dejó a los empleados "en un verdadero limbo laboral, sin sueldo, sin trabajo, sin útiles y cortados los suministros de luz y agua por impago de los recibos correspondientes" en una nave donde les concentró.

Por ello, ratifica el fallo de la Audiencia Provincial de Córdoba y comparte que el empresario impuso condiciones de trabajo que "de forma clara perjudicaban, restringían y suprimían derechos esenciales como son el derecho al salario, al empleo efectivo y a trabajar en condiciones mínimamente dignas".

El Supremo recuerda que el recurrente adquirió la empresa a los trabajadores, conociendo la situación en que ésta se encontraba, con numerosas deudas, y seguidamente segregó lo que constituía el activo más relevante: dos contratos que tenía con la administración pública -la Empresa Municipal de Aguas de Córdoba (Emacsa)-.

Para esa rama de actividad, creó una sociedad de su exclusiva propiedad, a la que transfirió unos trabajadores de la empresa adquirida, dejando a los demás en "un limbo laboral", sin actividad, sin trabajo, sin medios y sin sueldo, llegando a cerrar el local haciendo desaparecer todos los enseres, instrumentos y maquinaria. Finalmente los trabajadores fueron despedidos, obviando de esta manera el empresario la realización de un ERE extintivo.

Al respecto, el contrato que tenía Acsur SA con Emacsa cumplía su validez en abril de 2013 y el acusado quería nuevamente este contrato para la empresa segregada, Canalizaciones y Viales, pero para acudir a dicho contrato necesitaba las certificaciones de calidad de las que disponía la antigua Acsur.

Ante ello, consideró necesario que ésta continuara y no desapareciera y decidió que Acsur transfiera a la entidad segregada Canalizaciones y Viales a 16 trabajadores, manteniendo el resto en Acsur SA a sabiendas de que lo procedente era la liquidación de Acsur y la tramitación de un ERE extintivo dada la nula actividad de la empresa.

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