El Teatro Góngora de Córdoba acoge 'Muerto en el acto', una comedia de humor blanco con toques de absurdo y suspense

El Teatro Góngora acoge este viernes Muerto en el acto, de Jaime Pujol y Diego Braguinsky, una comedia clásica de humor blanco en la que se entremezclan el absurdo y el suspense. Se trata de un montaje hecho íntegramente en Córdoba que está protagonizado por Marisol Membrillo, Juan Carlos Villanueva -responsable también de la dirección- y Alejandro Villanueva.

Muerto en el acto es la segunda incursión en el mundo de las artes escénicas de Desatino Producciones, después de La pensión de los artistas, un monólogo de la actriz Marisol Membrillo acompañada por el pianista Alberto de Paz estrenado en 2019 en el Teatro Góngora.

En esta ocasión, la productora quiere hacer un homenaje al teatro de siempre y a los grandes autores de la España de posguerra con una comedia “participativa, donde los dobles sentidos, el juego de palabras, el equívoco, la risa y hasta la carcajada serán los absolutos protagonistas”, explican sus creadores. En la función, el público no será un objeto pasivo, sino un personaje más inmerso en una investigación policial por el asesinato de uno de los miembros de la compañía que representa la función.

La acción se sitúa en 1975, en un teatro cualquiera de nuestro país. Durante la representación de El vuelo de la codorniz aparece muerto el protagonista. A partir de ese momento, tanto los artistas como el público presente en la sala serán sospechosos del asesinato.

Sobre el escenario, los tres actores se desdoblan en una quincena de personajes, entre ellos los del inspector Mercadal y su ayudante, el subinspector Marino. Los dos policías irán repasando junto a los actores de la obra qué ha ocurrido en la última función con el fin de descubrir al autor del crimen.

Pero cada uno de ellos recordará los hechos de una manera muy diferente, dando paso a divertidas e insospechadas situaciones en las que se mezclan los textos de Enrique Jardiel Poncela, Pedro Muñoz Seca o Carlos Arniches junto a los de Jaime Pujol y Diego Braguinsky, inspirándose estos últimos en el humor absurdo y surrealista de los citados autores españoles de posguerra.

Al margen del reparto, la ficha artística del montaje incluye otros nombres cordobeses, como el de Miguel Ángel Ramos, autor del espacio escénico y la iluminación; Trápala Teatro, responsable del vestuario, y Miguel Linares, compositor de la música original, entre otros miembros del equipo.