Teresa Sánchez, los 92 años de la voluntaria más comprometida del Hospital de Pozoblanco
Solidaridad
El centro del Área Sanitaria Norte puso en marcha en 2009 un programa de voluntariado de cicerones y acompañamiento en planta en el que participan, sobre todo, mayores de 65 años
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A sus 92 años, la pozoalbense Teresa Sánchez Cabrera puede presumir de ser la voluntaria con más edad del Hospital Valle de los Pedroches de Pozoblanco, donde acude todos los miércoles para ejercer de cicerone guiando a las personas que llegan a las consultas externas del centro hospitalario.
Su rostro y su voz transmiten la vitalidad que tiene Teresa, que comenzó esta labor como voluntaria en 2009, cuando el programa se puso en marcha impulsado por la trabajadora social del hospital, Paqui Rodríguez.
Para captar voluntarios, una de las acciones que realizó Paqui fue ir al centro de mayores de Pozoblanco, al que entonces acudía de forma asidua Teresa. Estaba en el coro y en el grupo de teatro, pero al morir su marido y no tener hijos, se quedó sola en su casa. Cuando descubrió el programa de voluntariado, se apuntó en seguida y desde entonces está "contentísima".
Esta pozoalbense reconoce que tiene "muchos dolores y operaciones", pero "mientras pueda, seguiré colaborando". Para llegar al hospital, coge el autobús en una parada próxima a su casa y se baja en el centro. "Sino, no podría venir porque ya estoy con el andador y la muleta", señala, a la vez que insiste en que "mientras pueda, no lo dejo porque me gusta muchísimo, hacemos una labor muy buena". "Cuando el personal nos pregunta, se cree que los estamos ayudando a ellos, y es al revés, nos ayudan ellos a nosotros", apunta Teresa.
El día que le toca el voluntariado, se levanta más temprano de lo que acostumbra y sale de su casa "mala, mala, pero cuando llega al hospital, "ya no me duele nada", confiesa. Esta labor se realiza en parejas, en su caso con su compañera Encarni, con quien se lleva muy bien y ambas están "muy a gusto".
Teresa es muy conocida por quienes acuden de forma asidua al hospital y por los profesionales: "Transmite una alegría y una paz impresionante a las personas que guía hasta las consultas", explica la trabajadora social del Hospital de Pozoblanco, que pertenece al Área Sanitaria Norte. Aunque acaba de cumplir 92 años, ella se encuentra estupendamente. "No me siento mayor, no me creo que tengo esta edad", indica.
Después de 14 años haciendo de cicerone, se sabe a la perfección dónde está cada consulta. Tanto que no tiene ni que mirar el papel con indicaciones que llevan las voluntarias. "Llevo muchos años, aunque mi cabeza se va desgastando", apunta.
Además, es "una lectora empedernida, le encanta leer", explica Paqui Rodríguez, por eso, cuando fue su cumpleaños, desde el Área Sanitaria Norte le regalaron un libro.
La trabajadora social del Hospital de Pozoblanco explica que esta labor de guía del paciente hasta su consulta les transmite "mucha tranquilidad" porque a veces llegan nerviosos tanto por el diagnóstico como porque desconocen dónde está la consulta.
Cada dos meses, hay una reunión de equipo en el centro de mayores de la localidad en la que Paqui hace balance del trabajo realizado gracias al registro que los voluntarios realizan a diario de las personas que atienden "para que ellos tengan un feedback". Después de conocer los datos "se quedan muy sorprendidos" y también planteamos entre todos posibles mejoras que el hospital pueda hacer hacia la ciudadanía.
En la actualidad, el programa cuenta con 17 voluntarios, 15 mujeres y dos hombres de entre 30 y 92 años, aunque la mayoría tiene más de 65.
Acompañamiento durante los ingresos
Además de la labor como cicerones, que se realiza por la mañana, el programa de voluntariado del Hospital Valle de los Pedroches cuenta con un acompañamiento a los pacientes ingresados que se hace por las tardes. Se realiza con los enfermos que están solos o para dar un relevo al acompañante cuando está cansado.
Sobre todo, acompañan a mayores de los centros residenciales, pero también hay un gran número que llegan de sus domicilios y están solos, ya sea porque no tengan familia o porque esta viva fuera.
El programa surgió poco después de la apertura de las consultas externas del hospital, en febrero de 2009, contando con la colaboración del Centro de Participación activa de Pozoblanco. Desde entonces, ha sido reconocido con varios premios.
En este tiempo, el 6 de marzo, con el inicio de la pandemia del covid 19, se suspendió el programa, reiniciándose nuevamente en junio de 2022 el de cicerones y en octubre el acompañamiento en planta.
Desde 2015 y con el parón por la pandemia, los voluntarios han realizado más de 32.600 acompañamientos como guías en consultas externas y casi 3.800 acompañamientos a pacientes ingresados en planta.
Además, en noviembre de 2018 se inició el Programa de Biblioteca Hospitalaria con el objetivo de fomentar la lectura de pacientes y acompañantes.
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